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Desvelando la regeneración en planarias

Descubren que la acción de la telomerasa es la que mantiene la regeneración ilimitada de tejidos en planaria asexuales, pero no en planarias sexuales.

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Schmidtea mediterranea es una planaria que vive en el sur de Europa y norte de África. Fuente: UCSF/J.Azimzadeh.

Los seres humanos envejecemos y nos morimos. Nuestros cuerpos parecen tener la muerte programada en sus células. Es duro, pero es la realidad.
Cuando somos jóvenes nos creemos inmortales porque no tenemos la suficiente perspectiva del tiempo, pero con el paso de los años eso cambia y comprobamos que las heridas no se curan tan rápidamente, empezamos a tener achaques y vamos envejeciendo. Nuestra piel pierde tersura y suavidad, y sobre ella aparecen arrugas. La piel es un buen indicador de ese proceso de envejecimiento.
Todo esto se debe a que las células de nuestro cuerpo no se dividen indefinidamente. Las células madre empiezan a mostrar signos de envejecimiento y ya no reemplazan a los tejidos especializados de nuestros cuerpos. Envejecemos porque nuestras células envejecen.
Pero hay otros animales a los que no les pasa esto. Las planarias regeneran incluso la cabeza cuando ésta es amputada (y la cabeza amputada regenera un cuerpo). Estos gusanos son potencialmente inmortales, pues su habilidad de regeneración no parece tener límites. De algún modo las células madre de las planarias evitan el proceso de envejecimiento celular y siempre están dispuestas a regenerar tejidos como el primer día. Siempre se pueden dividir.
Esta características de los gusanos planos ha fascinados a los científicos por obvias razones. Ahora investigadores de la Universidad de Nottingham han comprobado cómo un tipo de planarias evita el envejecimiento. El estudio arroja luz sobre los procesos de envejecimiento celular en humanos y podría servir en un futuro lejano para el desarrollo de terapias.
Aziz Aboobaker y sus colaboradores han estudiado dos tipos de planarias: de reproducción sexual y asexual. En ambos casos se tiene una capacidad ilimitada de regenerar nuevos músculos, piel, aparato digestivo o incluso el cerebro.
Una de las limitaciones que tiene la división celular en humanos y animales superiores es la longitud del telómero. Los telómeros son las “protecciones” que tienen los extremos de los cromosomas y estos telómeros se van acortando con cada división celular hasta que la propia división no es posible.
Uno esperaría que en un animal inmortal se mantuviera indefinidamente la longitud de los telómeros independientemente del las divisiones que se dieran, para que así la replicación de células se diera, por siempre. Aboobaker predijo que las planarias consiguen mantener los telómeros en células madre adultas.
En un trabajo previo se mostró que los telómeros se pueden mantener gracias a la acción de la enzima telomerasa. En los organismos superiores de reproducción sexual esta enzima sólo se activa durante los primeros estadios del desarrollo. Por eso, según envejecemos, los telómeros se van reduciendo.
Thomas Tan ha realizado una serie de experimentos para explicar la inmortalidad de las planarias. En colaboración con el resto del equipo ha logrado comprender parte de los trucos moleculares que permiten a las células de planaria dividirse sin sufrir el acortamiento de los telómeros.
El proyecto tenía como objetivo identificar el gen que codificaba la telomerasa en las planarias y tratar de atenuar su actividad. Esto resultó en una reducción de los telómeros, demostrándose así que se trataba del gen adecuado. En los gusanos de reproducción asexual encontraron que la actividad de este gen aumentaba durante los procesos de regeneración, permitiendo así mantener la longitud de los telómeros y la necesaria división celular para reemplazar tejidos.
Pero lo más sorprendente fue comprobar que para el caso de los gusanos planos de reproducción sexual no parecía que se mantuvieran los telómeros con el mismo mecanismo. Esta diferencia entre planarias de reproducción sexual y asexual fue toda una sorpresa, dado que en ambos casos se muestra una capacidad de regeneración ilimitada.
Los investigadores creen que las planarias sexuales finalmente mostrarán los efectos del acortamiento de telómeros o que quizás éstas están usando otro mecanismo distinto para mantener su longitud que no use telomerasa y que está aún por descubrirse.
Aboobaker concluye que las planarias asexuales demuestran tener el potencial de mantener la longitud de los telómeros durante la regeneración y que sus datos satisfacen las predicciones acerca de lo que necesita un animal para ser potencialmente inmortal.
La próxima meta de estos investigadores es comprender los mecanismos en mayor detalle y entender cómo puede aparecer por evolución un animal inmortal, pues no parece que haya una presión de selección a ese respecto una vez que se da la reproducción y se obtiene una descendencia mejor adaptada.
Posiblemente estemos tan lejos de la inmortalidad como aquellos que buscaban la fuente de la eterna juventud. Pero mira tú si al final la humanidad escapa a su propia autodestrucción y se descubre un método para que haya humanos potencialmente inmortales y los mortales del momento lo tienen que ver (y no disfrutar).

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Fuentes y referencias:


Cómo la planaria regenera su cabeza. [2]
Primer animal sin centrosomas. [3]