Un análisis de los datos de WMAP obliga a limitar la existencia de texturas cósmicas.
Ciertas teorías predicen la existencia de “nudos” en el tejido del espacio conocidos como texturas cósmicas, y que éstas podrían ser identificadas estudiando el fondo cósmico de microondas (FCM).
Investigadores del Imperial College London y del Perimeter Institute han usado datos del satélite WMPA para realizar el primer estudio global en busca de texturas cósmica. No han encontrado pruebas de existencia de esos objetos.
Según el Universo se iba expandiendo y enfriando una vez se dio el Big Bang, se tuvieron que dar distintas transiciones de fase. Estas transiciones de fase serían análogas a las que permite al vapor de agua condensarse en agua y a ésta congelarse. Estas transiciones no pueden darse de manera homogénea a lo largo de todo el espacio así que algunos teóricos propusieron que debían de producirse imperfecciones en el sistema, según éste se enfriaba, a las que llamaron texturas cósmicas.
Si se generaron en el Universo temprano, esas texturas interaccionarían con la luz procedente del fondo cósmico dejando un conjunto de lugares más calientes o más fríos sobre el promedio de fondo. Si esas señales fueran detectadas entonces darían lugar a importantes pistas sobre los tipos de transiciones que podrían haber ocurrido cuando el Universo tenía una fracción de segundo de edad, lo que tendría drásticas implicaciones en la Física de partículas.
En un estudio previo publicado en Science en 2007 se señaló un caso tentador en una región del FCM a la que se llamo “Cold Spot” que podría deberse a una textura cósmica. Sin embargo, esa región correspondía al análisis de solamente a un 3% del FCM, pues no se había realizado un estudio a fondo de todo el cielo.
Un nuevo estudio, publicado en Physical Review Letters, propone mejores cotas a la existencia de texturas, dejando fuera, con un 95% de confianza estadística, a las teorías que proponen la producción de más de 6 texturas en todo el cielo.
Stephen Feeney (de UCL y autor principal del artículo) dice que si las texturas fueran observadas proporcionarían una perspectiva valiosa sobre la manera en la que la Naturaleza funciona a energías tremendas, arrojando luz sobre la unificación de las fuerzas fundamentales. Los hallazgos tentadores que fueron encontrados previamente en búsquedas a pequeña escala significan que era extremadamente importante realizar un análisis de todo el cielo.
Matt Johnson, del Perimeter, dice que aunque no hay pruebas de la existencia de estos objetos en los datos del WMAP, no se ha dicho la última palabra, pues en unos meses tendrán acceso a datos mucho mejores el satélite Planck. Sólo el tiempo dirá si se encuentran texturas en los datos de Planck o si se ponen limitaciones más fuertes a las teorías que las producen.
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Fuentes y referencias:
Nota de prensa de UCL.
Artículo origibal. [2]
Artículo en ArXiv. [3]