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Ya había actividad tectónica hace 3800 millones de años

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Uno de los afloramientos estudiados en el trabajo (UCSD).

Han logrado identificar el trozo de corteza terrestre más antiguo en el sur de Groenlandia y gracias a este hallazgo se puede afirmar que por lo menos había ya actividad tectónica hace 3800 millones de años. El hallazgo se reportó el 23 de Marzo pasado en la revista Science.
La Tierra no es como una luna muerta de un planeta lejano. Sobre este mundo hay erosión, los continentes se desplazan, surgen montañas, la corteza oceánica subduce, etc. Todos estos procesos renuevan constantemente las rocas que la componen y es muy difícil encontrar rocas muy antiguas. Como las rocas antiguas son muy escasas no es fácil encontrar aquellas que muestren determinadas cosas, como fósiles arcaicos u otras características, y que nos hablen de un remoto pasado.
Hasta este momento sólo se tenía pruebas de actividad tectónica en rocas de hace 2500 millones de años, pero este hallazgo pone el listón mucho más cerca del límite de los 4500 millones años, cuando el planeta Tierra se formó.
Aunque en anteriores trabajos de análisis geoquímicos de ciertas rocas ya sugerían este tipo de resultado, en este caso se trata de la primera vez que se encuentran pruebas de actividad tectónica entre las rocas más antiguas de la Tierra, según Hubert Staudigel del Scripps Institution of Oceanography de la Universidad de California en San Diego y líder del proyecto.
Al parecer las rocas estudiadas estaban en un buen estado de conservación. Éstas se formaron en el lecho marino y se han conservado increíblemente bien desde entonces.
El estudio se centró en un área cerca del suroeste de la costa de Groenlandia, donde existe un raro afloramiento de rocas antiguas denominado el cinturón de Isua y que están datadas con una edad de 3800 millones de años.
Las rocas de Isua son ofiolitos, tienen un tono verdoso debido a los minerales con contenido en cloro que poseen, y se suelen encontrar en todas las cadenas montañosas importantes cerca de regiones volcánicas o con actividad tectónica. El depósito de Isua fue descrito por primera vez en la dećada de los sesenta. En estudios de 1999 llevados a cabo por Minik Rosing se descubrió que estas rocas contienen además evidencias fósiles de las primeras bacterias primitivas que aparecieron sobre la Tierra también como mínimo hace 3800 millones de años.
Este nuevo estudio revela que la estructura geológica de Isua contiene basalto que se introdujo en colchones de lava después de que éstos se formaran. Esta característica y la química de los ofiolitos indican, según los autores del estudio, que el área se formó como resultado de una expansión del lecho marino. Aunque las rocas han cambiado físicamente durante todo este tiempo es posible ver todavía las características originales. Se pueden observar, por ejemplo, cristales de grano fino que demuestran que fueron enfriados en contacto de rocas más frías.
El estudio demostraría que la deriva de lecho marino y la formación de la corteza oceánica se tuvieron que dar ya en esa época. Además arroja luz sobre el debate acerca de la composición isotópica de oxígeno del agua marina a través de los tiempos geológicos.
Las reacciones del lecho marino y el agua de mar han controlado la proporción isotópica del oxígeno del agua en todos los tiempos, pero los científicos están divididos entre aquellos que mantienen que el contenido isotópico del oxígeno ha permanecido constante y aquellos que creen que ha variado. Según este estudio la composición isotópica en oxígeno de aquellos tiempos es la misma que en tiempos modernos. Por tanto, el océano primitivo ya reaccionaba químicamente con el lecho marino de la misma manera por aquel entonces y esto tiene implicaciones en la historia química de los océanos y en la evolución de la vida. Los autores también han buscado trazas químicas e isotópicas en el cinturón de Isua relacionadas con procesos biológicos.
Los procesos geológicos de la Tierra primitiva fueron responsables de la distribución de los elementos en tierra firme, el aire y los océanos, y tiene consecuencias fundamentales en el desarrollo de la vida. En este mundo todo está interconectado.

Fuente y referencias:
University of California, San Diego [1]
En NeoFronteras.