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¿Estamos solos?

Según un estudio estadístico, en el Universo abundaría la vida, pero no la vida inteligente.

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No deja de ser paradójico que busquemos como desesperados la vida en el Universo y, sin embargo, matemos a la que hay en él único sitio en donde sabemos que existe, en nuestro único posible hogar en el Cosmos: la Tierra.

Sin embargo la buscamos. No tenemos datos directos sobre la abundancia de vida en el Universo. La realidad es que sólo contamos con un ejemplo: la Tierra. A favor de la vida sólo tenemos la abundancia de estrellas en la galaxia y la reciente conocida abundancia de exoplanetas.

Las estadísticas de un único caso son discutibles, incluso tienen todas la papeletas de ser falsas. Pero las Matemáticas nos permiten incluso eso, aunque tengamos que usar estadística bayesiana. Parece que su utilidad no va mucho más allá de la de añadir un artículo más al curriculum de su autor.

El último estudio de estadística bayesiana de este tipo del que nos hicimos eco en NeoFronteras [1]hace 9 años hacia precisamente eso: usar un análisis bayesiano para concluir que es posible que estemos solos en el Universo o en la galaxia, que para el caso es lo mismo.

Por el registro fósil y geológico sabemos que la vida empezó muy pronto, al poco de formarse la Tierra, quizás hace unos 3800 millones de años o más. Se dio tan pronto como las condiciones ambientales permitían la vida. La vida pluricelular compleja, sin embargo, se dio hace poco, hace sólo unos 600 millones de años.

Los científicos no saben aún cómo fue la aparición de la vida, lo que tiene importantes implicaciones sobre su abundancia en el Universo.

David Kipping (Columbia University) ha publicado recientemente un artículo en el que ha usado inferencia bayesiana para arrojar luz sobre el asunto y decir algo sobre la posible abundancia de vida extraterrestre compleja.

«La rápida aparición de la vida y la tardía evolución del la humanidad, en este contexto de la evolución temporal, son ciertamente sugestivos. Pero en este estudio es posible realmente cuantificar qué nos están diciendo estos hechos», dice Kipping.

Para este análisis Kipping usó una cronología de la pruebas más tempranas de vida sobre la Tierra y sobre la humanidad. Se preguntó cómo de frecuentemente podemos esperar que aparezca la vida y la vida inteligente si rebobinamos hacia atrás la historia evolutiva y dejamos que todo evolucione de nuevo una y otra vez.

Enmarcó el problema en cuatro posibles respuestas o hipótesis:

1- La vida es común y frecuentemente se desarrolla la inteligencia
2- La vida es rara, pero desarrolla frecuentemente la inteligencia.
3- La vida es común y raramente desarrolla la inteligencia.
4- La vida es rara y raramente desarrolla la inteligencia.

Este método de inferencia estadística bayesiana, utilizado para actualizar la probabilidad de una hipótesis a medida que se disponen de evidencias o información, establece creencias previas sobre el sistema que se está modelando, que luego se combinan con datos para emitir las probabilidades de los resultados.

Según Kipping la técnica es similar al cálculo de las probabilidades en las apuestas. Respalda el ensayo repetido de nuevas pruebas en contra de su posición. En esencia es un ciclo de retroalimentación positiva que refina las estimaciones de probabilidad de un evento.

Para las cuatro hipótesis anteriormente listadas, Kipping usó estadística bayesiana para pesar unos modelos en contra de otros. La idea clave aquí es que uno compara la idea de la vida escasa en el Universo contra los otros escenarios de vida abundante. Los escenarios con vida abundante son 9 veces más probables que los de vida escasa. Esto se debe al dato de la aparición pronta de la vida en la Tierra, unos 300 millones de años después de formarse los océanos, según los datos de carbono 13 procedentes circones de la época. Así que las apuestas estarían en 9 a 1.

Kipping concluye que, si hay exoplanetas con condiciones similares a los que tenía la Tierra, la vida tendría pocos problemas en aparecer sobre esos mundos. La probabilidad de que la vida evolucione hacia vida compleja y que esta se torne inteligente sería mucho menor de 3 a 2 a favor de la vida inteligente. Esto se debería a la relativa tardanza en la aparición de los humanos sobre la Tierra. Así que, en este caso, no es fácil que aparezca la vida inteligente en el Universo. Aunque el mismo Kipping dice que esta probabilidad no dice mucho, pues sólo está un poco más allá del 50 a 50, por lo que sólo es un empujón hacia la hipótesis de vida inteligente.

Añade que el análisis no puede proporcionar certezas o garantías, sólo probabilidades estadísticas basadas en lo que pasó aquí en la Tierra. Aún así, dice que anima que el análisis apoye la idea del caso de un Universo abarrotado de vida. Aunque parece que haya pocos observadores conscientes en él para apreciarla.

«La búsqueda de vida inteligente en otros mundos más allá de la Tierra no debería ser en todo caso despreciada», sostiene Kipping.

Aunque siempre nos queda la duda de si para este viaje hacían falta esas alforjas.

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Fuentes y referencias:
Artículo original. [3]
Ilustración: CC0 Public Domain.