Un proceso permite obtener almidón a partir de desperdicios vegetales ricos en celulosa.
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P. Zhang. Fuente: Virginia Tech. |
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Si por algo merecería la pena vivir para siempre sería por el privilegio de no perderse lo que pase después: los grandes acontecimientos, los grandes descubrimientos científicos, quizás el viaje a las estrellas, etc. La realidad es que moriremos, nos perderemos todo eso y seremos olvidados.
Pero, por otro lado, el aspecto del mundo que se dibuja para el futuro no parece que favorezca la vida humana digna y se asemeja cada vez más a las novelas de ciencia ficción pos-apocalípticas. Aunque ese Apocalipsis no parece que vaya a ser súbito, sino que nos adentraremos en él poco a poco, casi sin darnos cuenta. De hecho ya estamos en él.
Si no hacemos nada para remediarlo, los bosques naturales y selvas desaparecerán y los arrecifes de coral quedarán borrados de unos océanos calientes, acidificados y contaminados por toda clase de sustancias tóxicas. Además cambiaremos el clima y desaparecerán los glaciares. Todo ello provocará la extinción de la mayoría de las especies que pueblan este planeta en una sexta gran extinción masiva. (leer más…)