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Microorganismos del azufre en la corteza oceánica

Descubren microorganismos que respiran sulfato a gran profundidad de la corteza oceánica.

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Los microorganismos fueron los primeros que reinaron sobre la Tierra y serán los últimos en desaparecer, dependemos nosotros mucho más de ellos que ellos de nosotros. Sin ellos no habría, por ejemplo, fijación del nitrógeno y muchos ciclos de los elementos se verían interrumpidos.
Nos empezamos a dar cuenta que los microorganismos forman una masa más que sustancial de la biosfera terrestre y que esta se adentra en las entrañas de la corteza terrestre hasta una profundidad que nunca creímos que fuera posible. Se estima que alrededor de un tercio de toda la biomasa terrestre se encuentra en ambientes que todavía están por descubrir.
Ahora se acaba de descubrir toda una comunidad de “bacterias” respiradoras de sulfatos en las rocas porosas rellenas de agua que se encuentran por debajo del fondo marino. Estos seres se extienden hasta a más de 3 km por debajo del lecho marino en un ambiente cálido y antiguo en el que no se esperaba encontrarlos.
Los microorganismos recientemente descubiertos están todavía sin clasificar y no tienen asignado un nombre taxonómico.
Los sulfatos son compuestos de azufre y oxígeno que se dan de manera natural en el ambiente marino. Los microbios que respiran sulfatos ganan energía haciendo reaccionar estos compuestos con moléculas orgánicas que contienen carbono. Se cree que este tipo de respiración es uno de los más antiguos que se dieron sobre este planeta.
Además de esta nueva especie, otras que proliferan en fuentes hidrotermales también usan este tipo de respiración. Pero a diferencia de estos, los microorganismos que viven por debajo, en la corteza marina, son más difíciles de estudiar.
Un grupo de investigadores de USC y de University of Hawaii taladraron la corteza marina enfrente del estado de Washington sobre la dorsal de Juan de Fuca y tomaron muestras hasta una profundidad de más de 3 km por debajo del fondo oceánico.
El problema es que al tratar de subir muestras marinas de esa profundidad al barco de prospección estas se pueden contaminar con agua marina en su ascenso.
Para evitar este problema se creó una sistema denominado CORK (Circulation Obviation Retrofit Kit), un dispositivo que crea un sistema de sellado alrededor de las muestras, como el corcho de una botella (de ahí el nombre en inglés). Las muestras así aseguradas son subidas luego al barco mediante vehículos robotizados (ver foto) o con elevadores formados por globos.
Los microbios encontrados viven de los restos en descomposición de organismos muertos, que son los que proporcionan el material orgánico rico en carbono. Pueden ser incluso algas muertas o peces muertos. Por tanto, estos microbios viven indirectamente de la energía solar y no pueden subsistir totalmente desconectados de los organismos fotosintéticos.
A diferencia de otros microorganismos descomponedores del fondo, que sí pueden usar oxígeno para su respiración, los respiradores de sulfatos de las profundidades de la corteza tienen que usar esos compuestos de azufre debido a la carencia de oxígeno en su medio, pero también emiten dióxido de carbono. Este resultado supone la primera prueba directa de esta actividad microbiana en este tipo de ambientes.
Saber cómo funciona esta comunidad microbiana es importante para comprender el ciclo del carbono a escala planetaria.

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Fuentes y referencias:
Artículo original. [2]
Foto: Alberto Robado / USC.