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El efecto de la falta de sueño es en parte genético

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Según un estudio dirigido por Malcolm von Schantz y Antoine Viola de la Universidad de Surrey, las personas con un versión larga del gen PERIOD3 puntúan la mitad en las pruebas cognitivas cuando no han dormido lo suficiente que el resto de las personas con la versión corta y que están en las mismas condiciones.
Además, las mayores diferencias se dan durante las primeras horas de la mañana (de 4 a 8 de la mañana), que son las horas en las que hay más accidentes relacionados con el cansancio, y en las que los trabajadores de turno rotatorio o con guardias tienen más problemas para permanecer despiertos.
Según estos resultados hay personas genéticamente predispuestas en contra este tipo de trabajos, aunque los autores se muestran contrarios a una discriminación en este sentido basada en pruebas genéticas. El autor especula con que en el pasado la versión larga del gen podría tener ciertas ventajas.
El grupo de investigadores reclutó a 12 individuos con dos copias de la versión larga del gen y otros 12 con dos copias de la versión corta. A todos ellos se les registró la actividad cerebral mediante un encefalograma durante el experimento.
Según los registros todos los voluntarios durmieron el mismo número de horas, pero las personas con la versión corta del gen PERIOD3 pasaban un 15% de ese tiempo en un sueño conocido como sueño de onda lenta, que es la forma de dormir más profunda. Sin embargo, los portadores de la versión larga permanecían en ese mismo tipo de sueño profundo un 22% del tiempo.
Cuando eran despertados los voluntarios debían de permanecer en la cama y se eliminaba cualquier indicador temporal (relojes, etc) que diera a los individuos pistas sobre el paso del tiempo. En las siguientes 40 horas los participantes tenían que permanecer despiertos y periódicamente debían de completar pruebas cognitivas en un ordenador portátil, como por ejemplo tests en los que se tenía que memorizar alguna palabra.
En las primeras 18 horas ambos grupos obtuvieron la misma puntuación, pero por la mañana, y después de haber permanecido 24 horas seguidas despiertos, aquellos con la versión larga de PERIOD3 puntuaron un 50% menos que los otros.
De este modo las personas con la versión larga, aunque duermen más profundamente, realizan peor las pruebas cognitivas si se les priva de sueño. Esto sugeriría que unas personas necesitan más sueño profundo que otras.
Un 10% de la personas (al menos en el Reino Unido) portan dos copias de la versión larga del gen, un 45% porta dos copias de la versión corta y el resto una de cada.
En un estudio previo sobre 500 individuos se encontró que las personas que tenían la versión larga del gen tienden a irse antes a la cama, mientras que a los de versión corta les gusta trasnochar.
En otros experimentos se sugería que la proteína expresada a partir del PERIOD3 activaría otros genes, pero de momento se desconocen los mecanismos exactos.
Aun así el equipo de investigadores sugiere que las variaciones en este sistema genético pueden ser un importante marcador o indicador de diferencias en la susceptibilidad a la falta de sueño que tienen diferentes personas, y que algunas veces produce problemas de salud y causa accidentes.
Se ha venido especulando con las ventajas evolutivas que tendría una u otra forma del gen. Las personas que se van antes a la cama suelen levantarse temprano, mientras que a las trasnochadoras les pasaría lo contrario. En una sociedad primitiva con potenciales enemigos al acecho harían falta los dos tipos de personas para complementarse en la vigilancia del grupo y proteger así a la comunidad, y por tanto, a la especie en su conjunto.

Referencias:
University of Surrey. [1]
Current Biology (DOI: 10.1016/j.cub.2007.01.073).