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Las discrepancias sobre el grado de calentamiento producido por el efecto invernadero parecen haber sido resueltas. Distintos grupos de científicos han propuesto hasta ahora diversos modelos sobre el cambio climático con predicciones incompatibles entre si y con las medidas tomadas por diversos medios. Tanto es así, que algunos han llegado a cuestionar la existencia del mismo cambio climático.
En un artículo publicado en Science científicos de la universidad de Yale y de NOAA dirigidos por Steven C. Sherwood resuelven la paradoja. Al parecer todo el problema radica en cómo unos y otros medían y miden la temperatura con los globos meteorológicos.
Los globos meteorológicos han sido usados durante los últimos cuarenta años para efectuar mediciones un par de veces al día como media. Algunas de las mediadas se efectuaron de día y otra de noche.
Los modelos predicen una correlación entre medidas superficiales y atmosféricas que hay que contrastar con las medidas tomadas tanto en estaciones meteorológicas como por globos.
El origen del error está en cómo se medía la temperatura a bordo de los globos. Los sensores eran expuestos a la radiación solar y la medida de la temperatura del aire se desvirtuaba por este hecho. Es como si en invierno al ponernos al sol sentimos calor aunque la temperatura del aire que nos rodea sea muy baja.
Este mal diseño se sustituyó más tarde, por tanto las primeras medidas daban un exceso de temperatura que al compararlas con las modernas daba la impresión de que la temperatura no había aumentado.
Después de corregir este factor en los datos históricos los investigadores concluyen que la temperatura ha aumentado 0,2 grados centígrados por década en los últimos treinta años.
El próximo siglo la temperatura superficial podría aumentar de 2 a 4 grados centígrados como media. En las regiones polares podría llegar a aumentar incluso 10 grados. Hay que tener en cuenta que esté efecto está acelerándose y podría llegar a ser más intenso en el futuro.
El calentamiento global se está tornando más un hecho científico comprobado que la paranoia de ecologistas locos, y se hace necesario tomar medidas.
Referencia: Sherwood S., Lazante J. & Meyer C. Sciencepublished online, doi:10.1126/science.1115640 (2005).
Artículo de opinión de NeoFronteras aquí [1].