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La extinción del Triásico se debió al vulcanismo

La extinción que permitió el reinado de los dinosaurios se debió al cambio climático producido por la actividad volcánica.

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Basalto de 200 millones de años en New Jersey. Fuente: Paul Olsen/Lamont-Doherty Earth Observatory.

Las rocas nos hablan de tiempos pretéritos en el que otros seres poblaron la Tierra. Esas especies proliferaron durante millones de años y luego desaparecieron para siempre. Algunas desaparecieron al ritmo habitual en el que unas son sustituidas por otras especies. Otras lo hicieron en eventos de extinción. Pero entre todos los eventos de extinción destacan las cinco grandes extinciones masivas. Esos cinco eventos se dieron al final de los periodos Ordovícico, Devónico, Pérmico, Triásico y Cretácico, hace unos 444, 360, 250, 200 y 65 millones de años respectivamente. Los periodos geológicos constituyen una clasificación cultural humana y esas transiciones abruptas en el registro fósil producido por estas extinciones masivas fueron tomadas como marcadores, así que no es casual que estas extinciones se dieran al final de esos periodos, pues los hemos definido nosotros así.
Desde que descubrieron se ha buscado la causa a todas estas extinciones. En los tiempos actuales se tiende a pensar que casi todas ellas fueron producidas por algún tipo de cambio climático o químico de las aguas marinas, aunque la del Cretácico probablemente se dio por culpa del impacto de un meteorito.
No hubo eventos de extinción masiva previos a estos, porque la vida compleja no se puede prolongar más atrás en el tiempo, pues ésta apareció en la explosión del Cámbrico hace unos 550 millones de años. La vida era antes de esa explosión, con la salvedad de la biota de Ediácara, meramente microbiana. Pero seguro que, durante 3000 millones de años, esa vida microbiana también sufrió todo tipo de crisis, simplemente éstas no dejaron huella en el registro fósil o no hemos encontrado pruebas de ello aún.
Pero la vida quiere seguir existiendo y, como si tuviera voluntad propia, renace de sus cenizas para radiar nuevas formas de vida tras cada desastre apocalíptico. Incluso algunas especies han conseguido sobrevivir casi sin cambios a muchas de esas extinciones, son los supervivientes.
Ahora hay una especie sobre la Tierra que se hace llamar así misma “sabia” distando mucho de serlo, pero es la primera especie que ha conseguido estudiar a las demás, incluso a aquellas que ya desaparecieron. Es nuestra obligación “escuchar” qué es lo que nos tienen que decir las rocas.
Un grupo de investigadores ha analizado rocas basálticas en varias partes del mundo para esclarecer qué es lo que pasó en la extinción del Triásico-Jurásico, hace 200 millones de años. Este evento hizo desaparecer a muchos reptiles y significó la extinción casi total de los sinápsidos no mamíferos. Desparecieron un 34% de los géneros. Pero los dinosaurios estaban esperando una oportunidad y, al igual que los mamíferos en la extinción del Cretácico que se dio después, se diversificaron tras esa gran extinción y reinaron durante 135 millones de años. Es un periodo de tiempo muy extenso. No está garantizado que los que ahora reinan sobre este planeta duren tanto tiempo.
Los expertos del campo han propuesto que esta extinción, y alguna otra, fueron producidas por una actividad volcánica inusitamente intensa. Algunos de ellos han analizado las rocas que marcan esa transición para saber más. El artículo que se publica ahora en Science reúne distintas líneas de investigación y constituye el resultado más claro que liga esta extinción al vulcanismo.
El problema es, obviamente, determinar la cronología de ambos hechos con suficiente precisión como para determinar una relación de causa efecto entre el vulcanismo y el evento de extinción. Ya se puede decir que ambos ocurrieron hace 201.564.000 años.
En un principio la actividad volcánica inyecto compuestos de azufre y polvo que bloquerían la luz solar, lo que podría haber producido un invierno de varios años. Luego el panorama que se describe sobre lo que pasó es demasiado familiar. La actividad volcánica también habría introducido gran cantidad de dióxido en la atmósfera que permanecería ahí durante miles de años, lo que produjo un mayor efecto invernadero, un cambio climático y una acidificación de las aguas. Las especies, incapaces de adaptarse a cambios tan rápidos, fueron desapareciendo, muchas por culpa del efecto dominó. Luego, más tarde, las que consiguieron resistir radiaron y se diversificaron, ocupando los nichos que habían quedado vacíos.
La lección está clara para todo aquel que quiera aprenderla y es una llamada de atención sobre los cambios que el ser humano está introduciendo con sus emisiones.
En el estudio se ha analizado la presencia de isótopos de uranio en rocas basálticas de la época que fueron engendradas por esa actividad volcánica. La actividad volcánica de la época eyectó millones de kilómetros cúbicos de lava en cuatro episodios a lo largo de un periodo de 600.000 años. Se generó lo que se denomina Provincia Magmática del Atlántico Central. La deriva continental ha repartido esos materiales por distintos sitios y ahora se pueden encontrar tanto en América como en África. Este equipo de investigadores ha analizado rocas en Nueva Escocia, Marruecos y New Jersey.
El problema era que en anteriores estudios el margen de error en la datación de estas rocas era de 1 a 3 millones de años. El nuevo margen es de sólo unos pocos miles de años.
La erupción que generó las rocas de Marruecos fue la más temprana de las analizadas, con 201,56 millones de años. La de Nueva Escocia y New Jersey se dieron 3000 y 13.000 años más tarde respectivamente.
La cronología de este evento coincide con datos paleomagnéticos de inversión del campo magnético terrestre. Además también coincide con datos cronológicos sobre rocas sedimentarias que reflejan la exposición al sol según el eje terrestre precesiona a lo largo del tiempo.
Todo esto acota el tiempo máximo entre la actividad volcánica y la extinción a 20.000 años, aunque podría ser mucho menos. Esto señalaría a la actividad volcánica como causa casi segura de esta extinción.
Muchos científicos sostienen ahora que el ser humano está provocando la secta gran extinción masiva debido a la superpoblación, actividad industrial, explotación de los recursos naturales, quema masiva de combustibles fósiles, etc. Especialmente preocupante es el efecto de las emisiones de dióxido de carbono debido a su gran inercia. Un aumento del 40% del contenido de este gas en 200 años en la atmósfera terrestre es tan rápido o incluyo mayor que el que se dio al final del Triásico hace 200 millones de años. La acidificación oceánica actual es la más rápida de los último 300 millones de años. El final del Triásico es similar a la época actual.

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Fuentes y referencias:

Nota de prensa. [2]
Artículo original. [3]
Vídeo sobre el asunto. [4]