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Dos éxitos de terapia regenerativa con células madre en modelos animales

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En un nervio afectado, los oligodendrocitos comienzan a recubrir con mielina (en verde) las terminaciones celulares conocidas como axones (flechas cortas), mientras que otros axones quedan aun sin cubrir (flechas largas). Foto: UC Irvine.

Dos éxitos en terapias regenerativas sobre dos modelos animales se han dado ha conocer recientemente. En ambas se han usado células madre para regenerar dos tipos de tejidos distintos, tejido cardiaco en el corazón de una oveja y tejido nervioso en la médula espinal de ratones.
En el primero se emplearon células embrionarias procedentes de ratones para reparar tejido afectado del corazón de una oveja. Se pretende así desarrollar una técnica que permita reparar el tejido afectado tras un infarto de miocardio en pacientes humanos. Éste es uno de los primeros ensayos encaminados a la consecueción de este tipo de terapia regenerativa. Hay, no obstante, criterios morales que podrían impedir su uso en humanos en legislaciones restrictivas.
Ya se sabía que las células madre podían incrementar el flujo sanguíneo y reparar tejidos en corazones afectados. Michel Pucéat y su grupo del centro nacional para la investigación en Francia decidieron inyectar estas células madre de ratones en ovejas para ver si la técnica funcionaba en grandes mamíferos y extrapolar así más fácilmente sus resultados sobre el hombre. Inyectaron unos 30 millones de estas células en el corazón de una oveja que había sufrido un ataque de corazón y vieron que, transcurrido un mes después de haber realizado la terapia, la capacidad de bombeo del corazón se incrementaba en un 15%.
Este resultado da esperanzas y promesas de curación a futuros pacientes de este tipo de dolencias empleando este tipo de técnicas. No obstante, hace falta más investigación sobre el tema. Este mismo grupo planea ya inyectar células madre humanas en babuinos próximamente en un paso más hacia el desarrollo de este tipo de técnicas.

Referencias:
Orlic D., et al. Ann. N Y Acad Sci., 938. 221 – 229 (2001).
Menard C., et al. Lancet, 366. 1005 – 1002 (2005).

En el segundo caso se inyectó células madre en ratones con la médula espinal lo suficientemente afectada como para provocarles una parálisis parcial. Después de su administración lo ratones volvieron a caminar normalmente al cabo de cuatro meses. Esto ya se había hecho con anterioridad y con el mismo éxito, pero en este caso se han empleado células madre humanas, probándose su capacidad para regenerar tejido nervioso dañado en un modelo animal.
Los resultados se han publicado en un artículo [1] en Proceedings of the National Academy of Sciences. El grupo pertenece al departamento de medicina física y rehabilitación de la Universidad de California en Irving.
Las células madre son células embrionarias que tienen la capacidad de poderse transformar en cualquier tipo de célula especializada que pertenezca a un tejido en concreto.
Las células madre empleadas procedían de tejido cerebral fetal humano de una compañía de California. Los investigadores tuvieron que dañar la espinal dorsal de los ratones y después inyectar las células. Esto pretendía imitar el tipo de lesiones que se obtienen en humanos tras un accidente de coche y el ratón es un buen modelo animal para eso.
Las células inyectadas emigraron hacia la médula espinal y desarrollaron diferentes tipos de células especializadas, que incluían los oligodendrocitos que son las que forman la capa aislante de mielina alrededor de los nervios. Esta capa de mielina juega un papel muy importante en la transmisión del impulso nervioso.
Para probar el éxito se inyecto a los ratones un tóxico que sólo mataba las células nerviosas humanas. Se observo que el animal volvía a tener la parálisis, probándose que las células humanas eran las principales responsables de la curación.
Estos resultados prueban que las células madre humanas pueden integrarse dentro del tejido nervioso y reparar los daños que pudiera haber allí.
Quedan, no obstante, muchos interrogantes por contestar, como la posibilidad de curación de daños de este tipo producidos hace tiempo. Se precisan realizar muchos más experimentos para contestarlos.
Desgraciadamente, este tipo de noticias leídas por personas afectadas por este tipo de dolencias suelen provocar cierta ansiedad. Hay que recalcar que una posible aplicación en humanos ha de esperar hasta que la terapia sea segura y efectiva, y esto es seguro que necesite de muchos años de investigación y una legislación menos restrictiva.

Nota importante. [2]