La velocidad de crucero evita atascos
Incluso con un pequeño porcentaje de vehículos equipados con el control de velocidad adaptable se podría conseguir una disminución pronunciada de los atascos de tráfico.
Hace ya muchos años que ciertos automóviles vienen equipados con el control de velocidad de crucero, gracias al cual, el conductor puede fijar una velocidad constante en el vehículo. Recientemente se ha introducido un nuevo sistema de velocidad de crucero en el que un radar mide la distancia al vehículo que está por delante y modifica automáticamente la velocidad de crucero para evitar la colisión, acelerando o frenando el vehículo según las circunstancias. El ACC (adaptive cruise control) o control de velocidad de crucero adaptable viene instalado en pocos modelos de momento, pero esto podría cambiar si se demuestra su utilidad en los atascos.
Los atascos de tráfico son un problema muy grave en las carreteras europeas donde los conductores pierden un tiempo muy elevado y consumen un combustible cada vez más caro y que hay que importar de fuera.
Desde hace tiempo se vienen ensayando diversa técnicas para controlar este problema. Una de ellas cosiste en limitar la velocidad dependiendo del volumen que restringe el número de autos que entran en las carteras principales desde las adyacentes. Estos métodos se basan en el control centralizado del tráfico y responden a cada situación dada.
Una alternativa sería la propuesta de Arne Kesting, física de la Universidad Tecnológica de Dresde, y sus colaboradores de Volkswagen, que han realizado un modelo computacional que simula el efecto de la introducción de este mecanismo ACC en un sistema de carreteras virtuales por la cual circula un determinado porcentaje de automóviles equipados con este sistema.
Han podido demostrar que la utilización de este mecanismo, incluso en un número reducido de coches, disminuye dramáticamente los atascos de tráfico. Esto podría ser muy útil en países con carreteras y autopistas congestionadas o en los que la ampliación de las mismas no es posible.
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Se espera que en el futuro más vehículos vengan equipados con este sistema que de momento sólo se incorpora en coches de gama alta. En las simulaciones de tráfico realizadas por este grupo alemán se introducen diversos tipos de vehículos como coches y camiones así como diversos estilos de conducción como conducción rápida o lenta, además de un determinado porcentaje de conducción “automática” por ACC.
Los resultados muestran que con sólo un 10% de vehículos equipados con ACC se disminuye dramáticamente el número de atascos de tráfico y los vehículos no llegan a detenerse aunque la densidad de tráfico sea muy grande. Esto beneficia a los conductores porque reduce los tiempos de espera y reduce la longitud de las retenciones. Además el sistema muestra escalabilidad, y si aumenta el número de autos con ACC los atascos disminuyen aun más.
Naturalmente se asume que los conductores que poseen vehículos equipados con ACC utilizan el sistema.
Esto recuerda a los sistemas de agentes con propiedades emergentes. El comportamiento colectivo de los animales en un banco de peces o en una bandada de aves está muy organizado a pesar que cada individuo desconoce la situación de todos los demás individuos que forman la colectividad. En sistemas complejos como estos una serie de reglas muy sencillas aplicables sólo a los próximos vecinos deviene en un comportamiento colectivo autoorganizado. En el caso que nos ocupa los próximos vecino son los autos situados delante y detrás, y las reglas una velocidad y distancia adecuadas.
Los investigadores creen que estos resultados pueden animar a los ingenieros a construir sistemas ACC más eficientes y mejores porque los actuales no son tan buenos como los que se utilizaron en la simulación.
Referencia: Artículo original.
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