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Explican las canciones de las dunas

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Los exploradores siempre han reportado historias sobre los extraños ruidos que se escuchan en el desierto. Es conocido que estos sonidos son producidos por las dunas de arena cuando se producen avalanchas, pero el mecanismo exacto que hay detrás del fenómeno ha permanecido en el misterio hasta el momento.
Ahora Stéphane Douady del Consejo de Investigación Nacional Francés y sus colaboradores proponen que el sonido proviene de la sincronización del movimiento de los granos de arena según pasan unos sobre los otros y no de las excitaciones producidas por dichos granos sobre la superficie de la duna como previamente se creía.
Las dunas cantantes son uno de los fenómenos más impresionantes de la naturaleza y ya Marco Polo se preguntó sobre su origen. Los sonidos se pueden oír a una decena de kilómetros y se parecen al producido por un tambor, por un caza rasante o incluso por un órgano de iglesia. Pueden ser tan fuertes como 105 decibelios y tener frecuencias entre 56 y 110 hercios dependiendo de la arena que las constituye o procedencia.
Los autores del estudio hicieron traer arena del Sahara de la región marroquí de Ghord Lahmar al laboratorio para poder estudiarla. Han podido generar sonidos simplemente mediante el empuje simultáneo de los granos de arena con la mano o con una lámina de metal. Esto significa que los sonidos no tienen nada que ver con la duna en sí misma resonando y sí con el movimiento de los granos de arena.

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(A) Esquema del montaje experimental. El canal tiene 1 m de diámetro y 25 cm de ancho. (B) La lámina metálica empuja la arena en el canal. El objeto oscuro de arriba es el micrófono (que también rota). Los círculos sobre la lámina están separados 1 cm, y permiten una medida directa de la altura de empuje durante el movimiento. Foto: Phys. Rev. Lett.

Según Douady lo que ocurre es que cuando los granos están implicados en una avalancha chocan unos sobre los otros a diferentes frecuencias y crean ondas en la capa fluyente de arena. Estas ondas se refuerzan unas a otras y hacen que la capa entera vibre. Sólo una capa de dos a tres centímetros es suficiente como para producir el fenómeno de resonancia.
El equipo encontró además que los granos de arena tienen que moverse a más de 0,45 m/s para emitir sonidos. Estos resultados fueron confirmados in situ en Marruecos en la misma región de procedencia de la arena. El sonido emitido depende también de la superficie de los granos de arena. Así los granos más redondeados y cubiertos con un recubrimiento de gel de sílice son los que producen los sonidos, mientras que aquellos que no poseen este recubrimiento no los emiten.

Referencia: Phys. Rev. Lett. 97 018002 [1]