- NeoFronteras - http://neofronteras.com -

Más resultados sobre Tiktaalik

Un nuevo estudio sobre Tiktaalik nos recuerda que la transición gradual de la vida acuática a la terrestre requiere de algo más que la evolución de nuevos miembros.

Foto

La típica defensa que los creacionistas usan en contra de la teoría evolutiva es que no hay ejemplos fósiles de animales que sean una transición entre unas especies y otras. Esto es fácilmente justificable si tenemos en cuenta que el registro fósil es incompleto y que cuando miramos en una escala de millones de años es difícil atinar justo con el momento y encontrar un animal de transición. Pero es que además esa acusación es falsa. Hay multitud de ejemplos de fósiles que son animales de transición o contienen características anatómicas de transición.
Uno de los ejemplos más bellos lo representan los animales de cuatro patas que colonizaron la tierra firme por primera vez. A lo largo de los años se ha encontrado toda una secuencia de animales que representan “eslabones perdidos” entre los «peces» y los tetrápodos.
En esta web ya cubrimos la noticia sobre uno de estos fósiles, el caso de Tiktaalik roseae y sus protomiembros. Ahora estos mismos restos proporcionan más información.
Los fósiles de 375 millones de años fueron hallados en 2004 en Ellesmere Island (Canada) a unos 1000 km del circulo polar ártico en lo que antes fue un pantano subtropical. Gracias a estos fósiles exquisitamente conservados se puede ver cómo los huesos que formaban las aletas de los peces pulmonados se transformaron en los huesos que forman las muñecas y manos de los tetrápodos. Esos protomiembros a medio camino entre dos anatomías permitieron ya a esos seres reptar o «andar» en aguas someras. Estos fósiles permiten, por tanto, ver los pasos individuales e intermedios que posibilitaron la colonización de tierra firme por parte de los vertebrados y resuelve la cronología de esta compleja transición.
Recordemos aquí que en aquellos tiempos del Devónico diversas criaturas querían conquistar tierra firme, nosotros descendemos de aquellos que tenían 5 protodedos en cada miembro. De hecho, todos los tetrápodos descienden de ellos y de este modo los dinosaurios, los antepasados de los caballos o un gato tienen o tenían cinco dedos (en algunas especies algunos dedos se han ido perdiendo con el tiempo). Pero había otras criaturas que tenían 6, 7 e incluso 8. Si los que tenían 8 dedos hubieran ganado esa carrera por la conquista de tierra firme ahora probablemente contaríamos en hexadecimal en lugar de en decimal.
Pero no sólo se necesitaban patas para conquistar la tierra, se necesitaron muchas otras adaptaciones al hostil ambiente que representaba todo aquello que estaba fuera del agua; un mundo tentador, sin duda, pero difícil de conquistar.
Ahora los análisis posteriores de los huesos fósiles de Tiktaalik roseae nos dicen más cosas gracias a que se ha conseguido limpiar de roca el cráneo fósil. El nuevo estudio nos recuerda que la transición gradual de la vida acuática a la terrestre requiere de algo más que la evolución de nuevos miembros. Este animal no solamente tenía ya protomiembros, sino que además ya tenía un protocuello móvil. Por tanto, algunas adaptaciones craneales que se creían asociadas a los animales terrestres fueron primero adaptaciones a la vida en aguas someras.

Foto
Tiktaalik roseae (centro) sería un estadio intermedio entre el de pez Eusthenopteron (abajo) y un «tetrápodo» (arriba). Ilustración: Kalliopi Monoyios.

En el caso de encontrar un pez inteligente que pudiera contestar sí o no a nuestras preguntas le sería más fácil decir que no que asentir con un movimiento de cabeza. En algún momento de ese pasado remoto aquellos antepasados nuestros del Devónico evolucionaron para tener una cuello más móvil y articulado que el de los peces. Además los huesos que cubren sus branquias hacen creer a los investigadores que estos animales ya respiraban aire.
Neil Shubin y su equipo de University of Chicago han conseguido revelar más estructuras que delatan a este fósil como un estadio intermedio entre los peces como el Eusthenopteron y los tetrápodos. Según ellos durante esta transición la cabeza del animal terminó estando más sólidamente construida y al mismo tiempo siendo más articulada respecto al resto del cuerpo. Esta capacidad de un cuello más complejo representaba una ventaja obvia para un depredador que vivía en aguas someras.
Además, encontraron un hueso del cráneo que los peces usan para coordinar la mandíbula a la hora de alimentarse o respirar con las branquias y que en este caso se había encogido debido a su menor importancia. Esto se debía a una pérdida de función en el proceso de respiración branquial y a su remodelación para su nueva función en el proceso de audición, ya que este hueso terminaría siendo una parte del oído medio en los animales de tierra firme.
Los fósiles son propiedad de las gentes de los territorios Nunavut y serán devueltos a Canadá después de su estudio.
Ahora, cuente hasta diez, puede usar sus dedos si lo desea, y asintiendo con la cabeza diga que la evolución existe; puede que alguien le escuche gracias a los huesecillos del oído medio.

Fuentes y referencias:
Nota de prensa. [1]
Artículo original (resumen). [2]
El remoto origen de los dedos. [3]
Encuentran un «eslabón perdido» entre peces y tetrápodos. [4]