Un programa gratuito de código abierto rivaliza con caros programas comerciales tipo Mathematica, Maple o Matlab.
Hasta hace poco un estudiante de ingeniería, un físico tratando de modelizar una galaxia o un matemático que estudiara un complejo sistema de ecuaciones tenían que usar poderosos programas informáticos de pago cuyo precio ronda los centenares o miles de euros.
Ahora un programa de código abierto desarrollado desde University of Washington y orientado a las matemáticas gana el primer premio de la sección científica en un concurso internacional de software libre.
La herramienta se llama SAGE y tuvo que enfrentarse al escepticismo inicial de los matemáticos y de la propia comunidad educativa. Este software de código abierto se distribuye gratuitamente como Firefox, Linux o Open Office.
Durante los últimos tres años más de un centenar de voluntarios en todo el mundo han trabajado junto a William Stein para construir un programa que contuviera las herramientas usadas por matemáticos y científicos. Según Stein, la gente que lo ve por primera vez afirma que había estado esperando algo así desde siempre.
El programa es similar al software comercial que normalmente se usa en círculos académicos y educativos. Puede desde «mapear» un objeto de 12 dimensiones a calcular el patrón de lluvias global determinado por cambio climático. El programa puede trabajar sobre web en Internet o de forma individual sobre un ordenador ordinario corriendo sobre el navegador.
El proyecto fue iniciado por Stein en 2005 mientras era profesor en la Universidad de Harvard. Estaba muy decepcionado por el estado del software matemático gratuito, y los programas comerciales como Matlab*, Maple, Mathematica y Magma tenían (y tienen) licencias muy caras. Por ejemplo la licencia más simple de Mathematica cuesta 2.495 dólares.
Además del precio, los programas comerciales no revelan cómo se efectúan los cálculos. Esto significa que otros matemáticos no pueden supervisar el código para ver cómo los algoritmos proporcionan los resultados, siendo la experiencia parecida a una caja negra: uno mete lo solicitado y «mágicamente» da el resultado sin saber cómo se ha llegado a él. Al final uno nunca se está seguro de los resultados obtenidos. No ser capaz de comprobar el código de los cálculos computacionales es como no publicar la demostración de un teorema, según Stein.
Después de años de trabajo y esfuerzo de Stein y de sus colaboradores (algunos estudiantes) por fin empiezan ver los frutos. Aunque al principio los voluntarios eran escasos, poco a poco se han incrementado.
Una carta de David Joyner, profesor de matemáticas de U.S. Naval Academy en Annapolis (Maryland, EEUU), enviada el mes pasado a la American Mathematical Society reclamando apoyo para el proyecto por parte de la comunidad matemática, ha conseguido remover las conciencias.
En enero el programa se presentará en el congreso que la American Mathematical Society y la Mathematical Association of America celebran en San Diego. Este software se codeará junto con el software comercial en el hall de exposiciones.
Su autor cree que es mejor que el software comercial equivalente y que podría llegar a ser el mejor software matemático del mundo.
El proyecto se ha realizado gracias a una beca de la National Science Foundation, de numerosas donaciones privadas y del apoyo de varias asociaciones matemáticas norteamericanas.
Fuentes y referencias:
University of Washington. [1]
Web de SAGE. [2]
Pantallas con ejemplos. [3]
* Matlab se ha convertido en una auténtica peste en algunos círculos académicos, y los ingenieros formados con él no saben usar otra cosa.