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Sobre la extinción en el Devónico

La evolución de las raíces de los árboles puede haber provocado extinciones masivas.

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A lo largo de la historia biológica de la Tierra ha habido cinco extinciones masivas en este planeta y la sexta ya está en curso, además de otras menores. Saber las causas de estas extinciones no es fácil y continuamente se van desvelando más detalles.

Ahora se propone una nueva causa para las extinciones del Devónico de hace más de 300 millones de años. Según esta nueva teoría, la evolución de las raíces de los árboles pudieron haber desencadenado una serie de extinciones masivas que sacudieron los océanos de la Tierra durante ese tiempo.

Los indicios que apoyan esta nueva visión de un período notablemente volátil en la prehistoria de la Tierra se enumeran en un estudio dirigido por Gabriel Filippelli (IUPUI) y Matthew Smart.

«Nuestro análisis muestra que la evolución de las raíces de los árboles probablemente inundó los océanos con un exceso de nutrientes, lo que provocó un crecimiento masivo de algas. Estas floraciones de algas rápidas y destructivas habrían agotado la mayor parte del oxígeno de los océanos, desencadenando eventos catastróficos de extinción masiva», dice Filippelli.

El Período Devónico, que ocurrió entre hace 419 millones y 358 millones de años es conocido por los eventos de extinción masiva, durante los cuales se estima que pereció casi el 70% de toda la vida en la Tierra.

El proceso descrito en el estudio, conocido científicamente como eutrofización, es notablemente similar al fenómeno moderno, aunque de menor escala, que el que actualmente genera amplias «zonas muertas» en los Grandes Lagos y en el Golfo de México, como exceso de nutrientes de fertilizantes y otras escorrentías agrícolas. En estos lugares, la proliferación masiva de algas consumen todo el oxígeno del agua.

La diferencia es que estos eventos del pasado probablemente fueron producidos por las raíces de los árboles, que extrajeron los nutrientes de la tierra durante el tiempo de crecimiento y luego fueron añadidos abruptamente al agua durante su descomposición.

Los investigadores implicados pudieron confirmar ciclos previamente identificados de mayor o menores niveles de fósforo, un elemento químico que se encuentra en toda la vida en la Tierra. Lo dedujeron gracias a un análisis químico de antiguos depósitos de piedra de lechos de lagos de la época cuyos restos persisten en todo el mundo, incluidas las muestras de sitios de Groenlandia (foto de cabecera) y de la costa noreste de Escocia que fueron utilizadas para el estudio.

También pudieron identificar los ciclos húmedos y secos en función de los signos de meteorización causados por el crecimiento de las raíces, con una mayor meteorización que indica ciclos húmedos con más raíces y de menos meteorización que indica ciclos secos con menos raíces.

Lo más significativo es que el equipo descubrió que los ciclos secos coincidían con niveles más altos de fósforo, lo que sugiere que las raíces moribundas liberaron sus nutrientes en el agua del planeta durante esos tiempos.

«No es fácil mirar a más de 370 millones de años en el pasado. Pero las rocas tienen una larga memoria y todavía hay lugares en la Tierra donde puedes usar la química para descubrir los misterios del mundo antiguo», dice Smart.

A la luz de los ciclos del fósforo que ocurren al mismo tiempo que la evolución de las primeras raíces de los árboles (una característica de Archaeopteris, que fue la primera planta conocida en alcanzar una altura de 10 metros), los investigadores pudieron identificar la descomposición de las raíces de los árboles como el principal sospechoso detrás de los eventos de extinción del Período Devónico.

Afortunadamente, dijo Filippelli, los árboles modernos no causan una destrucción similar ya que la Naturaleza ha desarrollado sistemas para equilibrar el impacto de la madera podrida. La profundidad del suelo moderno también retiene más nutrientes en comparación con la fina capa de tierra que cubría la Tierra antigua.

Pero la dinámica revelada en el estudio arroja luz sobre otras amenazas más recientes para la vida en los océanos de la Tierra. Los autores del estudio señalan que otros investigadores han argumentado que la contaminación por fertilizantes, estiércol y otros desechos orgánicos, como las aguas residuales, han colocado a los océanos de la Tierra al «borde de la anoxia», o una falta total de oxígeno.

«Estos nuevos conocimientos sobre los resultados catastróficos de los eventos naturales en el mundo antiguo pueden servir como una advertencia sobre las consecuencias de condiciones similares que surgen de la actividad humana en la actualidad», dice Fillipelli.

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Fuentes y referencias:
Artículo original I. [2]
Artículo original II. [3]
Foto: John Marshall, University of Southampton.