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Beneficios de la reintroducción de grandes mamíferos

La asilvestración de los ecosistema con la reintroducción de grandes mamíferos traería enormes beneficios

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Traer de vuelta castores, osos y bisontes en todo el mundo podría mejorar significativamente el estado de los ecosistemas del mundo.

Un informe financiado por las Naciones Unidas encontró que el regreso de los grandes mamíferos podría mejorar la salud del mundo natural. Reintroducir solamente 20 especies de grandes mamíferos podría ayudar a restaurar la biodiversidad del mundo.

La introducción de estos animales en sus áreas de distribución históricas en todo el mundo podría crear las condiciones necesarias para permitir que estas especies amplíen sus áreas de distribución y así cubrir más de una cuarta parte del planeta. Esto ayudaría a restaurar los ecosistemas, reducir el exceso de dióxido de carbono y aumentar las poblaciones de otras especies.

«Nuestros resultados proporcionan esperanza y posibilidades para revertir el agotamiento de las agrupaciones de fauna intactas a través de programas de restauración proactivos y estratégicamente implementados», dice la autora principal, Carly Vynne.

«Estamos viendo un impulso real de financiación y atención hacia la restauración de ecosistemas y soluciones basadas en la Naturaleza. También debemos asegurarnos de que los esfuerzos de conservación y restauración traigan consigo la diversidad y abundancia de vida en la Tierra y ayuden a restaurar grupos completos de vida natural», añade.

El análisis, realizado en nombre del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la organización sin fines de lucro RESOLVE, se publicó en la revista Ecography .

La reintroducción de grandes mamíferos en sus áreas de distribución históricas es un aspecto común de la reconstrucción. Se intenta así restaurar los ecosistemas a un estado natural que pueda autorregularse. Un ejemplo típico que se pone en este caso es la reintroducción de los lobos grises en el Parque Nacional de Yellowstone. Estos han ayudado a controlar las poblaciones de herbívoros y la biodiversidad del parque ha mejorado significativamente.

La opinión sobre en qué momento de tiempo se considera que un ecosistema estaba en su estado natural varía. Algunos sugieren una línea de base histórica en torno al año 1500, mientras que otros abogan por restaurar los ecosistemas a un estado similar al que tenían en la última Edad de Hielo, hace más de 12000 años.

Si bien la reconstrucción ofrece la oportunidad de mejorar la biodiversidad y el funcionamiento de un ecosistema, también es verdad que no siempre es posible. Las condiciones para la existencia de algunos ecosistemas simplemente ya no se dan. Además, la introducción de animales grandes podría representar una amenaza para los humanos y el ganado.

Este es el caso de los mamíferos depredadores como los lobos, cuya reintroducción suele ser controvertida entre los ganaderos de la zona. Sin embargo, los estudios muestran que estos animales tienen un impacto significativo en el medio ambiente al controlar las poblaciones de herbívoros, lo que permite que florezcan las plantas y los carroñeros.

Además de los carnívoros, la reintroducción de herbívoros también puede tener impactos significativos al dispersar semillas, reciclar nutrientes y ayudar a controlar el fuego mediante el pastoreo.

Los autores del estudio que exponemos querían investigar sobre en dónde la reintroducción de grandes mamíferos tendría el mayor impacto y cómo podría lograrse. Descubrieron que solo se necesitaban 20 especies clave, incluidos 13 herbívoros y siete depredadores, para ayudar a que la biodiversidad se recuperara en todo el mundo.

Los investigadores dividieron el planeta por ecorregiones, o áreas que contienen distintas comunidades naturales, para así evaluar el estado de los ecosistemas en todo el mundo. Se anotó el número de mamíferos grandes en cada uno y se comparó con registros históricos.

El análisis encontró que alrededor de solo el 6% de los lugares estudiados tenían comunidades de grandes mamíferos similares a las de hace 500 años. En general, actualmente solo alrededor del 16% de la superficie de la Tierra contiene comunidades de mamíferos a cualquier nivel.

Luego, los investigadores observaron qué ecorregiones estaban mejor ubicadas para ser restauradas. Se encontró que la mayor parte del norte de Asia, el norte de Canadá, así como partes de América del Sur y África, eran las más adecuadas. Solo se necesitaban unos pocos mamíferos grandes para devolver estos ecosistemas a su estado anterior.

En Europa, se descubrió que la reintroducción y conservación de animales como el castor euroasiático, el bisonte europeo y el lobo ayudarían a expandir las poblaciones de grandes mamíferos en 35 regiones de las que se habían perdido.

Pasos similares para especies como el hipopótamo, el guepardo y el león en África podrían más que duplicar el área del continente en la que viven poblaciones saludables de mamíferos.

Además de alterar el medio ambiente de tal manera que beneficie a otras especies, la reintroducción de algunos de estos animales también ayudaría a conservarlos. Por ejemplo, una de las 20 especies que se prevé que tendrá el mayor impacto si se reintroduce es la gacela dama (ver foto de cabecera). Pero estos animales, nativos del Sáhara, están en peligro crítico de extinción y solo quedan 200 ejemplares adultos en el mundo.

Los científicos, sin embargo, reconocen que se necesitan muchos cambios antes de que puedan comenzar las reintroducciones. Por ejemplo, los factores que causaron que los grandes mamíferos se vieran amenazados en primer lugar, como la caza y la pérdida de hábitat, deberían controlarse.

Muchas ecorregiones también cruzan las fronteras nacionales y, por lo tanto, requerirían la cooperación internacional si se trae a los animales de vuelta.

Los hallazgos de este estudio alimentan una conversación en curso sobre la importancia de la biodiversidad en el período previo a la conferencia COP15, que se celebrará en China a finales de este año.

Joe Gosling, del PNUMA, admite que hay trabajo por hacer, pero dice que es posible actuar con esfuerzos coordinados.

«Es posible que nuestras recomendaciones no sean adecuadas en el terreno en todas partes todavía. Las evaluaciones locales juzgarán si, por ejemplo, las presiones de la caza o la falta de una base de presas adecuada significa que es necesario abordar otros problemas antes de iniciar un programa de reintroducción. Sin embargo, nuestros hallazgos muestran que hay grandes áreas del mundo que podrían ser adecuadas para la reintroducción de grandes mamíferos si se controlan los factores atenuantes», dice.

«Ahora estamos en una década crítica para la naturaleza: la década de la ONU para la Restauración de Ecosistemas. Un siguiente paso prioritario sería ver la restauración de las poblaciones de grandes mamíferos como una ambición explícita a nivel internacional y nacional. La restauración efectiva y generalizada de la Naturaleza puede que no sea posible sin la participación de los gobiernos, el apoyo de los principales actores y la financiación de la conservación», finaliza.

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Fuentes y referencias:
Artículo original. [2]
Foto: David J. Stang/Wikimedia Commons