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Los proyectos de grandes telescopios estadounidenses se enfrentan a recortes presupuestarios.

Physicsworld se hace eco de una triste noticia en el mundo de la Astrofísica: la Fundación Nacional de Ciencias de EEUU (NSF) anuncia que solo apoyará la construcción del Telescopio Gigante de Magallanes (GMT) o el Telescopio de Treinta Metros (TMT), pero no a ambas instalaciones.

Esto es el último suceso de una serie de desgraciadas desdichas que persigue a la Astrofísica estadounidense en cuanto a instalaciones de telescopios terrestres.

Todo empezó cuando se decidió construir un telescopio de treinta metros (TMT) de diámetro en Mauna Kea (Hawai). En unas islas en las que no parece que se haya defendido a los ecosistemas locales en las últimas décadas, los nativos hawianos consiguieron detener las obras del telescopio porque, al parecer, se levantaría en terreno sagrado, al igual que los telescopios que ya hay. No faltó ni siquiera hasta un acuamán que protestara en contra del proyecto.

El blanco era fácil porque los científicos no están acostumbrados a lidiar con las circunstancias políticas, menos raciales o culturales anegadas de politico-correctismo. Pese a que la mayoría de la población local está a favor del proyecto, la construcción se ha retrasado bastantes años debido a varios litigios en los tribunales.

Tanto es así que el problema podría incluso obligar a cambiar la ubicación del TMT. En 2019 el equipo de este telescopio identificó la isla de La Palma (Islas Canarias) como un sitio alternativo a su contruccion. El Instituo Astrofísico de Canarias se mostró presto a acoger el proyecto y la lluvia de millones y tiempo de observación, aunque esto sea una consecuencia del triunfo de la superstición sobre la ciencia. El problema es que la isla canaria es un lugar peor que Mauna Kea para la observación astrofísica, sobre todo en el infrarrojo, aunque también esté situada en el hemisferio boreal.

La decisión de la NSF de elegir sólo un instrumento terrestre de próxima generación que financiar se produjo cuando estableció un límite de 1600 millones de dólares para su programa Extremely Large Telescope. Esto se produce después de una reducción de los fondos para las agencias gubernamentales científicas en el actual ejercicio financiero. Esto fue impuesto por la mayoría republicana, que forzó un recorte del 8,3% al presupuesto propuesto por el NSF.

Se espera que el GMT cueste 2540 millones de dólares, de los cuales 850 millones ya se han asignado. Los funcionarios del TMT no han publicado el coste final de construcción del telescopio, pero se espera que sea de al menos 3000 millones de dólares, de los cuales 2000 millones se han asignado.

Tanto el GMT como el TMT se consideran el futuro de la astronomía terrestre estadounidense. El GMT se basará en siete espejos primarios y siete secundarios para darle una superficie óptica de 25,4 m. La construcción ya está en marcha en el pico Las Campanas de Chile. Por otro lado, el TMT utilizará un espejo primario segmentado que consta de 492 elementos de vidrio de expansión cero para formar un espejo primario de 30 m de diámetro.

El GMT y el TMT no son proyectos enteramente estadounidenses. El GMT trabaja con instituciones de Asia, Australia y América del Sur, mientras que los socios del TMT incluyen organizaciones de investigación de Canadá, India y Japón.

En 2018, los dos equipos de telescopios unieron fuerzas para crear US-ELTP. De este modo, querían proporcionar a los investigadores estadounidenses y sus socios acceso a telescopios gigantes tanto en los hemisferios norte y como en el sur. Recordemos que hay regiones del cielo que no son accesibles desde el hemisferio opuesto.

¿Será esto un gran obstáculo para alguno de estos telescopios? Posiblemente ambos terminen de ser construidos en algún momento, pero será un escollo más que posiblemente retrase más alguno de los proyectos. Esto significará que no podremos ver pronto exoplanetas o detectemos vida en alguno de ellos, si es que esta está accesible. Esta falta de financiación contrasta con los presupuestos de defensa. Al fin y al cabo estamos hablando de un par de cazas de última generación.

Las esperanza se centra ahora en el Telescopio Extremadamente Grande del Observatorio Europeo Austral de la ESO, que ya está en construcción en la región de Cerro Armazones en Chile. Con un espejo primario de 39 m, se espera su primera luz para 2028.

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Fuentes y referencias:
Noticia en Physicsworld.
Imagen: US-ELTP (TIO/NOIRLab/GMTO).