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Explotación de biodiversidad y supervivencia humana

La explotación voraz de la Naturaleza por parte del ser humano pone en peligro el bienestar de nuestra especie.

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Unos informes elaborados por 550 científicos de todo el mundo tras tres años de recopilación de datos, en lo que constituye la campaña más importante de su tipo desde 2005, apuntan a que la humanidad está dañando tanto los ecosistemas terrestres, debido a la excesiva explotación, que pone en peligro su propio bienestar.

Según estos cuatro informes, todas las especies de plantas y animales están declinando en todo el mundo. El informe predice, por ejemplo, que todas las reservas pesqueras de Asia-Pacífico se agotarán totalmente en 2048 y que el 90% de los corales de esa zona habrán sufrido una severa degradación para 2050, incluso bajo las predicciones más optimistas de cambio climático. Por otro lado, también apuntan a que la mitad de las especies de pájaros y mamíferos africanos se habrán extinguido para 2100.

Los informes han sido elaborados por el IPBES (Intergovernmental Science-Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem Services) o Plataforma intergubernamental política-científica sobre la biodiversidad y servicios de los ecosistemas y han sido hechos públicos recientemente en un congreso.

Los hallazgos refuerzan las alertas tempranas que ya se dieron sobre el fracaso a la hora de conservar la biodiversidad y el consecuente deslizamiento de la raza humana hacia un desastre que pondrá en peligro su supervivencia. La biodiversidad es el tejido vivo de nuestro planeta y la fuente de nuestra presente y futura supervivencia.

Así, por ejemplo, la cantidad de agua dulce renovable disponible por persona ha caído un 50% desde los años sesenta del pasado siglo.

Según los autores, estas tendencias tan alarmantes ponen en peligro las economías, la ganadería, la seguridad alimentaria y la calidad de vida de las personas de todo el mundo. «Estamos minando nuestro propio bienestar futuro», afirma Robert Watson. Añade que, a no ser que la humanidad invierta sustancialmente sus hábitos de depredación sobre la Naturaleza, no sólo arriesgamos el futuro que queremos, sino incluso las vidas que llevamos. «Si seguimos así, la sexta gran extinción masiva, la primera causada por los seres humanos, continuará»

Según los científicos, el voraz consumo humano sobre la biodiversidad ha desencadenado la primera extinción masiva de especies desde la desaparición de los dinosaurios hace 65 millones de años y la sexta en 500 millones de años.

En el pasado siglo, cada año se han extinguido en promedio dos especies de vertebrados. Hace unos días moría el último ejemplar de rinoceronte blanco del norte. En el caso de esta especie, la voracidad de chinos y vietnamitas por el uso de su cuerno ha sido su perdición, pues se le dota de cualidad mágicas en la medicina tradicional.

El IPBES reclutó a expertos de todo el mundo para estudiar 10.000 artículos científicos sobre el tema y poder elaborar así unos informes que puedan servir de guía para elaborar políticas de conservación.

Según estos estudios, las poblaciones de especies de América, ya son un 31% menores que cuando llegaron los europeos, pero se reducirán a un 40% para 2050. Desde la llegada de los europeos se ha erradicado el 95% de las praderas de hierba alta de Norteamérica, el 17% de la publiselva amazónica y el 88% del bosque Atlántico brasileño.

Estiman que se degradarán unos 500.000 kilómetros cuadrados de suelo en África debido a la deforestación, agricultura no sostenible, minería descontrolada, especies invasivas y cambio climático, lo que ha dado lugar a erosión, salinización, contaminación y pérdida de vegetación. Un continente este, cuya población se doblará para 2050, hasta llegar a los 2500 millones de habitantes. Una presión que no se podrá aguantar más allá de esas cifras.
El 62% de la población rural de este continente depende directamente de lo que les proporciona la Naturaleza, más que en ningún otro lugar.

Una de las peores partes se la lleva la región de Asia-Pacífico, que sufre amenazas sin precedentes según estos informes, como los eventos climatológicos extremos, la subida del nivel del mar, las especies invasoras, la intensificación de la agricultura y ganadería y el aumento de la basura y contaminación.

Por otro lado, en la Unión Europa sólo un 7% de las especies marinas tienen un estatus de conservación favorable. Además, se espera que el 37% de sus peces de agua dulce se extingan para 2100.

En muchos lugares, las consecuencias del cambio climático provocado por las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero empeora aún más la pérdida de biodiversidad. Según Watson, los políticos tienen que tratar simultáneamente ambos problemas: cambios climático y pérdida de biodiversidad.

El cambio climático afecta la biodiversidad y los cambios en la vegetación natural afectan al cambio climático. Ambos, si no son solucionados, comprometen las metas de sostenibilidad de la ONU para la humanidad: agua limpia, seguridad alimentaria, energía, equidad y seguridad. Incluso en el mejor de los escenarios posibles, el cambio climático continuará produciendo pérdida de especies, lo que degradará aún más los ecosistemas.

El problema es que el crecimiento económico continuará junto con una gran explosión de población hasta 2050, así que la demanda aumentará.

Según los científicos, se pueden implantar políticas que mitiguen el problema, como crear áreas protegidas, restaurar zonas degradas y replantearse ciertas subvenciones que promueven la agricultura. Será imprescindible considerar todo esto a la hora de tomar decisiones relacionadas con la agricultura y ganadería, explotación pesquera y forestal, minería y desarrollo de infraestructuras. Además, es clave la eliminación del desperdicio de comida, que representa en la actualidad un 40% de la producción.

Entre las cosas que los consumidores pueden hacer, al estar directamente en su mano, es un consumo más responsable, sobre todo en la ingesta de carne.

Quizás no somos conscientes de la presión que el ser humano ejerce sobre este planeta. Nada como ver cuidadosamente este gráfico en el que se muestra la biomasa de nuestro ganado, humanos y sus mascotas en comparación con la biomasa de especies salvajes elaborado por Vaclav Smil de su libro Harvesting the Biosphere:

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Sólo las cabras domésticas de los humanos pesan más que todos los mamíferos salvajes que todavía quedan en el planeta:

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Según Watson, diferentes regiones necesitarán de distintas soluciones y políticas y que todavía no es tarde para detener el desastre.

Se espera la publicación por parte de IPBES de un informe más (el quinto) en el que se exponga el estado del suelo y su degradación, la destrucción de los bosques, la minería y la agricultura no sostenible que agota los nutrientes.

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Fuentes y referencias:
IPBES. [2]
Foto de cabecera: IPBES.