Demuestran el efecto negativo que los neonicotinoides tienen sobre la memoria espacial de las abejas.
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Es curioso cómo condiciona el dinero la manera en la que el ser humano toma en cuenta la ciencia.
Por un lado, bastan unos estudios estadísticos positivos sobre los datos obtenidos en ensayos clínicos para autorizar un medicamento y para autorizar la comercialización de un pesticida se necesitan muy pocos estudios. Por otro lado, no parece que todos los estudios del mundo logren prohibir de una vez por todas algunos de los pesticidas que usamos en nuestros cultivos.
Ahora se publica un estudio más que culpa a los neonicotinoides de afectar el sistema nervioso de las abejas y abejorros, por lo que estos productos podrían estar contribuyendo al despoblamiento de las colmenas y al declive de este tipo de polinizadores en grandes regiones del mundo.
Lo sutil del efecto de los neonicotinoides es que las dosis no son suficientes como para matar al insecto, pero, según este nuevo estudio (y otros anteriores), incluso en dosis bajas pueden afectar a la memoria espacial de las abejas, por lo que estas son menos eficientes a la hora de encontrar flores no visitadas o incluso ser incapaces de encontrar el camino de vuelta a la colmena al afectar a su sentido de navegación.
Este estudio fue realizado por científicos de University of London y demuestra que las abejas eran menos capaces de recordar qué flores habían visitado ya en su forrajeo diario, por lo que visitar flores ya visitadas conlleva una menor cantidad de néctar recolectado que se llevan a la colmena.
Para realizar este estudio, los investigadores implicados adaptaron un dispositivo diseñado inicialmente para ratas: un laberinto. Con ello querían medir en el laboratorio las capacidades espaciales de estos insectos.
Para ello se les permitía forrajear en una formación de flores artificiales. Las abejas, para evitar revisitar las flores ya agotadas, tienen que recordar cuáles de ellas han visitado ya para evitar hacerlo. Los errores son menores cuanto mejor es su memoria espacial. Pero se pudo comprobar que esta empeoraba cuando se les administraba pequeñas cantidades de neonicotinoides.
“La memoria espacial es de vital importancia para las abejas, que necesitan recordar dónde están las fuentes de néctar y además evitar revisitar flores que lo tienen temporalmente agotado”, dice Liz Samuelson. “Nuestro hallazgo de que la memoria espacial se ve afectada por estos pesticidas sugiere que las abejas expuestas a estos productos químicos en la naturaleza pueden ser menos eficientes en su forrajeo o incluso perderse en su camino a la colmena”, añade.
Señala, además, que hay un creciente conjunto de pruebas que indican que los pesticidas tienen consecuencias perjudiciales para las abejas, con muchos estudios mostrando que esta clase de insecticidas tiene efectos dañinos sobre la memoria y aprendizaje de las abejas. Este es un hallazgo preocupante porque lo que puede significar para las abejas en la naturaleza en cuanto a las dificultades para realizar su forrajeo diario.
Este resultado viene en un momento en el que se debate en la Unión Europea sobre la restricción de estos pesticidas, que está ahora en revisión.
Recordemos que las abejas y abejorros son esenciales a la hora de efectuar la polinización en la naturaleza, prestado con esto un servicio esencial a los ecosistemas, incluyendo los creados por el hombre. Las abejas son las responsables de la polinización de un tercio de los cultivos a escala mundial.
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Fuentes y referencias:
Artículo original. [2]
Foto: Jani Ravas, publicdomainpictures.com