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ADN con ocho bases

Consiguen sintetizar ADN funcional sintético que incorpora cuatro bases nitrogenadas extras además de las ya conocidas.

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La Física es universal. Las leyes de la física que cumplen aquí en la Tierra, en el Sistema Solar o en la Vía Láctea deben cumplirse en cualquier parte del Universo.

Se sospecha que la evolución por selección natural debe cumplirse en otros planetas con vida, pero esos seres vivos tienen que ser necesariamente muy distintos a los seres vivos de la Tierra. No sólo porque han evolucionando bajo condiciones distintas, sino porque han sufrido desde el principio una contingencia distinta.

Su bioquímica será incompatible con la nuestra e incluso puede que usen elementos distintos, como arsénico en lugar de fósforo.

Nosotros nunca podremos ser un alimento para alienígenas que hagan de octavo pasajero. Ni nosotros podremos colonizar otros planetas porque no podremos comer nada de lo que haya allí. O no nos alimentará o nos será tóxico.

La vida allá fuera puede usar aminoácidos distintos o incluso un ADN distinto, si es que usa ADN para codificar información genética. Lo peor es que, posiblemente, nunca lo sepamos, a no ser que esos extraterrestres nos lo cuenten de alguna manera en una conversación tipo SETI extremadamente lenta.

No deja de ser gracioso que en la ficción científica una misión espacial encuentre ADN y que este sea como el nuestro. Algo así es muy improbable.

Para demostrar este hecho basta la investigación que se viene realizando estos años sobre ADN sintético en el que se inventan nuevas bases nitrogenadas que se añaden a la lista de las ya existentes: A, C, G y T (adenina, citosina, guanina y timina). Se ha podido demostrar que estas nuevas bases son funcionales. En las referencias del final aparecen los enlaces a las noticias relativas a este asunto que se han publicado en NeoFronteras.

Los primeros en investigar sobre ADN sintético han sido Steven A. Benner y sus colaboradores. Su ADN mezcla de bases nuevas y las normales. El pasado jueves anunciaron la publicación de un artículo en el que demuestran que es posible añadir al ADN otras 4 bases nitrogenadas nuevas a las ya 4 conocidas, ampliando el catálogo de bases sintéticas.

Este tipo de trabajos inspiraron a otros colegas que también se han dedicado a este asunto del ADN sintético. Así, por ejemplo, Floyd E. Romesberg decidió que las nuevas bases que él y sus colaboradores buscarían no usaran puentes de hidrógeno para unirse entre sí y formar los pares, sino que uso unas que tenían cualidades hidrófugas, que en un entorno acuoso facilitaban esta unión. Para sus nuevas bases también ha desarrollado las enzimas pertinentes. En 2014 generaron enzimas que copiaban el nuevo ADN con mezcla de bases nuevas y antiguas y consiguieron modificar unas bacterias que pudieran usar este ADN híbrido. En estos años Romesberg y colaboradores incluso han conseguido que este nuevo ADN codifique proteínas sintéticas que contienen aminoácidos diferentes a los naturales.

Crear estas nuevas bases no ha sido fácil y es la culminación de muchos años de trabajo. El problema es que no vale cualquier base nitrogenada, pues debe ser compatible con la estructura del ADN conocido y permitir la formación de una doble hélice. Se podría intentar crear un ADN totalmente distinto, pero esa sería un tarea muy ardua y no podría comprobarse su funcionalidad en la vida conocida y habría que inventar también un nuevo tipo de vida. Además, las nuevas bases deben aparearse con su pareja al igual que C lo hace con G y A con T.

Para poder llegar a estas nuevas 4 bases, los investigadores del grupo de Benner probaron con decenas de bases distintas que fracasaban en su mayoría hasta que dieron con estas 4 que cumplían esos requerimientos. También ha sido necesario que el ARN trabaje con estas nuevas bases y han desarrollado las enzimas necesarias.

Se sugieren aplicaciones prácticas a este tipo de desarrollos, como usar esto para almacenar información digital para periodos largos de tiempo o aplicaciones biotecnológicas de producción de sustancias. Ya se ha fundado una empresa (Synthorx) que pretende comercializar tratamientos contra el cáncer que usen este tipo proteína sintéticas.

Sobre todo, este tipo de investigación nos obliga a recapacitar sobre cómo pueden ser otras formas de vida alternativas en otros planetas.

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Fuentes y referencias:
Artículo original. [2]
Hacia un código genético sintético. [3]
Bacteria sintética con código genético ampliado. [4]
Bacterias con ADN sintético funcional. [5]
Ilustración: Indiana University School of Medicine.