- NeoFronteras - http://neofronteras.com -

Sobre el origen de la vida

Científicos deducen cómo se formó la vida a partir de elementos químicos simples.

Foto

Para explicar el proceso de formación de la vida, se parte del concepto de la aparición, en primer lugar, del ácido ribonucléico (ARN), antes que el desoxiribonucléico (DNA). El ARN juega un papel importante en la formación de proteínas y contiene el código genético de los virus.
El ARN se puede sintetizar a partir de tres compuestos, una base, un azúcar (ribosa) y fosfato. Estos compuestos se podrían haber formado separadamente y luego combinado para formar la molécula de ARN. Sin embargo, no hay una cadena lógica de reacciones que pueda explicar la formación de ARN, que aunque es bastante más sencillo que el ADN, es lo suficientemente complicada para no formarse espontáneamente.
Ahora, un equipo ha publicado en NATURE un artículo en el que propone un proceso posible mediante una serie de reacciones de esos compuestos y de una substancia intermedia. En el laboratorio han utilizado materiales y condiciones ambientales similares a las que se cree que había en la Tierra en épocas remotas.
La receta es la siguiente: el proceso comienza mezclando las moléculas sencillas de un azúcar, llamado glicoaldehido, y cianamida (que a su vez se ha formado a partir de cianida y amoniaco) en agua; luego se va aplicando calor hasta que el agua se evapora, quedando un residuo de un compuesto híbrido intermedio llamado 2-aminooxazol. Se añade agua y se calienta hasta evaporar de nuevo y se irradia con radiación ultravioletas similar a la del Sol obteniéndose moléculas más complejas. Por fin se añade el fosfato que reacciona para dar ARN.
Según algunos científicos ésta podría ser una elegante forma de explicar que el azúcar y la base no se tuvieron que formar separadamente antes y es un gran avance en la química prebiótica. Siguen las dudas de cuándo pudo suceder esto. Algunas opiniones la sitúan 700 millones de años después de la formación de la Tierra, hace unos 3800 millones de años. Otros la sitúan más lejos aún.

Por Juan Antonio Bernedo. [1]

Fuente: Nature.