Los datos tomados de la supernova SN 2014J revelan que su brillo subió más rápido de lo que es de esperar en una supernova de tipo Ia al uso.
Hace unas semanas dábamos cuenta por estas páginas del descubrimiento de una supernova en la galaxia M82, lo que hacía que fuese una de la supernova más cercana en 27 años, a sólo 11,4 millones de años luz de nosotros. Se la llamó con la nomenclatura habitual: SN 2014J.
Se trataba de un superrnova de tipo Ia, que es el tipo de supernova que se usa para medir distancias cosmológicas, la más cerca de ese tipo observada en 77 años.
Pero ha resultado ser una supernova interesante, porque no se ha comportado como era de esperar en una supernova de su tipo.
Alex Filippenko (Universidad de Berkeley) y su equipo han estudiado esta supernova a partir de los datos tomados por el telescopio KAIT del observatorio Lick en San José. El que escribe pasó una noche en ese observatorio. Es una pena que se quiera eliminar este observatorio debido a los recortes presupuestarios.
KAIT es un telescopio robótico y tomó fotos del evento sólo 37 horas después de iniciarse, el 14 enero, y antes de haber sido descubierto.
Usando estos datos junto con otros de una astrónomo amateur japonés, estos investigadores calcularon que SN 2014J tenía características inusuales. Su brillo subió más rápido de lo que era de esperar en una supernova de tipo Ia, de manera similar a otra supernova (SN 2013dy) descubierta por KAIT el año pasado.
Es decir, dos de las supernovas de tipo Ia más recientes son raras, así que lo raro quizás sea lo normal y lo normal sea, en realidad, lo raro.
Este tipo de supernovas forman parte de un sistema binario en el que una enana blanca va tomando materia de la otra estrella. Cuando se alcanza una masa crítica determinada la enana blanca explosiona en una gigantesca explosión termonuclear que no deja ni agujero negro ni estrella de neutrones tras de sí.
Este tipo de explosión es estándar y siempre produce el mismo brillo y la misma curva de evolución temporal del mismo. Así que es se han usado estas supernovas para medir distancias cosmológicas, pues se puede medir el brillo aparente, se sabe el brillo absoluto y se tiene en cuenta que la intensidad de la luz se reduce según el inverso del cuadrado de la distancia.
Gracias a este tipo de supernovas se descubrió la energía oscura y que el Universo se expande cada día más rápidamente. Pero estos dos nuevos casos cambian un poco el esquema. No hay contradicción, pero permite asumir que hay que refinar esas medidas a raíz de esto. Además, permite mejorar los modelos que se tiene sobre la misma explosión.
Debido a la importancia de estas supernovas, varios telescopios en el mundo barren los cielos en su búsqueda, como el Palomar Transient Factor en San Diego o el Pan-STARRS en Hawai. Cuanto antes se descubre una supernova mayor información de consigue, antes se pueden tomar espectros, etc. Y, sobre todo, menos se depende de los modelos y más de los datos reales.
Así por ejemplo, con KAIT se descubrió SN 2013dy entre las dos horas o dos horas y media de haber comenzado. Mientras que SN 2012cg fue estudiada por este telescopio a los tres minutos de ser descubierta. KAIT observa en varias bandas de frecuencia, por lo que permite realizar espectros de baja resolución.
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Fuentes y referencias:
Artículo original [2]
Foto: W. Zheng and A. Filippenko, UC Berkeley.