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Actualidad exoplanetaria

Los exoplanetas pueden ser realmente muy extraños para nuestra visión “geocéntrica” de cómo debe ser un planeta. Además tampoco parece que seamos muy buenos a la hora de describir la formación de los mismos.

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Concepción artística de Kepler-10b. Fuente: NASA.

El nuevo campo de la astronomía exoplanetaria no para de producir resultados nuevos. Una de las últimas noticias es el hallazgo del planeta de menor tamaño fuera del sistema solar, al menos de momento. Situado a 560 años luz, tiene sólo 1,4 veces el tamaño de la Tierra, así que probablemente sea un planeta de tipo rocosos como la Tierra. Lo malo es que orbita tan cerca de su estrella que es poco más o menos que una roca calcinada.
Fue descubierto por el telescopio Kepler tras 8 meses de observaciones y ha sido confirmado en Tierra por Doppler gracias al telescopio Keck. Se le ha llamado Kepler-10b.
Este planeta orbita su estrella veinte veces más cerca de lo que lo hace Mercurio del Sol por lo que se le calcula una temperatura superficial superior a los mil grados, una temperatura igual o superior a la de la lava fundida. Tarda 0.84 días en completar una órbita, así que su año es más corto que uno de nuestros días. Con un tamaño de 1,4 veces el terrestre y una masa de 4,6 la de nuestro planeta, se le calcula una densidad media de 8,8 gramos por centímetro cúbico. Por tanto, tiene una densidad similar a la del hierro o la de Mercurio. Es decir, este planeta es, más o menos, una bola de hierro y rocas fundidas.
La técnica de tránsito usada por Kepler permite detectar planeta pequeños gracias a su fotometría ultraprecisa y calcular su tamaño y parámetros orbitales. En este caso el brillo de la estrella decaía un 0.015% cada 0,84 días. Un paso crucial fue determinar el radio y masa de su estrella gracias a las medidas de la frecuencia vibracional o “estrellamotos” de la estrella.
Kepler es el primer sistema que permite detectar planetas de tipo rocoso dentro de las zonas habitables de las estrellas. Aunque este hallazgo en concreto no tiene importancia de cara a la Exobiología, nos promete que este telescopio será capaz de encontrar planetas interesantes en el futuro, incluso que quizás tengan vida.
Uno de los miembros del equipo de Kepler dice que el próximo hito será la detección de un planeta de tipo terrestre en la zona de habitabilidad de la estrella.

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Comparativa artística de cómo sería un planeta tipo Gliese 581 g “eyeball” respecto a la Tierra. Fuente: New scientist.

Pero si este “Vulcano” ya nos parece un objeto bastante exótico, quizás nos lo parezcan aún más los planetas “ojo” o “eyeball” que se han propuesto recientemente.
Esta idea se basa en Gliese 581 g, el supuesto planeta (aún por confirmar) más hospitalario para la vida descubierto hasta el momento. A sólo 20 años luz de nosotros este planeta probablemente presente siempre la misma cara a su estrella (una enana roja), pero se encontraría dentro de la zona habitable de la estrella. Ya mencionamos en NeoFronteras este “descubrimiento” [1] en su día.
Un estudio teórico sobre este planeta, o planetas similares dentro de la zona habitable, especula sobre las posibles configuraciones de su atmósfera y superficie. Podría ser que la cara soleada consistiera en un mar de agua líquida mientras que el resto de la superficie estuviera congelado. Esta configuración daría al planeta el aspecto de un globo ocular. Este estudio podría servir, en otros casos similares, a la hora de ayudar a definir la zona de habitabilidad.
Una opción sería que el planeta no tuviera atmósfera y que toda el agua de la superficie estuviera congelada. En la cara soleada se mantendría una bolsa de agua líquida por debajo de una fina capa de hielo capaz de sustentar vida.
La otra opción es que tenga atmósfera con un determinado contenido en dióxido de carbono (un 20%) que provoque efecto invernadero. En ese escenario habría una región enfrentada a la estrella con un mar abierto de agua líquida mientras que el resto estaría cubierto de hielo.
Se espera que quizás el futuro telescopio espacial James Webb (con problemas de retraso y financiación) ayude a resolver los misterios de Gliese 581 g (si es que existe). Se planea el lanzamiento de este telescopio para 2014.
Este resultado nos dice que en el futuro cercano no sólo harán falta astrofísicos en este campo, sino que además serán necesarios los climatólogos.

Estos casos nos hacen ver que la idea que teníamos hasta hace poco de planeta estaba condicionada por nuestros propios prejuicios y modelos. Esta perplejidad exoplanetaria se ha puesto de manifiesto recientemente entre los astrofísicos. Según ha expuesto en un congreso hace poco Geoff Marcy, famoso cazaplanetas de la Universidad de Berkeley, los modelos de formación de planetas que tenemos fallan a la hora de describir la diversidad exoplanetaria que hay ahí fuera. Muchos otros astrofísicos apoyan este punto de vista.
No se trata de solamente de posibles planetas habitables, sino de muchos otros casos que no captan la atención y que son bastante exóticos, como la abundancia de jovianos a todas las distancias posibles, planetas orbitando estrellas de neutrones o enanas rojas, etc. Las órbitas de estos planetas se apartan a veces bastante del círculo u orbitan en sentido retrógrado a como lo hacen otros planetas de su sistema o la propia estrella. Algunos incluso parecen haber emigrado de unas posiciones orbitales a otras.
Sergei Nayakshin, de la Universidad de Leicester, ha creado nuevos escenarios en los que trata de modelar la formación de planetas. Según él su modelo es capaz de resolver las discrepancias de la teoría con las observaciones.

En todo caso nos esperan tiempos excitantes en este campo de los exoplanetas. ¿Tardará mucho en aparecer una Tierra II?

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Fuentes y referencias:
Nota de prensa. [3]
Nota de prensa. [4]
Artículo original [5]
Noticia en Scientific American. [6]