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Regeneración dental con células madre

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Estructuras que recuerdan a las fibras de Sharpey (flechas) que conectan al cemento (C) recién formado sobre las partículas de HA/TCP (HA). Foto: PloS ONE.

Células madre procedentes de tejidos presentes en muelas del juicio pueden regenerar raíces de nuevos dientes y sustituir algún día a los implantes de titanio.
Investigadores de University of Southern California han conseguido generar nuevas raíces dentales en cerdos gracias a células madre procedentes de dientes humanos. El hallazgo se ha reportado a la revista PloS ONE y podría tener aplicaciones clínicas potencialmente impactantes en cirugía dental. Sería por tanto una buena promesa para sustituir los dientes perdidos por piezas más biocompatibles que los actuales implantes metálicos.
El equipo internacional está dirigido por Songtao Shi y se centra en el uso de células madre que se pueden encontrar en la papila apical de la raíz dental. Este tejido está conectado a la punta de la raíz del diente y es el responsable del desarrollo del mismo. Anteriormente este equipo ya había conseguido recolectar células madre de la pulpa dental, tejido en el interior del diente y comúnmente denominado «nervio».
Estos investigadores estudiaron el comportamiento de las células madre procedentes de la papila apical tanto en vitro como en modelos animales (ratones). Estas células madre fueron consideradas por los investigadores como «más jóvenes» (menos diferenciadas) que las procedentes de la pulpa dental y por consiguiente más apropiadas para una mejor regeneración de tejidos. Concretamente son capaces de regenerar todos los tejidos de la raíz dental así como dentina y cemento que son respectivamente los principales componentes de la corona y de la raíz dental.
Una vez identificadas las células madre apropiadas para crear una nueva raíz. Estos investigadores reemplazaron un incisivo de un cerdo enano (tienen una estructura dental parecida a la humana) por una estructura en forma de raíz dental de material cerámico (hydroxyapatite/tricalcium phosphate o HA/TCP) que hacía de andamio y de vehículo portador de células madre de papilas apicales procedentes de muelas del juicio de humanos jóvenes de entre 18 y 20 años de edad.
Tres meses más tarde de implantar estas células los investigadores pudieron encajar en la cuenca del antiguo incisivo una corona sintética de porcelana sobre la nueva raíz remineralizada que contaba con nuevos ligamentos desarrollados allí mismo. Pudieron demostrar además que los nuevos tejidos formados eran humanos. Después de seis meses de la implantación los investigadores comprobaron que, aunque el nuevo diente no era tan resistente como los naturales, tenían la suficiente calidad como para cumplir su función.
Este sistema es preferible al sistema habitual del implante de titanio porque la bioraíz tiene una capa de ligamentos entre el hueso de la mandíbula y la raíz misma. Este ligamento, que no está presente en el caso de los implantes de titanio, tiene tanto labores de adherencia del diente a la mandíbula como de amortiguador o almohadilla a la hora de masticar o morder.
Los implantes de titanio son susceptibles de aflojarse o de producir infecciones como gingivitis o periodontitis debido a la relación no natural entre el hueso y el implante metálico.
Los animales empleados en los experimentos estaban inmudeprimidos para evitar el rechazo al tejido extraño.
Las células madre de este tipo pueden también ser una buena fuente para regenerar tanto el tejido de la pulpa dental como nueva dentina que repare la dañada con este tipo de tecnología.
Shi espera realizar ensayos clínicos con la nueva técnica en los próximos años. Si tiene éxito significaría una bendición para pacientes que no son candidatos apropiados para la terapia estándar de implantes o que prefieran tejidos derivados de sus propios dientes en lugar de elementos extraños. Un implante convencional no se puede colocar en pacientes sin suficiente hueso en la mandíbula que soporte el tornillo de titanio.
Además estas células madre presentan la ventaja de no proceder de tejidos embrionarios de ningún tipo, sino del propio paciente, por lo que los reparos morales no existen.
Según Shi en un futuro no muy distante los dientes de leche (y hasta ahora abandonados al ratoncito Pérez) o las muelas del juicio podría tener gran valor como fuente terapéutica.
La idea es no sólo desarrollar esta nueva técnica, sino desarrollar otras nuevas utilizando las células madre obtenidas del propio paciente.
Ya sabe, no se deshaga de sus dientes de leche o muelas del juicio frívolamente, puede que en un futuro le sirvan.

Referencias y fuentes:
University of Southern California. [1]
Artículo original (gratuito) [2]