Encuentran un «eslabón perdido» entre peces y tetrápodos
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Un grupo de paleontólogos han encontrado una nueva especie fósil de un pez con características anatómicas especiales en sus miembros que le permitían andar reptando fuera del agua. Buscado desde hace tiempo es justo la pieza que faltaba en el registro fósil para dar continuidad al árbol de evolución de los peces que dio lugar a los primeros animales terrestres.
La criatura vivió hace 375 millones de años durante el periodo Devónico y ha sido encontrado en el Ártico Canadiense. Ayudará a entender cómo, entre otras características, los peces desarrollaron patas y adquirieron la movilidad suficiente como para andar por tierra firme.
Ya se conocían varios fósiles de este tipo de peces pero había una transición brusca entre algunos de ellos por lo que se necesitaba el animal de transición que rellenara el vacío.
Edward Daeschler de la Academia de ciencias naturales en Philadelphia (Pennsylvania), Neil Shubin of de la Universidad de Chicago en Illinois y Farish Jenkins de la Universidad de Harvard en Cambridge (Massachussets) planearon unas expediciones ex profeso para encontrar este fósil y lo hallaron en el antiguo delta de un río en la isla Ellesmere, que está situada en una remota región del Ártico Canadiense. En esa zona se sabía que había rocas expuestas del Devónico en donde no se había buscado fósiles de vertebrados. Allí se tuvieron que enfrentar a temperaturas muy bajas a fuertes vientos y a la posible presencia de osos polares, pero obtuvieron la recompensa deseada después de dos meses de trabajo en el verano. Fue la culminación de cinco años de trabajo en la zona, donde se exploraron 650 kilómetros de tundra canadiense en busca de los preciados fósiles. Los investigadores afirman que este hallazgo es «un sueño hecho realidad».
La nueva especie fósil se ha denominado Tiktaalik roseae que proviene del nombre esquimal de un pez de la región. El nombre fue sugerido por los ancianos inuit que pueblan aquella zona del territorio Nunavut y significa “gran pez de aguas frescas”.
Los esqueletos encontrados, de estructura cocodriliana, incluye la parte frontal en casi su totalidad con un cráneo de unos 20 cm y lo que es más importante varios miembros que muestran rasgos que demuestran estar evolucionando hacia estructuras similares a patas con huesos equivalentes al codo y a las muñecas, pero con dedos aún por desarrollar y, por tanto, aletas en su lugar. El cráneo presenta dientes afilados que ponen de manifiesto los hábitos alimenticios y el cuerpo estaba cubierto por escamas.
El sistema anatómico similar a la muñeca encontrado en sus miembros es importante porque proveía de soporte a este ser. El animal podía doblar el codo, extender la muñeca y apoyarse sobre la aleta para reptar en tierra.
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Algunos de los fósiles encontrados con anterioridad son de un época situada hace 385 millones de años (previo a Tiktaalik) y se corresponden con unos animales que ya podían caminar sobre unos miembros muy primitivos. Los otros son de hace 365 millones de años (posterior a Tiktaalik) y se corresponden con un animal que ya disponía de dedos en lugar de aletas.
Tiktaalik cae pues justo entre ambas especies y va a permitir entender mejor la transición entre los peces y los primeros tetrápodos que llegaron a tierra.
El nuevo fósil muestra una estructura en su cabeza que se asemeja a unos orificios alargados que se corresponderían a las aberturas branquiales y que estaban evolucionando para crear el sistema auditivo, así como orificios nasales para respirar aire. Este animal probablemente tenía ambos sistemas respiratorios, tanto branquial como pulmonar.
Para evolucionar hacía los primeros tetrápodos terrestres no sólo las aletas tuvieron que evolucionar hacia patas y crearse el sentido del oído. También se necesitó reforzar las costillas y crear un cuello estrecho y alargado entre otras características. Características que presenta total o parcialmente la nueva especie encontrada.
Este animal probablemente vivió en aguas someras huyendo temporalmente hacia tierra firme ante la presencia de depredadores en el agua (obviamente no había depredadores terrestres) y en donde respiraría aire. De hecho esta búsqueda planeada tuvo en cuenta este factor. De entre todas las rocas del Devónico que había en la zona se buscó entre aquellas que contenían fósiles de plantas características de deltas y aguas someras.
Naturalmente hace 375 millones de años el clima y latitud de la zona eran muy diferentes al actual, así como la configuración continental. Esta región se encontraba cerca del ecuador y formaba parte de un supercontinente muy grande.
En 2000 encontraron diversos fósiles con aletas interesantes, pero en 2004 ya encontraron tres cráneos parciales y numerosas mandíbulas.
A pesar de las penalidades meteorológicas, las vicisitudes vividas por los hombres del equipo parecen formar parte de una pequeña aventura según éstas son narradas. Shubin recuerda cuando encontró uno de los fósiles según vagabundeaba fuera del lugar del almuerzo: “Mire por encima de un muro y había un Tiktaalik sacando el morro de un acantilado y mirando hacia mí. No podía creer lo que veía. Sabía que el resto del esqueleto debía de estar justo detrás”.
Esto forma parte de otra aventura que comenzó hace 400 millones de años cuando unos seres que era peces empezaron a cambiar su fisonomía empujados por las leyes de la evolución que finalmente culminó con los primeros vertebrados terrestres, y que con el tiempo dieron lugar a todos los reptiles, anfibios, aves y mamíferos incluyendo al ser humano. Tiktaalik es simplemente otro de nuestros antepasados.
Hay que recordar que la evolución no es lineal, ni tampoco significa progreso. La secuencia evolutiva de animales hasta terminar en el ser humano no es real. La evolución de la vida sobre la Tierra se asemeja más a un árbol en donde cada hoja es una especie y en donde las extinciones son podas realizadas sobre el árbol. Nuevas ramas surgen de las antiguas y la vida se diversifica de nuevo después de una poda. La secuencia lineal aludida, y a la que estamos acostumbrados, es una secuencia de ramas trazada sobre ese árbol, una más de las muchas que se podrían trazar.
Tiktaalik es más un pez que un tetrápodo, pero este mismo equipo de investigadores quiere retornar de nuevo al Círculo Polar Ártico, a la isla Ellesmere, en busca de otros ejemplares que estén más cerca de esos vertebrados que por vez primera caminaron sobre tierra firme y seca.
Fuente principal: University of Chicago.
Referencias:
Daeschler E. B., Shubin N. H., Jenkins F. A. Jr, Nature, 440. 757 – 763 (2006).
Shubin N. H. Daeschler E. B., , Jenkins F. A. Jr, Nature, 440. 764 – 771 (2006).
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