Primer animal sin centrosomas
Descubren el primer animal que carece de centrosomas en las células de su cuerpo, algo que obliga a replantearse el papel de estos orgánulos en la división celular.
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Investigadores de la Universidad de California en San Francisco descubren que las planarias, o gusanos planos, no necesitan centrosomas en sus células.
Los centrosomas son unos orgánulos celulares no rodeados de membrana que hasta ahora se creían fundamentales. Están presentes en lo animales y consiste en dos centriolos apareados que están embebidos en un conjunto de agregados proteicos. Entre sus funciones están aquellas relacionadas con la movilidad celular y con la organización del citoesqueleto. Y, lo que es más importante, durante la división celular los centrosomas emigran a polos opuestos de la célula y organizan el huso acromático que permite la organización de los cromosomas en dos grupos. Se creía que el centrosoma era esencial para la división celular.
Todos los animales examinados hasta el momento, desde los insectos a los mamíferos tenían centrosomas en sus células, pero no las plantas superiores ni los hongos (éstos tienen orgánulos que cumplen funciones similares). Esta es la primera vez que se encuentra un organismo animal que carece de ellos. Según Wallace Marshall, uno de los investigadores implicados, el hecho de que los gusanos planos no tengan centrosomas obliga a replantearse el papel de estos orgánulos.
Algunas enfermedades provienen precisamente de la pérdida de la habilidad celular de dividir los cromosomas en dos grupos o mitades iguales justo durante la división celular. Algo que precisamente está controlado por estos orgánulos. Otras enfermedades, como el cáncer también están relacionadas con anormalidades a la hora de la división celular. En estos casos las células tumorales duplican piezas extras de ADN. Ciertas formas de retraso mental también están relacionadas con una división celular anormal que hace que se pierdan trozos de ADN y que se den problemas de desarrollo en las estructuras cerebrales.
Se supone que los centrosomas surgieron por evolución precisamente para arreglar este tipo de problemas y que así la división celular esté bien organizada. Se creía que aparecieron en el ancestro de todos los animales y que todos los animales los tenían. Por tanto, el descubrimiento ha sido inesperado.
Los investigadores estaban interesados en el estudio de la capacidad regenerativa del gusano plano Schmidtea mediterranea, sobre él habían trabajado varios años. Si a este organismo de unos pocos milímetros de longitud se le amputa un trozo de cuerpo es capaz de generar en unos días dos individuos completos a partir de los dos trozos resultantes. De hecho, este animal puede dividirse indefinidamente de este modo e incluso usa este mecanismo como una forma de reproducción.
La idea que tenían estos investigadores era ver qué pasaba cuando se silenciaban los genes que controlan expresan los centrosomas. Se esperaba que esto alterara profundamente esta capacidad regenerativa. Sin centrosomas la división celular se tenía que ver comprometida y con ello la habilidad de regenerar un cuerpo completo a partir de un trozo.
Sin embargo, se sorprendieron que este silenciamiento de genes no afectaba para nada a esta capacidad regenerativa. Al estudiar en detalle este gusano vieron que en realidad carecía de manera natural de centrosomas y que, por tanto, el silenciamiento de genes estaba de más.
Los investigadores especulan que quizás esto signifique que la presión evolutiva que mantiene estas estructuras en todos los demás animales puede que tenga poco que ver con la división celular en sí misma. Quizás los centrosomas tienen otras funciones que aún se desconocen.
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Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
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