Un nuevo estudio retrotrae la aparición del precursor de la notocorda a una estructura muscular previa a la que denominan axocorda.
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La aparición de los vertebrados fue, sin duda, una revolución en la historia evolutiva de este planeta, que finalmente dio lugar a los humanos.
Los vertebrados somos parte de un grupo de animales denominados cordados. El primer cordado conocido fue Pikaia, una criatura que parecía tener poca importancia en la explosión del Cámbrico, hace más de 500 millones de años, pero que resulto ser el diseño ganador al cabo de un tiempo.
Los cordados están definidos por una estructura anatómica de cartílago en forma de bastón que recorre a la larga el cuerpo del animal: la notocorda. Esta notocorda fue la precursora de lo que más tarde fue la espina dorsal. Aparece en los embriones humanos, pero es reemplazada por las vértebras de la columna vertebral en fases más avanzadas del desarrollo embrionario.
Como las estrellas de mar o los erizos marinos no tienen esa estructura se asume que la notocorda aparecería después de que los antepasados de los cordados se separan evolutivamente del ancestro común.
Un grupo de investigadores del Howard Hughes Medical Institute (Janelia Farm, EEUU) ha estudiado este asunto a la luz de análisis genéticos de seres actuales y llegado a la conclusión de que la notocorda procede de estructuras musculares.
Hasta ahora nadie había mirado un poco más allá de nuestros parientes más cercanos, por lo que había confusión sobre si esta estructura hubo aparecido anteriormente a lo pensado en algún grupo anmal ya extinto. Al analizar un abanico mayor de animales estos investigadores han comprobado que, efectivamente, los precursores de la notocorda son más antiguos,
En un primer momento identificaron la firma genética de la notocorda, es decir, la combinación de genes que tienen que activarse para que se forme una notocorda sana. Luego buscaron esas secuencias genéticas en el gusano marino Platynereis. Encontraron que este gusano tiene un grupo de células con la misma firma genética y las siguieron bajo microscopio durante el desarrollo de la larva. Vieron que al final forman un músculo que recorre el cuerpo del animal de manera análoga a la notocorda. A esta estructura la denominaron axocorda.
Basándose en estudios experimentales posteriores y en la literatura existente descubrieron que la mayoría de los seres del grupo animal que se encuentra entre Platynereis y los cordados en el árbol filogenético animal tienen una estructura muscular similar en la misma posición anatómica.
Concluyen que la razón de la existencia de esta estructura se debería a que probablemente estaba en un antepasado muy antiguo que apareció anteriormente al momento en el que todos estos animales se fueran separando evolutivamente de la rama común del árbol filogenético animal.
Este escenario explicaría además por qué el cordado “primitivo” amphioxus tiene una notocorda que está hecha tanto de cartílago como de músculo. En lugar de haber adquirido la musculatura de forma independiente, el amphioxus podría ser un registro viviente de la transición de una notocorda muscular a una cartilaginosa.
Los científicos implicados especulan que el paso del músculo al cartílago en la notocorda pudo darse porque un bastón central a lo largo del cuerpo podría haber hecho la natación más eficiente.
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Fuentes y referencias:
Artículo original. [2]
Ilustración: Kalliopi Monoyios.