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Sobre el origen de nuestro esqueleto

Nuestro esqueleto no procedería en última instancia de la evolución de los conodontos.

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Le historia de los conodontos en Paleontología es de las más curiosas y nos enseña que el registro fósil no siempre es un fiel reproductor del pasado. Durante muchos años se encontraban fósiles de conodontos por todas partes. Esos fósiles se correspondían solamente con las partes duras del animal y desconocía el resto. A partir de esas piezas los paleontólogos imaginaron todo tipo de formas para los animales que las produjeron. Todas estaban equivocadas.
Se supo la verdad cuando por fin se encontraron fósiles con las partes blandas del animal bien consrvadas.
Resulto que Los conodontos eran vertebrados, de hecho uno de los primeros. Eran similares a una pequeña anguila, pero sin mandíbulas, al modo a como son las actuales lampreas pero en pequeño. Estas criaturas carecían de un esqueleto interno o externo, pero sus bocas tenían estructuras de fosfato cálcico a las que podemos denominar dientes. Las partes duras que fosilizaban mejor eran precisamente esos dientes del animal, que era un depredador. Los ejemplares fósiles más antiguos de conodonto tienen más de 500 millones de años.
Cualquier cosa que se descubra sobre los conodontos siempre es interesante, sobre todo porque se creía que algunos de ellos son nuestros antepasados vertebrados más antiguos. Se suponía que de ellos evolucionaron los peces y de algunos de esos peces evolucionaron los vertebrados terrestres que finalmente dieron lugar a los humanos. No somos más que un pez modificado.
Parecía que los vertebrados de hace 500 millones de años entraban dentro de dos categorías: depredadores con dientes y sin protecciones que eran ágiles y filtradores protegidos por algún tipo de coraza o piel endurecida. Uno de los misterios por saber en los vertebrados es si el esqueleto evolucionó a partir de las protecciones óseas o si lo hizo a partir de un arma de ataque como los dientes.
Se había asumido que los dientes de los vertebrados se habían originado en los conodontos, al ser su estructura y composición la misma, pues tenían lo que podemos llamar dentina y esmalte. Se creía que además nuestro esqueleto y nuestros tejidos óseos se habían originado en los conodontos. Los paleontólogos habían especulado con que esas estructuras habrían evolucionado hacia las armaduras óseas que recubrieron los peces más tarde.
Por tanto, los primeros huesos habrían evolucionado a partir de los dientes y luego aparecieron las armaduras óseas para proteger a los peces.
Una nueva investigación realizada por científicos de las universidades de Bristol y Pekín y del US Geological Survey muestra que las características óseas y los dientes de los conodontos evolucionaron de manera independiente del resto de los vertebrados. Por tanto el origen de nuestro esqueleto estaría en la “armadura” de un antepasado que vivió en el limo, un pez que desarrollo una armadura ósea para protegerse de depredadores como los conodontos.
Este grupo de investigadores ha analizado estructuras óseas de conodontos con tomografía de rayos X de tal modo que han podido averiguar tanto la estructura de esos “dientes” como su composición. Han podido visualizar cada tejido e incluso células en la línea de crecimiento en esos dientes en muestras muy antiguas de conodontos y paraconodontos, en concreto de hace 200 millones, en el Triásico. Además han comparado lo hallado con las estructuras de los dientes de vertebrados modernos. Gracia a esto han averiguado que estas estructuras de conodontos evolucionaron dentro de un linaje propio en lugar de ser el antepasado del resto de los vertebrados.

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Comparación entre el crecimiento de un diente de paraconodonto Furnishina (izquierda) y de eucondonto Proconodontus (derecha). Están subdivididos en un número discreto de estadios de crecimiento, revelando un modo común de crecimiento entre grupos distintos. El crecimiento del esmalte (rojo) revela que los Euconodontos evolucionaron de los paraconodontos. Fuente: DJE Murdock.

Aunque los vertebrados modernos hacen crecer sus dientes recubriendo con esmalte la dentina y los conodontos también en general, no es el caso de los conodontos más antiguos, pues en ese caso carecen de capa de esmalte. La misma manera de hacer crecer dientes habría aparecido dos veces en la historia evolutiva, una en los conocodontos y otra en el resto de los vertebrados.
Para algunos paleontólogos el hallazgo supone un alivio, pues siempre habían visto estructuras similares a los dientes de los conodontos en la piel protectora de los primeros peces, peces que además parecían evolucionar fácilmente hacia formación de los huesos. Pero, por otro lado, los conodontos tenían estas estructuras en sus bocas.
Todo esto encaja con otros aspectos. Las escamas que recubren los peces y reptiles modernos contienen pequeñas estructuras. Se creía que esas estructuras se habrían derivado a partir de los dientes de los conodontos, pero descubrimientos recientes sostienen que unos y otros derivan de distintos tejidos y, por tanto, no están conectados evolutivamente entre sí.
Según todos estos resultados la evolución del esqueleto tiene más sentido sin los conodontos en las historia.

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Fuentes y referencias:
Nota de prensa. [2]
Artículo original. [3]
Foto cabecera: conodontos, vía University of Leicester.