- NeoFronteras - http://neofronteras.com -

Virus de tamaño bacteriano

Descubren virus gigantes sorprendentes que quizás sean los restos de formas ancestrales de vida terrestre que desaparecieron hace miles de millones de años.

Foto
Pandoravirus. Fuente: Chantal Abergel, Jean-Michel Claverie.

La Naturaleza tiene siempre sorpresas reservadas para todo aquel que desea desentrañar sus secretos. Cuando Jean-Michel Claverie y Chantal Abergel descubrieron un nuevo tipo de microorganismo lo denominaron inicialmente como NFV (nueva forma de vida). Lo encontraron en unas muestras de agua recolectadas en la costa de Chile. Parecía que estos microbios estaban matando amebas. Bajo el microscopio tenían el tamaño de una bacteria, de alrededor de una micra.
Más tarde descubrieron un organismo similar en una charca en Australia y se dieron cuenta que eran virus. Constituyen los virus más grandes hasta ahora conocidos, miden 0.5 por 1 micra y tienen genomas de 1,9 y 2,5 millones de pares.
Normalmente, para poder ver los virus se necesitan microscopios electrónicos, pues la longitud de onda de la luz visible es mayor que el tamaño de ellos. En este caso basta con un microscopio óptico.
Estos virus son mayores que muchas bacterias y que algunos eucariotas, pero no se trata solamente de haber batido una plusmarca. Constituyen una rama nueva del árbol de la vida y todo un enigma evolutivo. Sólo el 7% de sus genes encajan con los presentes en las bases de datos genéticas de todos los seres cuyos genomas han sido secuenciados hasta el momento.
Según Claverie esto abre una “caja de Pandora”, pues ni siquiera se sabe qué saldrá del estudio de los genes de estos microbios. Han denominado finalmente a estos virus Pandoravirus.
“Esto es un gran descubrimiento que expande sustancialmente la complejidad de los virus gigantes y confirma que la diversidad viral está todavía en gran parte sin explorar”, dice Christelle Desnues, del CNRS francés y no involucrada en el estudio.
Pandoravirus salinus procede de las mismas muestras de agua de la costa de Chile en la que fue descubierto Megavirus chilensis, que hasta ahora era el virus más grande conocido. Pandoravirus dulcis procede de una charca de agua dulce cerca de Melburne y que fue recolectada mientras Claverie asistía a un congreso.
Al ser recolectados en diferentes muestras y continentes se demuestra que estos virus no son artefactos ni células conocidas y se sugiere que los Pandadoravirus están muy extendidos. Otros investigadores los pueden haber confundido en el pasado con bacterias simbióticas o parásitas.
Estos dos investigadores han demostrado que estos virus carecen de las estructuras celulares de las bacterias, no fabrican sus propias proteínas, no producen energía a través del ATP ni se reproducen dividiéndose. Por otro lado, poseen los genes centrales comunes a los virus gigantes y tienen un ciclo de vida viral.
Las amebas que ingieren estos virus terminan por ser victimas de ellos cuando dichos virus secuestran la maquinaria celular con sus genes. Entonces se producen cientos de partículas víricas que terminan por destruir la ameba al abrirla, esparciendo con ello virus al medio.
Ahora estos investigadores están tratando de determinar el origen de estos virus a través de la caracterización de los genes y las proteínas que codifican. Sospechan que estos virus gigantes habrían evolucionado a partir de células y se habrían simplificado con el tiempo, pero si esto es cierto esas células sería muy diferentes de las bacterias, arqueas o eucariotas de hoy en día. “Pensamos que, en cierto momento, la dinastía sobre la Tierra era mucho más grande que esos tres dominios”, afirma Abergel. Algunas células dieron lugar a la vida moderna y otras sobrevivieron parasitando a otros y evolucionando en forma de virus.
El descubrimiento sugiere que los científicos quizás deban revisar el concepto de cómo es un virus. Muchos investigadores quizás se planteen ahora si tienen tubos en su laboratorio que contengan virus gigantes. “Tenemos todavía cosas más locas almacenadas que esperamos ser capaces de publicar el próximo año”, dice Abergel.
Puede, amigo lector, que en una charca cercana a su vivienda haya formas de vida en forma de virus gigantes que hasta ahora han pasado desapercibidas. Quizás sean los descendientes de formas de vida ancestrales que una vez formaron parte de raíces desconocidas del árbol de la vida. Es asombroso y fascinante.

Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=4165 [1]

Fuentes y referencias:
Noticia en Nature. [2]
Artículo original. [3]