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Los fósiles de Doushantuo fueron embriones

Un estudio apoya la idea de que los fósiles de Doushantuo corresponderían a embriones de hace 570 millones de años.

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Antes de que hubiera seres humanos, dinosaurios, gorgonópsidos, o seres como Tiktaalik hubo otros organismos. Incluso antes de los animales que protagonizaron la explosión del Cámbrico como Opabinia y Anomalocaris tuvo que haber otros animales. Quizás algunos de ellos formaron parte del jardín de Ediácara.
Pero un poco antes tuvo que darse un punto de inflexión fundamental: la aparición de los seres pluricelulares a partir de los unicelulares. Entre ese manojo de células que por primera vez jugaban a cooperar y los animados animales, la evolución tuvo que investigar métodos para recrear una complejidad que nunca antes se había dado. Una de esas maneras tuvo que ser la creación de un desarrollo embrionario.
Quizás la mejor manera de conservar la información biológica es usar seres vivos. En el genoma de cada especie que ahora puebla la Tierra hay datos sobre toda la historia evolutiva sobre este plantea. Es ahora cuando se está empezando a aprender a leer esa información, justo cuando al mismo tiempo nos dedicamos afanosamente a la extinción de todas las especies que no sirven a nuestros intereses.
La otra manera es a través del registro fósil. Pero un cuerpo orgánico rara vez fosiliza. De la multitud de especies que una vez hubo sobre este mundo, sólo conoceremos unas pocas a través del registro fósil. Las demás jamás las conoceremos, pasaron al olvido absoluto de su existencia. Esta situación es aún peor si nos retrotraemos más y más en el pasado, pues la erosión y la tectónica han tenido mucho más tiempo para destruir esa maravillosa información mineral. Además, antes de la aparición de la depredación y de la carrera de armamentos que eso supuso, no había partes duras, como dientes, exoesqueletos o caparazones. En aquel tiempo tampoco había complejidad que necesitara de huesos y esqueletos. Y un ser sin partes duras fosiliza muy mal.
Pero hay momentos en la ciencia en la que se tiene suerte y se descubren joyas fósiles. En 1997 se descubrieron unos maravillosos fósiles de 570 millones de años en el sur de China pertenecientes a unas misteriosas criaturas: los fósiles de Doushantuo.
Estos minúsculos organismos formaron réplicas pétreas que llegaron hasta nosotros, pero, a pesar de estar exquisitamente conservados, son difíciles de interpretar. Parecen grupos de células que forman lo que pudo ser un embrión, pero algunos expertos del campo discutieron esa posibilidad y propusieron la explicación alternativa de que se trataría de colonias de bacterias Thiomargarita, que son bacterias que metabolizan azufre.
Ahora, una nueva investigación apunta a que las células de Thiomargarita no fosilizarían como los fósiles de Doushantuo. Por tanto, estos primitivos fósiles no serían restos de bacterias, sino probablemente antiguos embriones.
Philip Donoghue, de University of Bristol, y sus colaboradores han comparado diversas formas de vida actual con estos fósiles. Sus hallazgos los publican en Proceedings of the Royal Society B.
Esta comparación tal cual sería poco rigurosa, así que han tratado de ver cómo esas especies se degradan y fosilizarían. La investigación no fue sencilla y básicamente tenían que observar cómo se echaban a perder muchas muestras de Thiomargarita y embriones de erizo de mar.
En el proceso natural de fosilización están implicados muchos aspectos, como la acción de hongos y bacterias o la presencia o ausencia de determinados minerales y gases en el ambiente. En algunos casos los investigadores tuvieron que recolectar para esta investigación muestras en distintos estadios de descomposición en sedimentos naturales.
Los investigadores tomaron fotografías tridimensionales de Thiomargarita y embriones de erizos marinos muertos gracias a los rayos X proporcionados por una fuente sincrotrón. Según decaían las células de Thiomargarita, éstas terminaban siendo esferas huecas, mientras que los fósiles de Doushantuo muestran células con estructura interna.
Donoghue cree que esos fósiles se formaron en un proceso en el que las bacterias del agua marina se disponen sobre un cuerpo muerto y lo recubren con una biopelícula. Cuando estas bacterias murieron sus células terminaron fosfatándose y tomaron la forma del organismo original. Lo que se observa ahora es el remanente de esa biopelícula fosilizada y no el organismo original. Este proceso parece que es habitual en la Naturaleza.
Cuando los investigadores trataron de replicar este proceso vieron que funcionó bien en embriones de erizo de mar, pero el proceso de biopelícula no funcionó tan bien sobre Thiomargarita. En lugar de dar réplicas de sí mismas las células de Thiomargarita simplemente terminaban colapsando.
La biopelícula sí que realizó bien la fosfatación sobre los embriones y no sobre Thiomargarita. Por tanto, este grupo de investigadores concluye que los fósiles de Doushantuo corresponderían a embriones.
Este equipo de investigadores sigue con el trabajo esperando saber más sobre lo que ocurrió a esos organismos después de su muerte. Según Donoghue, el proceso de decaimiento es infravalorado.

Actualización
Un nuevo estudio [1] realizado en parte por estos mismos investigadores y publicado en Science [2] sostiene que estos fósiles serían en realidad esporas, no serían embriones de animales. Las pruebas que aportan vienen de la estructura interna celular que pueden analizar con luz sincrotrón. Al parecer se conservan fosilizados algunos orgánulos celulares, incluido el núcleo, que permiten distinguir entre esporas y embriones.

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Fuentes y referencias:
Noticia en Science. [4]
Artículo original. [5]
Foto: J. A. Cunningham et al., Proc. R. Soc. B (2011), Online Publication.