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Trump cancela la misión WFIRST

El último presupuesto presidencial para el año 2019 cancela la misión WFIRST y también otras de observación terrestre.

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WFIRST iba a ser un telescopio espacial dedicado al estudio de la energía oscura y exoplanetas. Lamentablemente, el proyecto se ha cancelado pese a la inversión ya realizada de cientos de millones de dólares.

La National Academy of Sciences Engineering and Medicine (NASEM) es una institución de EEUU que ha desarrollado un proceso para ayudar al gobierno federal a priorizar la ciencia de la NASA. Cada diez años reúne a la comunidad científica para producir los informes necesarios sobre las prioridades científicas. En 2010 NASEM publicó su informe para la siguiente década y calificó el WFIRST como altamente prioritario.

El WFIRST (Wide Field Infrared Survey Telescope) empezó como un telescopio de gran campo para intentar inferir la naturaleza de la energía oscura en el Universo. No iba a ser muy grande, sino inferior al Hubble.

En esto viene el Departamento de Defensa de los EEUU (realmente la National Reconnaissance Office) y en 2012 regala a la NASA dos telescopios espías una vez desalojada toda la electrónica. Es decir, básicamente, se trataba sólo de dos unidades ópticas. Presumiblemente estos satélites espías se había quedado obsoletos dado que se contaba con nuevos y mejores telescopios espías.

La NASA vio la oportunidad de aprovechar una de estas unidades ópticas para realizar la misión WFIRST, dado que proporcionaban el campo de visión que se buscaba. El Hubble es un telescopio muy potente y con un gran poder resolutivo, pero la zona del cielo que puede cubrir cada vez (su campo) es muy pequeña. WFIRST, equipado con su nueva óptica, podría cubrir un campo cien veces más grande que el del Hubble.

Al final, el asunto resultó ser un regalo envenenado, pues hubo que rediseñar la misión para conseguir una más ambiciosa. Dados los retrasos del telescopio espacial James Webb y sus sobrecostes, no parecía que se pudiera financiar un sustituto del Hubble (el James Webb no lo es), así que el WFIRST era una oportunidad para tener un sustituto del Hubble y poder hacer nueva ciencia además de la que para, en principio, había sido diseñado.

En la última década se han ido descubriendo multitud de exoplanetas en nuestra galaxia, así que era también la oportunidad de colocar un coronógrafo en el WFIRST y así poder ver algunos de esos planetas, sobre todo casos no descubiertos por los métodos tradicionales al no estar sus órbitas de canto respecto a nuestra visual.

Se invirtieron muchos millones en el desarrollo de toda la tecnología implicada. Los costes se estaban disparando. Un estudio independiente llegó a la conclusión recientemente de que esta misión no podría mantenerse por debajo de los 3900 millones de dólares y la NASA se puso a estudiar cómo reducir el coste hasta los iniciales 3200 millones. Se empezó a sugerir la posibilidad de eliminar el coronógrafo y, por tanto, abandonar la posibilidad de ver exoplanetas.

Posiblemente, ya no se va a dar ese problema, pues la misión ha sido totalmente cancelada en el último presupuesto presidencial de Trump para la ciencia para el año fiscal 2019.

«Cancelar WFIRST es un desastre inclasificable para la comunidad científica», ha dicho Jon Morse (jefe ejecutivo de BoldlyGo Institute), que antes trabajó como astrofísico para la NASA. Según él esta sería la primera vez en la historia de la astrofísica en la que un misión de alta prioridad se cancelara. Es una opinión más entre todas las expresadas dentro de una comunidad científica norteamericana, en la que sus miembros parecen estar bajo estado de shock.

Este presupuesto no sólo cancela WFIRST, también cancela varias misiones prioritarias recomendadas en los informes de NASEM, socavando con ello 50 años de un proceso científico apoyado por los dos partidos políticos.

Otros proyectos prioritarios relacionados con la observación de la Tierra, como el estudio del color del mar, el estudios de nubes y aerosoles y el estudio de los procesos de calentamiento de la atmósfera terrestre también han sido cancelados, en contra de todos los informes previos. En total se han cancelado cinco misiones de observación terrestre de la NASA: Radiation Budget Instrument (RBI); Plankton, Aerosol, Cloud, ocean Ecosystem (PACE); Orbiting Carbon Observatory 3 (OCO 3); el Climate Absolute Radiance and Refractivity Observatory (CLARREO) e instrumentos de observación terrestre en el Deep Space Climate Observatory (DSCOVR). Estos recortes ya habían sido propuestos por el congreso de los EEUU.

En este caso está clara la intención de negar el cambio climático. Si no se observa no se puede decir que hay algo que vaya mal. Algo que se ve aún más claro cuando se mira en esta propuesta el presupuesto de Environmental Protection Agency (EPA), que es el más bajo desde los años noventa del pasado siglo. Algo similar ha pasado con el programa sobre el cambio climático de la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA).

La única esperanza es que el congreso de los EEUU rechace este plan de Trump y se pueda recuperar algún proyecto.

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Fuentes y referencias:
Noticia en Nature. [2]
Noticia en Nature. [3]
Noticia en Scientific American. [4]
Foto: NASA, Goddard Space Flight Center, WFIRST Project, Wikimedia.