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El ave gigante planeaba

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Dibujo: Jeff Martz.

Un ave extinta de 70 kilogramos y una envergadura de 7 metros surcó los cielos sudamericanos de lo que hoy es Argentina hace 6 millones años. Ahora calculan que, debido a su tamaño, sólo podría planear.
El argentavis magnificens tenía un tamaño comparable al de una avioneta Cessna 152 y para este animal alzar el vuelo o tomar tierra eran probablemente los momentos más difíciles del vuelo.
El análisis de sus restos fósiles para determinar cómo volaba ha sido difícil hasta el momento presente. Ahora Sankar Chatterjee, del Museum of Texas Tech University, se ha basado en unos cálculos realizados por un programa para el diseño de helicópteros y en estudios de aves modernas para analizar el vuelo de este animal. Ha podido determinar que el consumo de energía por unidad de tiempo que el ave necesitaría para mantener el vuelo con aleteo sería de unos 600 vatios. Esta cantidad de potencia es 3,5 veces superior a la potencia de la que fisiológicamente podría disponer, y por tanto concluye que este pájaro gigante, similar al un cóndor, sólo podría planear y que se aprovecharía de las corrientes térmicas y del vuelo en ladera para ganar altura y mantenerse en el aire. Estas técnicas son usadas hoy en día por diversas aves rapaces y carroñeras de gran tamaño.
Este resultado coincide con las ideas que se tienen sobre la relación entre tamaño y vuelo. Cuándo más grande es un pájaro más dependiente de las corrientes de aire es.
El clima de la zona durante el Mioceno era más seco y cálido que el actual y proporcionaba las térmicas potentes, de como mínimo 100 metros de diámetro, que esta ave necesitaba para volar.
Lo difícil es explicar cómo conseguía alzar el vuelo desde tierra, aunque se especula que las patas le proporcionarían el empuje necesario para ello.

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Tamaño relativo del ave. Dibujo: Katie Parker.

Los expertos deducen que el pájaro era un predador que atacaba a piezas de gran tamaño en lugar se ser un simple carroñero.
Los expertos no tienen claro cuál es el límite en este planeta para un animal volador. Según el registro fósil la marca mundial la mantenía un ejemplar fósil de la época de los dinosaurios: el pteranodon, cuyos 9 metros de envergadura se consideraban el límite fisiológico. Pero más tarde se encontraron restos fósiles parciales de un pterodactilo del Cretácico que indicaban que podría haber tenido una envergadura de 12 o 15 metros. Este animal volador, finalmente denominado quetzalcoatlus, es hasta ahora el más grande del que se tenga noticia.
En esos tiempos pretéritos no tuvo que ser muy seguro andar sobre la tierra mientras esos gigantes surcaban los cielos.

Referencia: Chatterjee, S., Templin, R. J. and Campbell, K. E. Jr. Proc. Natl Acad. Sci. USA doi: 10.1073/pnas.0702040104 (2007).