La extinción del Triásico se debió al vulcanismo
La extinción que permitió el reinado de los dinosaurios se debió al cambio climático producido por la actividad volcánica.
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Las rocas nos hablan de tiempos pretéritos en el que otros seres poblaron la Tierra. Esas especies proliferaron durante millones de años y luego desaparecieron para siempre. Algunas desaparecieron al ritmo habitual en el que unas son sustituidas por otras especies. Otras lo hicieron en eventos de extinción. Pero entre todos los eventos de extinción destacan las cinco grandes extinciones masivas. Esos cinco eventos se dieron al final de los periodos Ordovícico, Devónico, Pérmico, Triásico y Cretácico, hace unos 444, 360, 250, 200 y 65 millones de años respectivamente. Los periodos geológicos constituyen una clasificación cultural humana y esas transiciones abruptas en el registro fósil producido por estas extinciones masivas fueron tomadas como marcadores, así que no es casual que estas extinciones se dieran al final de esos periodos, pues los hemos definido nosotros así.
Desde que descubrieron se ha buscado la causa a todas estas extinciones. En los tiempos actuales se tiende a pensar que casi todas ellas fueron producidas por algún tipo de cambio climático o químico de las aguas marinas, aunque la del Cretácico probablemente se dio por culpa del impacto de un meteorito.
No hubo eventos de extinción masiva previos a estos, porque la vida compleja no se puede prolongar más atrás en el tiempo, pues ésta apareció en la explosión del Cámbrico hace unos 550 millones de años. La vida era antes de esa explosión, con la salvedad de la biota de Ediácara, meramente microbiana. Pero seguro que, durante 3000 millones de años, esa vida microbiana también sufrió todo tipo de crisis, simplemente éstas no dejaron huella en el registro fósil o no hemos encontrado pruebas de ello aún.
Pero la vida quiere seguir existiendo y, como si tuviera voluntad propia, renace de sus cenizas para radiar nuevas formas de vida tras cada desastre apocalíptico. Incluso algunas especies han conseguido sobrevivir casi sin cambios a muchas de esas extinciones, son los supervivientes.
Ahora hay una especie sobre la Tierra que se hace llamar así misma “sabia” distando mucho de serlo, pero es la primera especie que ha conseguido estudiar a las demás, incluso a aquellas que ya desaparecieron. Es nuestra obligación “escuchar” qué es lo que nos tienen que decir las rocas.
Un grupo de investigadores ha analizado rocas basálticas en varias partes del mundo para esclarecer qué es lo que pasó en la extinción del Triásico-Jurásico, hace 200 millones de años. Este evento hizo desaparecer a muchos reptiles y significó la extinción casi total de los sinápsidos no mamíferos. Desparecieron un 34% de los géneros. Pero los dinosaurios estaban esperando una oportunidad y, al igual que los mamíferos en la extinción del Cretácico que se dio después, se diversificaron tras esa gran extinción y reinaron durante 135 millones de años. Es un periodo de tiempo muy extenso. No está garantizado que los que ahora reinan sobre este planeta duren tanto tiempo.
Los expertos del campo han propuesto que esta extinción, y alguna otra, fueron producidas por una actividad volcánica inusitamente intensa. Algunos de ellos han analizado las rocas que marcan esa transición para saber más. El artículo que se publica ahora en Science reúne distintas líneas de investigación y constituye el resultado más claro que liga esta extinción al vulcanismo.
El problema es, obviamente, determinar la cronología de ambos hechos con suficiente precisión como para determinar una relación de causa efecto entre el vulcanismo y el evento de extinción. Ya se puede decir que ambos ocurrieron hace 201.564.000 años.
En un principio la actividad volcánica inyecto compuestos de azufre y polvo que bloquerían la luz solar, lo que podría haber producido un invierno de varios años. Luego el panorama que se describe sobre lo que pasó es demasiado familiar. La actividad volcánica también habría introducido gran cantidad de dióxido en la atmósfera que permanecería ahí durante miles de años, lo que produjo un mayor efecto invernadero, un cambio climático y una acidificación de las aguas. Las especies, incapaces de adaptarse a cambios tan rápidos, fueron desapareciendo, muchas por culpa del efecto dominó. Luego, más tarde, las que consiguieron resistir radiaron y se diversificaron, ocupando los nichos que habían quedado vacíos.
La lección está clara para todo aquel que quiera aprenderla y es una llamada de atención sobre los cambios que el ser humano está introduciendo con sus emisiones.
En el estudio se ha analizado la presencia de isótopos de uranio en rocas basálticas de la época que fueron engendradas por esa actividad volcánica. La actividad volcánica de la época eyectó millones de kilómetros cúbicos de lava en cuatro episodios a lo largo de un periodo de 600.000 años. Se generó lo que se denomina Provincia Magmática del Atlántico Central. La deriva continental ha repartido esos materiales por distintos sitios y ahora se pueden encontrar tanto en América como en África. Este equipo de investigadores ha analizado rocas en Nueva Escocia, Marruecos y New Jersey.
El problema era que en anteriores estudios el margen de error en la datación de estas rocas era de 1 a 3 millones de años. El nuevo margen es de sólo unos pocos miles de años.
La erupción que generó las rocas de Marruecos fue la más temprana de las analizadas, con 201,56 millones de años. La de Nueva Escocia y New Jersey se dieron 3000 y 13.000 años más tarde respectivamente.
La cronología de este evento coincide con datos paleomagnéticos de inversión del campo magnético terrestre. Además también coincide con datos cronológicos sobre rocas sedimentarias que reflejan la exposición al sol según el eje terrestre precesiona a lo largo del tiempo.
Todo esto acota el tiempo máximo entre la actividad volcánica y la extinción a 20.000 años, aunque podría ser mucho menos. Esto señalaría a la actividad volcánica como causa casi segura de esta extinción.
Muchos científicos sostienen ahora que el ser humano está provocando la secta gran extinción masiva debido a la superpoblación, actividad industrial, explotación de los recursos naturales, quema masiva de combustibles fósiles, etc. Especialmente preocupante es el efecto de las emisiones de dióxido de carbono debido a su gran inercia. Un aumento del 40% del contenido de este gas en 200 años en la atmósfera terrestre es tan rápido o incluyo mayor que el que se dio al final del Triásico hace 200 millones de años. La acidificación oceánica actual es la más rápida de los último 300 millones de años. El final del Triásico es similar a la época actual.
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Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
Artículo original.
Vídeo sobre el asunto.
14 Comentarios
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lunes 1 abril, 2013 @ 10:09 pm
Hasta puede que esta, ya en marcha, sexta gran extinción, converja en orden inverso con la gran extinción triàsica. El aumento de la temperatura debido al efecto invernadero, del CO2 que no parece que vayamos ha dejar de emitir, podría fundir una cantidad de hielo continental suficiente como para producir un reajuste de placas tectónicas, dando lugar a un aumento del vulcanismo que podría llegar a ser de dimensiones semejantes al del Triásico.
¿Llegaremos esta especie de «tecnotribales» a adquirir la suficiente «sapiencia» como para no llegar a ser la causa de la mas gigantesca de todas las grandes extinciones?
Con pesimismo constructivo.
Saludos a todos.
martes 2 abril, 2013 @ 12:49 am
«Ahora hay una especie sobre la Tierra que se hace llamar a si misma «sabia» distando mucho de serlo, pero es la primera especie que ha conseguido estudiar a las demás, incluso a aquellas que ya desaparecieron».
¡Bravo, Neo!, nosotros hablamos en nombre del planeta, no podemos eludir nuestra responsabilidad porque tenemos el timón en nuestras manos. Ojalá sepamos conducir la nave a buen puerto.
martes 2 abril, 2013 @ 12:54 am
Querido amigo Pocosé:
No nos olvidemos de otras retroalimentaciones positivas:
-Disminución del albedo al derretirse los casquetes polares.
-Liberación masiva de metano si se descongela el permafrost.
-Liberación masiva del metano oceánico.
-Aumento del vapor de agua.
Un gran abrazo sin perder nunca la esperanza.
jueves 4 abril, 2013 @ 12:29 am
Chicxulub, muy probablemente fue global: el objeto impactante lo hizo en varios lugares a la vez, está por comprobarse o refutarse un cráter aún mayor en el Decán, que produjo unas coladas volcánicas terroríficas, ya en su momento se especuló (de la extinción K-T) que era un evento de tipo volcánico, incluso con el cúmulo brutal de pruebas que tenemos, todavía hay quien sigue apostando que «fueron ambas cosas», una casualidad implausible de colisión astronómica con una serie de erupciones desaforadas simultáneas no vueltas a ver desde entonces.
Tal vez las erupciones desaforadas vengan, precisamente, a consecuencia de un impacto brutal. Qué tipo de perturbaciones produce en el manto superior y el planeta como un todo un meteorito capaz de perforar y fracturar la placa tectónica (por cierto, el área en torno a Chicxulub es donde se acumulan *más* placas tectónicas de pequeño tamaño) nadie lo sabe. O más de uno, si es que hubo varios impactos (dos contemporáneos ya detectados en el mar del Norte y Ucrania probablemente eran pedazos del principal que «rebotaron» en vuelo parabólico).
La Tierra está bastante estabilizada geológicamente, fenómenos como la explosiones de Cracatau o Santorin, que son globales, son relativamente normales (pasan cada equis tiempo) y su impacto biológico perfectamente asumible, fenómenos volcánicos anormales no parece que sea el mecanismo de funcionamiento del tinglado, desde luego no el último medio eón. De ser así y pasarlos por alto sería grave, pero da la impresión que estamos ante un calzador geológico más que una realidad empírica (se diría que un geólogo tiene aversión a intromisiones del espacio exterior xD).
jueves 4 abril, 2013 @ 12:30 am
Hablando del cambio climático, lo que está fuera de toda duda es que descoyuntar el tinglado no trae nada bueno (para nosotros, el tinglado en sí mismo ya se buscará la vida, siempre lo hace), ahora mismo pensamos que nuestras actividades tan chachis van a traer un incremento de la temperatura, pero existen escenarios que nos meten de lleno precisamente en todo lo contrario, una era glacial anticipada (no, no son chorradas, vienen básicamente de cortocircuitar el régimen de circulación meteorológica y provocar una «semilla» continental). Es decir, ni siquiera podemos prever mínimamente las consecuencias de nuestros actos. Como para llamarse sabios xD.
jueves 4 abril, 2013 @ 12:37 am
Incorrecto, por escribir primero y verificar después. Según el mapa que fui a mirar del US Geological, la zona con más placas pequeñas es el sector Célebes-Nueva Guinea-Filipinas, Centroamérica y Caribe es la segunda, con seis placas (Norteamérica, Rivera, Cocos, Caribe, Panamá y Andes Septentrional).
viernes 5 abril, 2013 @ 9:21 pm
En esto del cambio climático actual hay que ser pesimista en el análisis del problema y optimista a la hora de buscar soluciones. Es la única estrategia ganadora para la humanidad. Pero si desaparecemos entonces lo mereceremos. Quizás en unos cientos de millones de años habrá otra oportunidad para otra especie inteligente.
viernes 5 abril, 2013 @ 9:23 pm
Lo que parece fascinante es que podamos saber este tipo de cosas que sucedieron hace tanto tiempo. A veces no somos conscientes de la inmensidad de tiempo. Toda la historia de la civilización humana no ni un suspiro en esa inmensidad.
sábado 6 abril, 2013 @ 12:25 am
Es cierto, Neo, el pesimismo es el enfoque correcto a la hora de afrontar cualquier situación potencialmente catastrófica.
También comparto lo que ha comentado acerca de la inmensidad del tiempo, pero si ya da vértigo hablar de los 13800 millones de años del Universo no es nada si lo comparamos con la edad que podría llegar a alcanzar según el modelo del Big Rip: he leído cifras de 10 elevado a 1024 años…con lo cual todo lo ocurrido hasta ahora sería mucho menos que un suspiro.
Quiero agradecerle nuevamente sus esclarecedores comentarios, también iba a decirle que sería buena idea que se presentase a las elecciones generales, pero pensándolo mejor y a la vista de su honradez y excelente preparación, creo que no tendría mucho futuro en esa merienda de negros. A cambio, reciba un fuerte abrazo.
jueves 25 abril, 2013 @ 9:50 am
Querido amigo Miguel Ángel:
Aunque ya sé que ni por asomo eres racista, quiero corregir esa merienda. Yo la calificaría de merienda de listos. La tal, ha de referirse al sistema y a los interesados en que todo permanezca. Bueno, todo permanezca mientras se respete su mundo. El de los demás no importa; no les importa, mejor dicho. ¿Qué insecticida, qué aracnicida podría emplearse para una extinción masiva de esta caterva insostenible?
Abrazos sin esperanza.
viernes 26 abril, 2013 @ 7:50 pm
Querido tomás:
Me halagan tus palabras pero es muy difícil desembarazarse por completo de nuestros prejuicios, así que creo que no está de más ser cauteloso y reconocer que seguramente no lo haya logrado del todo.
Hace poco hice un comentario sobre el racismo investigado en niños pequeños y es curioso porque aunque algunos de los niños del estudio eran de paises como Cuba, donde hay diferentes razas y mestizaje, cuando se les mostraba el rostro de un blanco y el de un negro y se les pedía que le asignasen a uno de los dos rostros la palabra «malo» solían adjudicársela al negro.
Por un lado nos acostumbramos a ver rostros de personas que pertenecen a nuestra raza y por otro lado están los prejuicios culturales de los que nos empapamos, así que no lo tenemos fácil. Tener contacto y trato con personas de otras razas puede ayudarnos a darnos cuenta que es muchísimo más lo que nos une que lo que nos separa, pero no siempre basta con esto…
Creo que es especialmente útil cultivarse un poco el conocimiento de la historia de nuestra especie, de nuestro origen común en África, de que las nuestras diferencias poquísimo de genético y muchísimo de cultural.
En cuanto al pesticida para políticos, algunos como Robert Wright creen que no será necesario y que el futuro «lógico» de nuestra especie nos llevará hacia un horizonte de cooperación y nobleza. El autor se basa en algunos ejemplos de cómo eran los jefes de algunas sociedades del pasado y cómo fueron evolucionando hacia actitudes menos despóticas porque, en definitiva, que el jefe sea un déspota no le asegura un futuro alagúeño: si las cosas van mal, los súbditos estarán descontentos y al final la cabeza que puede rodar es la del jefecillo en cuestión (ejemplos hay miles).
Así que nuevamente se impone la colaboración como única estrategia ganadora tanto para gobernantes como para súbditos, la única estrategia estable evolutivamente. Wright apuesta por un futuro en que habrá si no un gobierno mundial, al menos una gobernación mundial a cuyso inicios ya estaríamos asistiendo con esto de la globalización (aunque la globalización tal cual se ha planteado tenga todavía muchos aspectos que limar).
Y ojalá se llegue a ese futuro que pinta Wright, proque la alternativa de seguir con nuestros egoísmos e intereses creados ya sabemos que puede desembocar en la sexta extinción y un mundo muy empobrecido.
domingo 28 abril, 2013 @ 11:16 am
Mi querido y buen amigo Miguel Ángel:
Como Wright -aunque yo no soy agnóstico, sino un firme ateo- no creo que sea positivo actuar sobre los demás intentando convencerles haciendo proselitismo como algunos de ellos hacen y sus organizaciones aconsejan y practican -bueno, muchos viven de eso-.
Tanto como creer en una futura cooperación altruista entre los hombres… no sé; a tanto no llego, pero sí lo desearía o lo deseo como necesario para intentar evitar lo que se nos viene encima. La buena noticia la da Neo -y tu, entre otros la comentas- es que pronto podremos comer madera, celulosa ya casi ahora, lignina no tardando y añado que quizá granito en el futuro. Como ves practico el optimismo cuanto puedo, aunque no se me ocurre qué tipo de bacterias van a hacer el milagro de convertirlo en almidón, en otros azúcares o en cualquier cosa asimilable.
Cierto es y estoy convencido de ello que es muchísimo más lo que nos une que aquello que nos separa, pero hay unos pocos, generalmente políticos, muy interesados en agrandar las diferencias para liderarlas y medrar con ello. En algún sitio he leído -sí, en la crítica de una película, «Casino», buena, y la ponen hoy en la 6.3- que Las Vegas es un lugar donde se reúnen millonarios, políticos, mafiosos, tahúres, etc. Y digo yo que bastaría con decir mafiosos y tahúres que incluye a todos ellos, porque los pocos honrados no irán más que, acaso, de turismo. Y digo pocos honrados porque alguno ha de haber.
Pues a esos pocos buenos hay que distinguir, pero el sistema de listos cerrados -perdón, quería decirlo en femenino, pero se me va la mano- impide conocerlos y a lo peor ni están como no sea ponerlos para cambiarles el ánimo.
De todas formas he colegido sin gran mérito que para ser alcalde hay que alcanzar un alto grado de tontez además de otros muchos méritos. ¿Como si no puede suceder que en una misma calle haya dos números uno? Pues así sucede y puedo certificarlo que en uno de ellos vivo. Bueno. los certificados, paquetes y cartas son los que mejor lo podrían decir si pudieran hablar.
En la última campaña electoral -no sé por qué le llaman campaña si no de libra en el campo- intentaban engañar a los viejitos regalándoles una botella de agua «sin fecha de caducidad», porque sus ideales no caducan nunca. Los ancianos ni se fijaban ni acaso podrían verlo, pero yo sí y, a pesar de la pegatina política vi esa fecha. Así que me acerqué al alcaldable y le dije mientras se la enseñaba: ¿cómo que no tiene caducidad?
Bueno, me dijo rápidamente, de eso se ocupa el secretario, ese que está repartiendo. ¡Que si caduca! grité mientras señalaba el lugar donde mirar, pero los pobrecitos tampoco oyen mucho, así que el figurón fue saludándolos uno a uno con una triunfal sonrisa de oreja a oreja. A mi no me dio la mano y me dejó muy triste porque se la habría apretado de corazón, con fuerza, se la habría estrujado hasta crujir sus huesos -¡o a lo peor los míos!-. Y es que los quiero tanto…
Un gran abrazo, suave, claro.
domingo 28 abril, 2013 @ 11:19 am
Pues ha desaperecido mi comentario al darle al «enviar». Esperaré a mañana a ver…
domingo 28 abril, 2013 @ 11:08 pm
Ja, ja, ja…sentido del humor no te falta, querido tomás, leyendo entre risas la historia del reparto de agua me vienen dos ideas a la cabeza. La primera es la evidente falta de capacidad de ese alcaide o alcayde, que debe desconocer algo que ya se sabía hace unos 2000 años por tierras de Galilea: que es mejor para conseguir acólitos darle un poco de esplendor al asunto y convertir el agua en vino.
La segunda es una historia dantesca que tiene similitudes: en cierto pueblo de cuyo nombre no quiero acordarme, había un curandero que usaba una técnica similar y, tras reunir a los enfermos, salía con unos vasos que contenían un líquido de extraordinarias propiedades medicinales y que tras un profundo análisis se determinó que su composición era H2O al 100%…¡qué barbaridad! Por cierto, que las malas lenguas decían que el cura del pueblo también andaba metido en el negocio.
Un sonriente abrazo