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A partir de aceites vegetales es posible fabricar combustible para motores diesel a través de un proceso de esterificación. Ya circulan automóviles e incluso autobuses urbanos que funcionan con biodiésel. La combustión de biodiésel produce muchísimos menos compuestos de azufre contaminantes que el diesel convencional. Además no contribuye al efecto invernadero, pues el dióxido de carbono producido en su combustión fue fijado por las plantas que produjeron el aceite y proviene de la atmósfera.
A pesar de que no es la solución al problema de la dependencia del petróleo puede ayudar a mantener una mayor calidad de vida en las ciudades.
Como subproducto de la producción de biodiésel se obtiene glicerina que no puede ser empleada como combustible en motores, y que puede ser utilizada para, por ejemplo para fabricar jabón. Sin embargo, es un producto barato que hace que el proceso de fabricación de biodiésel sea poco rentable.
El profesor de ingeniería Galen Suppes de la Universidad de Missouri Columbia ha desarrollado un método para fabricar glicol propileno a partir de la glicerina. El glicol propileno puede ser usado como un anticongelante ecológico no tóxico para motores convencionales en lugar de los tradicionales. Además el precio de este producto es mucho más caro que el de la glicerina. Este hecho puede atraer a más empresarios hacia la fabricación de biodiésel al ser ahora un proceso industrial más rentable.
En 1999 la producción industrial de biodiésel en los EEUU fue de sólo 2 millones de litros y sin embargo el año pasado fue de 120 millones, probando que el biodiésel está en auge.
Referencia: En esta web [1] puede encontrar trucos para fabricar su propio biodiésel.