La misión Phoenix y la exploración marciana
lunes 26 mayo 2008 - Tipo: Editorial
La sonda espacial Phoenix llegó ayer a Marte. Con ésta son varias las sondas que han aterrizado con éxito sobre su superficie incluidos los dos rovers que todavía andan circulando sobre el planeta rojo. Parece que ir a Marte se ha convertido en algo sencillo y rutinario. Nada más lejos de la realidad, antes del éxito de la misión Phoenix más de la mitad de las sondas enviadas allí resultaron en un sonoro fracaso por las más diversas causas, incluidas la confusión entre millas y kilómetros o a razones totalmente desconocidas y misteriosas.
Vender la «carrera espacial» no es fácil, y más si tenemos en cuenta que los periodistas sin escrúpulos, que medran por doquier en los últimos tiempos, no paran de decir lo que ha costado determinada misión espacial antes siquiera de mencionar sus objetivos. Podrían hacer lo mismo sobre cualquier otra cosa y de paso formarse un poco más en ciencia o en cualquier otra área del conocimiento humano, que falta les hace.
Marte es para la NASA, e incluso para la ESA, un objetivo prioritario. Su valor científico es supuestamente elevado porque nos ayudará a entender muchas cosas sobre evolución planetaria. Es a la vez un lugar con numerosas incógnitas aún por resolver, como por ejemplo si hubo agua líquida en abundancia en el pasado, y si así fue dónde ha ido a parar ese agua. Quizás Phoenix nos ayude a resolver algunas de estas incógnitas. Aunque Marte tampoco es, ni debe de ser, el santo grial de la Planetología.
Pero las fotos de la superficie marciana retransmitidas desde allí por todas las misiones parecen siempre la misma: una planicie llana desértica, pedregosa y aburrida, aunque los rovers nos hayan mostrado cráteres. La elección de emplazamientos seguros para la maniobra de aterrizaje obliga normalmente a la elección de estos lugares anodinos.
Lo rutinario de las misiones también hace que los contribuyentes encuentren el tema cada día más aburrido y gastado, así que las agencias espaciales tienen que intentar vender al público estas misiones de alguna manera. Una manera que puede ser peligrosa para la propia financiación futura si el público se cansa de la promesa de metas inexactas.
Una de las ideas que se vende es la de una posible misión tripulada al planeta rojo. Como hito histórico no estaría nada mal. Por primera vez el hombre pisaría un planeta distinto al suyo y quedaría grabado en los anales de la historia de la humanidad a la altura del descubrimiento de América.
Pero hoy por hoy esa misión es imposible, y a este paso lo seguirá siendo por mucho tiempo. Las misiones robóticas sirven para saber más sobre Marte (que ya es bastante) y quizás para encontrar lugares interesantes a explorar por humanos, pero no allanan el camino a una misión tripulada. La tecnología empleada no sirve ni servirá para mandar una misión tripulada allí porque es la de siempre, es decir, muy primitiva, lenta y costosa.
Se necesitaría una nave grande para la misión. Recordemos que para humanos debe de ser un viaje de ida y vuelta, realizado con una nave que permita una vida digna y segura en su interior, y que se complete en un tiempo prudencial. Se necesita, por ejemplo, de un sistema que bloquee las radiaciones procedentes del Sol, so pena de matar de cáncer y enfermedades varias a los astronautas. También de un sistema de gravedad artificial que haga girar la nave sobre si misma, si esperamos que una vez lleguen allí los astronautas (¿o martinautas?) puedan andar y desplazarse ágilmente y no estén atrofiados por el viaje. Necesitan reservas de agua y víveres para un viaje y estancia que deben de ser necesariamente largo. Finalmente entre otros detalles se necesitaría de una propulsión distinta al sistema habitual. Si se rebajan estas características se estará simplemente torturando a los futuros astronautas.
De momento no se dispone ni siquiera de un lanzador pesado que permita montar poco a poco la nave en órbita terrestre. Y en el futuro cercano no dispondremos de tecnología para el viaje porque ahora mismo no se invierte en el desarrollo de la misma.
Así que la visita humana a Marte está bastante lejana a no ser que se invierta, y mucho, desde ya.
La segunda idea que se trata de vender es la supuesta vida marciana. Vamos a ver, ¿cómo decirlo? Ah sí, en Marte no hay y nunca hubo vida.
Hasta ahora no ha habido pruebas físicas que apoyen esta idea de la vida marciana, salvo las inspiradas en una fértil imaginación obligada por nuestros deseos. Ni siquiera hay pruebas concluyentes que demuestren que hubo agua líquida en abundancia sobre su superficie durante un tiempo lo suficientemente largo como para que se permitiera la aparición de la vida.
La vida tal y como la conocemos se adapta al ambiente, evoluciona, y altera el entorno, incluso el planeta en su totalidad en el que vive, para adaptarlo a sus necesidades. Si hay vida, ésta debe de ser evidente, y no harían falta muchos esfuerzos y recursos para verla. Sería obvia y estaría simplemente ahí.
Las condiciones superficiales en Marte son, por otra parte, tremendamente hostiles para la vida: una temperatura extremadamente baja junto con una presión atmosférica bajísima y una irradiación ultravioleta letal que esterilizaría cualquier cosa. Incluso una posible terraformación será casi imposible debido a la baja gravedad que haría a Marte perder cualquier atmósfera cálida lentamente.
De acuerdo que en la Tierra hay extremófilos que viven en ambientes extremos, como a gran profundidad en el subsuelo, pero utilizar a estos microorganismos como excusa no es correcto. Los extremófilos viven dentro de una biosfera muy rica y no completamente aislados. Es curioso que nuestros microorganismos puedan vivir en Marte y los microbios marcianos sean tan elusivos siendo su hipotético ambiente propio.
Si hay microorganismos en el subsuelo marciano, ¿de qué viven? La más elemental termodinámica nos dice que es muy difícil que los haya, y eso independientemente de que exista o no agua en estado líquido. El agua líquida no garantiza la existencia de vida. Como se dice en Matemáticas, es una condición necesaria pero no suficiente.
Lo ideal sería demostrar de una vez la inexistencia de vida para que nosotros llevemos allí nuestros propios microorganismos y hacer un experimento a escala planetaria.
Ambos objetivos nos excitan fuertemente la imaginación y la fantasía, aunque no sean realistas. Conseguir fondos para estas misiones es complicado sin vender estas metas. Pero tarde o temprano dejarán de funcionar. O formamos a los contribuyentes para que encuentren este tipo de aventuras interesantes y que les parezca que merecen la pena financiarlas, o la exploración espacial sucumbirá a un mundo superpoblado necesitado de recursos en el que cada día es más difícil mantener una economía desarrollada o tratar de alcanzar cierta sostenibilidad ecológica.
Por lo demás se agradecería a los señores periodistas que si se ven obligados a decir el precio de este tipo de misiones informen previamente del gasto en cosméticos del ser humano, el gasto en operaciones de cirugía estética, en armas de diversa índole, en drogas recreativas varias, etc. Aspectos estos, cuanto menos, bastante más discutibles que la exploración del Universo y la búsqueda del conocimiento y la luz.
Foto: foto transmitida por Phoenix desde Marte, fuente: NASA.
26-05-2008 » NeoFronteras
1 junio 2008 @ 11:28 am
Yo quiero romper una lanza (o las que haga falta) en pro de la unificación de los sistemas de unidades de medida. Aún recuerdo con rabia los problemas que surgen cuando hay que cambiar una triste y vulgar cadena, es un ejemplo, en una máquina de importación. Por fuera, todas prácticamente iguales pero, Sistema europeo UNE , sistema inglés, sistema americano… y en lo demás, millas, Kilómetros, pulgadas, psi, pascales, etc etc. Un verdadero galimatías en el que se pierde un tiempo precioso y con el que se desbaratan miles de operaciones de mantenimiento, se encarecen los costes y se producen averías. Imaginen un mecánico de mantenimiento en un hangar de revisión de aviones, esos que usted y yo cogemos alguna vez. Tiene que apretar una tuerca de un tornillo vital para su seguridad… la indicación del par de apriete está en N×m ( Newtons × metro) en su hoja de instrucciones, pero como hace unos momentos usó el sistema inglés, pues se equivoca y toma la llave dinamométrica equivocada y le aplica unidades inglesas, o viceversa. ¿Resultado? Depende de la importancia del tornillo.
Volviendo a Marte, resultó curioso confundir millas con Kilómetros, debido sin duda a la colaboración de la UE con los USA. La pobre calculadora de a bordo se armó el mismo lío que el mecánico del tornillo. Así nunca llegaremos muy lejos. Pero dile a un inglés que abandone su sistema de unidades o que conduzca por la derecha…
2 junio 2008 @ 10:08 pm
La NASA utiliza el sistema internacional. Desgraciadamente algunos de sus contratistas, pese a que se les exige ese mismo sistema se equivocan como pasó en ese caso.
Lo del cambio de sistema de medidas, además de ser una seña cultural identitaria, es también muy costoso. Por eso mantienen el sistema anglosajón.
3 julio 2008 @ 10:30 pm
No comparto la seguridad sobre la vida en Marte. Paso a exponer mis motivos:
– Marte fue geológicamente activo (como lo demuestra el monte Olimpo). La geología activa implica una atmósfera, probablemente de H2O, CH4, CO2 SO4, y NH3. También implica una fuente de calor y presencia de energía química. Esto parecen condiciones apropiadas para la vida, al menos aquí en la Tierra.
– Sabemos que en la tierra apareció la vida en 500 millones de años (o antes). Desconocemos cuanto tiempo estuvo Marte en estas condiciones, pero la hipótesis de formación planetaria nos dicen que probablemente al menos el doble de esa cantidad.
– La Tierra se ha transformado íntegramente por la vida. Buena parte de las rocas son de origen biológico, por no mencionar la atmósfera. Estas profundas transformaciones se deben a la abundancia de vida durante 3.500 millones de años.
Por la ausencia de estas señales en Marte podemos deducir que la vida no ha sido abundante en tiempos «recientes». No creo que esto nos permita descartar totalmente la vida. En el ártico hay vida, aunque a primera vista no es nada evidente.
– Disiento de que los extremófilos necesitan del resto de la biosfera. Buena parte de ellos parecen vivir totalmente aparte del resto del mundo. La vida en la tierra nos demuestra que mientra haya una fuente de energía y una temperatura donde las proteínas sean estables, hay vida.
Me parece que en Marte hay y ha habido fuentes de energía. Lamentablemente la temperatura superficial no parece nada adecuada, y menos donde va a aterrizar la sonda Phoenix.
Por todo ello pienso que en Marte si ha habido vida, probablemente la misma que en la tierra. Seguramente continúe existiendo. Ello, lógicamente no implica hombrecitos vedes ni arboles ni tan siquiera una brizna de hierba.
4 julio 2008 @ 5:10 pm
Ahora quiero comentar mi idea para «vender» la exploración espacial.
Ciertamente el descubrimiento de vida en Marte es posible que sea una quimera y la idea de enviar una misión tripulada es inviable.
¿Como justificar el enorme gasto?
Gran parte del coste de una misión espacial se emplea en desarrollar la tecnología necesaria, ya que en buena parte todavía no existe. Desarrollar tecnología no es gastar dinero. Es invertirlo, ya que reporta dividendos; dividendos muy jugosos.
Si el publico no esta interesado en el vil metal, que piense que esa tecnología se aplica en nuestro planeta, mejorando sustancialmente nuestro nivel de vida y nuestra salud.
Por ejemplo, El velcro o el plexiglas se desarrollaron durante el proyecto Apolo. Ir a la luna no aporto ningún beneficio, pero cada dolar invertido en el proyecto Apolo fue recuperado con creces a base de vender las patentes desarrolladas.
¿Y el resto del dinero? (combustibles, hacer el cohete, etc..) ¿Por que no investigas solamente?
Ciertamente es difícil ver algún retorno de el dinero no gastado en desarrollo de tecnología. Es difícil, pues la exploración espacial es investigación básica.
El dinero gastado en investigación básica suele darnos enormes dividendos y saltos tecnológicos impresionantes. Otras veces no nos aporta utilidad alguna.
El problema es que es imposible saber, a priori, que campos de investigación básica nos van a dar algún resultado. Por tanto nuestra única opción es investigar de todo, pues a la larga seguramente tendremos beneficios.
Por ejemplo, Cuando Tompson estaba midiendo y pesando los electrones nadie se planteo que esto pudiera tener utilidad. A fin de cuentas averiguar esto solo satisfacía su curiosidad personal. Pero de ello salio el tubo de imagen, tal y como seguramente tiene (o tenía) su televisor.
Por todo ello concluyo que la carrera espacial es rentable, aunque no lo parezca.
2 octubre 2008 @ 10:03 am
La mejor forma de hacer publicidad de las misiones al espacio por las diferentes agencias es la información. Es decir, lleva la phoenix un montón de meses en Marte y poca información tenemos. El publico, la opinión publica, debería tener acceso al resto de lo hallado en Marte, vídeos imágenes y demás. Esa es la forma de que no nos aburramos. ¿Cuantos vídeos o fotos hemos visto desde la llegada de la sonda al planeta rojo? En mi opinión no llega ni al 1%. Entonces. ¿Para qué se subvencionan? Solo los científicos que se encuentran en la NASA o ESA tienen derecho a verlas. ¿Acaso no lo costeamos todos con nuestros impuestos? Entonces ¿Qué ocurre ?
Como no te vas a aburrir de 4 fotos y 3 comentarios al respecto.
Por favor. La cantidad de información que habrá enviado la sonda desde que llego hasta hoy 2 de octubre de 2008 tienen que ser brutal e increíble.
No lo entiendo.
Un saludo a todos.
2 octubre 2008 @ 11:49 pm
En EEUU son plenamente conscientes de ello. La cantidad de información que dan es muy elevada, rápida y de calidad. Incluso, en el caso de la NASA, proporcionan datos «en crudo». Los investigadores se prestan a numerosas entrevistas e incluso escriben libros sobre sus temas de investigación. Hace poco entrevistaban al responsable de Phoenix en la NPR, y era ya la segunda o tercera vez que lo hacían en ese mismo medio.
Otra cosa es que esa información esté en español. Nosotros, españoles o iberoamericanos, no pagamos con nuestros impuestos esa investigación.
Puede encontrar información aquí:
http://www.nasa.gov/mission_pages/phoenix/main/index.html