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Tamaño y extinción

No hay relación entre el tamaño de los peces y su destino final en la gran extinción del Pérmico.

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Fauna acuática del Triásico tras 8 millones de años después la gran extinción. Fuente: Brian Choo.

La Paleontología es una ciencia histórica, como le gustaba decir a Gould, pero es increíblemente interesante y bonita. Trae al presente esos otros mundos que fueron este, con su particular fauna y flora.

Sin embargo, es una rama del conocimiento que no parecía tener mucha importancia entre la población. Al menos no parece que tenga mucho éxito más allá de los dinosaurios que salen en alguna película. Quizás la ausencia de aplicaciones prácticas o tecnológicas esté detrás de ello.

Pero, últimamente, esto podría cambiar porque el mundo actual está al borde de un gigantesco problema: la sexta gran extinción masiva, esta vez provocada por el ser humano.

Entender cómo y por qué se dieron las extinciones masivas del pasado nos puede ayudar en la tarea de convencer a las autoridades para que tomen medidas que eviten el colapso del clima y de todos los ecosistemas terrestres que, además, están bajo nuestro ataque en innumerables frentes.

En los últimos miles de años hemos podido ver cómo la megafauna de varios continentes se extinguía. Algunas de estas extinciones están ligadas al ser humano y sus hábitos de caza, otras están relacionadas con estos hábitos y con cambios en el clima y los ecosistemas.

De ahí se podría deducir que el tamaño de los animales está relacionado con sus posibilidades de extinción, cuanto mayor es el animal más probable es que se extinga.

Incluso desde el punto de vista matemático para lógico pensar esto, pues animales más grandes significa poblaciones pequeñas. Por debajo de cierta población y debido a la discretización de la misma, una fluctuación puede acabar con todos los individuos. No es fácil acabar con todas las moscas, pero sí quizás con toda la población de lince ibérico (con o sin ayuda de algún incendio intencionado).

Así que dentro de la comunidad académica se ha asumido que las especies con tamaños corporales grandes son más sensibles a la extinción. Pero no había demasiadas pruebas paleontológicas que lo apoyaran.

La extinción del Pérmico-Triásico de hace 250 millones de años fue la mayor extinción masiva ocurrida sobre el planeta Tierra. En ella desaparecieron el 90% de las especies de este mundo. En estas páginas de NeoFronteras hemos visto muchas veces estudios al respecto. De vez en cuando surge una nueva hipótesis que trata de explicar las causas de esa gran extinción.

La causa favorita de esta extinción en estos momentos parece ser unas grandes erupciones volcánicas en lo que hoy en día es Rusia. Estas erupciones habrían arrojado grandes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera, por lo que el efecto invernadero se habría incrementado hasta que la temperatura media subió 20 grados. Este aumento de temperatura habría eliminando la vida vegetal en tierra firme y entonces, sin la protección de la plantas, la erosión habría llevado grandes cantidades de suelo a los mares. Los mares, además de cambiar su química, también se habrían calentado y la vida marina habría sido barrida de los trópicos.

Ahora unos científicos británicos y chinos han estudiado los fósiles anteriores y posteriores a esta gran extinción para comprobar si el tamaño de los animales está relacionado con la supervivencia de su especie.

Era de esperar que el tamaño de los cuerpos tuvo que ser determinante en esas condiciones, pues un cuerpo más grande implica un mayor problema en caso de escasez de comida y una temperatura más alta. Sin embargo, lo que estos investigadores han encontrado es que, al menos para los peces, no hay relación entre el tamaño de los mismos y su destino final en cuanto a su posible extinción.

El estudio se basa en un sumario detallado sobre fósiles de peces a lo largo de 100 millones de años que cubren un periodo que se prolonga antes y después de la gran extinción. Se tuvo en cuenta el tamaño de 750 especies distintas de peces datados con gran precisión. Además, se usaron cálculo matemáticos en modelos computacionales que permitieron tener en cuenta las variaciones en la forma de estos peces a largo del árbol evolutivo. El resultado fue muy claro: el tamaño del cuerpo no proporcionó a los peces ventajas o desventajas durante la extinción de hace 250 millones de años.

“Estos son resultados excitantes. Además, lo que es importante es que fuimos capaces de desplegar nuevos métodos en el estudio que tuvieron en cuenta las incertidumbres”, dice Michael Benton (University of Bristol). “Estos métodos están basados en un árbol evolutivo detallado, así que, a diferencia de los trabajos previos en el mismo campo, nosotros prestamos atención a las relaciones de todas las especies que consideramos”, añade.

Según Mark Puttick (University of Bristol) los resultados indican que el tamaño del cuerpo no juega papel alguno en la determinación de la supervivencia en una gran extinción de este tipo. “Esto es lo opuesto de lo que esperábamos, pero proporciona apoyo a estudios previos que mostraban que el tamaño del cuerpo no juega un papel en la selectividad de la extinción”, añade.

El resultado ilustra cómo funciona el método científico y cómo, a pesar de que se buscaba un determinado resultado, los resultados obtenidos al contrastar con la realidad indicaron que la hipótesis de partida no era correcta y que la contraria era la acertada.

También nos recuerda en qué se puede convertir el mundo si seguimos con nuestras emisiones de gases de efecto invernadero: será un mundo muy pobre en especies de todo tipo y tamaño.

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Fuentes y referencias:
Artículo original. [2]