WWF publican su informe de 2008
El consumo de recursos por parte del ser humano es tal que ya consumimos un «crédito» ecológico un 30% por encima de lo que el planeta puede suministrar. A este ritmo se necesitarán dos planetas como la Tierra para sustentar la vida humana en 2030.
El informe de 2008 elaborado por la WWF sobre el planeta Tierra no puede ser más demoledor. Independientemente del cambio climático, el consumo de recursos por parte del ser humano es tal que ya consumimos un «crédito ecológico» que está un 30% por encima de lo que el planeta puede suministrar. Simplemente consumimos mucho más de lo que el planeta produce: 1,3 Tierras. Según estos expertos estamos agotando el capital natural del mundo hasta tal punto que estamos amenazando nuestra prosperidad futura. A este ritmo se necesitarán dos planetas como la Tierra para mantener nuestro estilo de vida para 2030.
Estamos consumiendo los ahorros que la biosfera había depositado sobre el planeta en los últimos millones de años. Básicamente estamos actuando desde el punto de vista ecológico de la misma manera que las instituciones financieras han hecho con el dinero en los últimos años: buscando una beneficio inmediato sin tener en cuenta que el sistema no se puede explotarse así indefinidamente.
La situación no es sostenible y tarde o temprano se producirá una quiebra o recesión en el sistema ecológico terrestre que hará que la presente crisis financiera internacional nos parezca agradable en comparación.
Según el informe más de tres cuartas partes de la población mundial vive en países que están por encima de sus posibilidades, consumiendo un «capital ecológico» que no pueden ni podrán devolver. Es decir, son deudores ecológicos.
Los países con mayor huella ecológica son EEUU y China, aunque en el consumo per cápita la lista está encabezado de mayor a menor por Emiratos Árabes, EEUU, Kuwait, Dinamarca y Australia, con una huella ecológica de entre 8 y 9,5 hectáreas globales por persona. En el extremo opuesto se encuentran Bangladesh, Congo, Haití, Afganistán y Malawi. Una hectárea global es una hectárea que en promedio mundial es capaz de producir recursos y absorber desperdicios. La humanidad consume 17.500 millones de hectáreas globales y en promedio cada habitante consume 2,7 hectáreas globales.
La huella hídrica es otro apartado que tampoco parece muy positivo. Cada persona gasta una media de 1,24 millones de litros de agua cada año. Uno de los países peor parados en este caso es precisamente España.
En el informe se pueden consultar diversas tablas en las que se desglosan los datos por países y otros parámetros.
El Índice Planeta Vivo que esta fundación calcula, y que se obtiene como una medida de la evolución de 5000 poblaciones de 1.886 especies de vertebrados en todo el mundo, ha descendido un 30% desde 1970. La principal causa es la deforestación y la transformación de los usos del suelo en los trópicos, aunque también se debería al cambio climático. Recordemos que cada año desaparecen 13 millones de hectáreas de bosque tropical. En el tiempo en el que se lee esta frase ha desaparecido más de 1 hectárea. En 2050, si no antes, habrá desaparecido todo el bosque tropical.
Estas zonas tropicales son de gran diversidad ecológica y las especies que las habitan ya están pagando la explotación que hacemos de su ecosistema. Se estima que cada día se extinguen allí 137 especies, o lo que es lo mismo 50.000 al año.
Además la deforestación representa el 18% de las emisiones de CO2, es decir, 18 millones de toneladas de CO2 cada día.
El panorama en los océanos y otros ecosistemas no es mejor. Así por ejemplo, ya hay un 25% de las especies de mamíferos en peligro de extinción. Para no enumerar más porcentajes sobre estos puntos nos remitimos al informe.
Según los expertos, para evitar una gran crisis ecológica global, habría que tomar unas medidas que harían palidecer a las tomadas respecto a la actual crisis financiera.
A pesar de este negro panorama, el informe de la WWF sostiene que no es demasiado tarde para impedir una recesión ecológica irreversible y apuesta por la eficiencia energética, las energías renovables y la disminución de emisiones de CO2.
Si reflexionamos un poco sobre este asunto básicamente se trata de un timo piramidal en el que una generación endeuda ecológicamente a las siguientes.
Ya sólo cabe preguntarse si los mismos que decían que el precio de la vivienda nunca bajaría también son los que dicen ahora que una crisis ecológica es imposible. ¿Conseguiremos hacer algo antes de que explote la burbuja ecológica?
Fuentes y referencias:
Web de WWF.
Informe completo en pdf.
Vídeo en Youtube.
13 Comentarios
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jueves 30 octubre, 2008 @ 10:32 am
En palabras de un gran estadista: «este es un problema que quizás tengan nuestros tataranietos…»
Al Gore y el estadista ese van a ser la muerte de todos nosotros.
Saludos.
jueves 30 octubre, 2008 @ 1:09 pm
Había un postulado muy antiguo: «La tierra da para comer a toda la humanidad». Pero como el diámetro de la tierra es limitado, también lo es su producción. Y estamos llegando al límite. Pero hay otro principio, no un axioma ni un postulado, solo un principio conductual, muy castizo, que dice: «El que venga detrás, que arree». Y, por desgracia, es el que se aplica casi siempre. Lo malo es que empezamos a ser de los que vamos detrás, por lo menos una buena parte de la población…
jueves 30 octubre, 2008 @ 4:45 pm
Voy a hacer un poco de determinísmo, a pesar de que vivimos sumergidos en un mundo sujeto al Principio o Relación de Incertidumbre. Sí la pregunta es si conseguiremos hacer algo antes de que explote la burbuja ecológica, la respuesta, mucho me temo, que va a ser que no, que no vamos a hacer nada. Esto se ha convertido en un «sálvese quien pueda y el que venga detrás que apague la luz». Y tampoco estoy muy seguro de que no sea demasiado tarde para impedir una catástrofe ecológica.
viernes 31 octubre, 2008 @ 8:39 pm
Yo creo que los únicos que hacen algo son los países desarrollados, que serán sin embargo los que sufran también todas las consecuencias generadas por la irresponsabilidad de los países pobres en cuanto que no controlan su demografía, actualmente los países desarrollados pierden población de forma natural, y solo ganan con la inmigración, el futuro será un aumento de la inmigración y un deterioro de las condiciones de vida para todos.
sábado 1 noviembre, 2008 @ 2:12 pm
Pablo, tu «diagnóstico» empezó con mucha sinceridad con un «Yo creo…» Tal vez el de WWF tenga una base un poco más firme. Saludos desde el Tercer Mundo.
domingo 2 noviembre, 2008 @ 9:55 am
Pablo: ¿Qué hacen los países desarrollados sino esquilmar el planeta? Quemamos combustibles sin medida, con mejor rendimienton que en los países pobres, pero basta echar un vistazo a las estadísticas para ver los consumos per cápita, o leer con más detenimiento el artículo, donde se habla de la huella ecológica de diversos países. En cuanto a la demografía, esa forma natural de que hablas es consecuencia del trabajo de ambos progenitores: el tiempo y la consumista economía familiar no dan para atender más hijos. La «irresponsabilidad» de los países pobres es consecuencia de una incultura que conviene al Sistema, no precisamente a ti ni a mí, mientras aquí entregan mano de obra barata y productos de su naturaleza casi gratis. ¿Quien les vende las armas? ¿Quién es el corruptor? ¿A dónde lleva su dinero el corrupto de allá? Este tema es tan largo, con tantas vertientes y se escapa tanto de los fines de Neo que prefiero no seguir. Pero no simplifiques tanto y tan injustamente culpando a la víctima.
Un cordial saludo.
domingo 2 noviembre, 2008 @ 11:46 am
Estimados lectores:
El desglose por países está en este informe o en el del IPCC. Aquí todo el mundo tiene parte de culpa, y gritar «y tú más» tampoco soluciona nada. Los que más consumen son los países industrializados, pero los países en vías de desarrollo tampoco son inocentes. Da igual ser 10 y consumir 10 per cápita que ser 100 y consumir una unidad por persona, el resultado es al final el mismo.
Hay hombres de negocios y políticos del tercer mundo que se enriquecen a base de expoliar los recursos y explotar a la gente de su propio país. Hay importadores del primer mundo que, por ejemplo, importan a sabiendas madera ilegal entre otras muchas cosas. Que la gente del primer mundo crea que el progreso personal consista en comprarse un mercedes de 4000 cc cada par de años tampoco ayuda. Comportamiento que trata de imitarse en el tercer mundo. Y es que habría que cambiar el concepto de progreso en general.
Los promedios de las estadísticas ocultan a veces la realidad del detalle. Quizás no haya pobre más pobre que un pobre en EEUU, o rico más rico que un latifundista brasileño destructor de selva. Y quizás no haya persona más derrochadora de agua que un aficionado al golf en el Golfo Pérsico.
Por otro lado la superpoblación está produciendo el colapso ecológico de algunos países del tercer mundo sin la ayuda de especuladores, políticos o importadores (por ejemplo Ruanda). La simple matemática del crecimiento exponencial no engaña y poner como excusa la cultura local tampoco es la solución aunque sea la causa.
domingo 2 noviembre, 2008 @ 9:42 pm
Agradezco a Neo sus sensatas consideraciones. La verdadera culpable es la condición humana. Si al pobre lo pones en las condiciones del rico, se comportará como él, y viceversa.
Un muy fectuoso saludo a todos los comentaristas.
miércoles 26 noviembre, 2008 @ 8:18 pm
La idea de una recesión ecológica es realmente una de las peores situaciones que debemos enfrentar, tanto como sociedad, como individuas, como seres humanos. Se está poniendo en juego la subsistencia del género humano, de las futuras generaciones, de la civilización misma. Resulta insoportable pensar que nosotros los humanos somos los causantes de estos problemas, sabiendo que el mundo tiene aproximadamente 4.500 millones de años, nosotros en unas centenas de años, ostentando ser HOMO SAPIENS, hagamos trizas ese equilibrio natural. La Naturaleza al fin a creado a su peor enemigo: el hombre.
jueves 27 noviembre, 2008 @ 8:55 am
Apreciado Nicolas, como ya he dicho en otros foros, el hombre no se va cargar la Tierra, de la misma manera que no acabó con la Tierra el asteroide que aceleró la debacle de los dinosaurios. La humanidad va hacia su propia destrucción y, con un poco de suerte, nuestros primos chimpancés heredarán las migajas. Por eso yo me declaro «egologista», en el sentido de que todo lo que hagamos por preservar a la naturaleza de nosotros mismos, redundará finalmente en nuestro propio beneficio (por muy contradictorio que parezca!).
Saludos cordiales a todos.
jueves 27 noviembre, 2008 @ 8:24 pm
Estimado RicardM:
Lamentándolo mucho estoy en desacuerdo contigo en parte de tu comentario por dos razones.
La primera porque este tipo de argumentos es hasta cierto punto conformista e invita a no hacer nada y que sigamos poniendo rumbo hacia el desastre.
La segunda es que no es cierto que otros seres vivos nos sustituyan en el nicho «racional» que ocupamos en este planeta.
Somos el producto de la contingencia, de una serie de sucesos aleatorios que dieron lugar a nuestra aparición. Los dinosaurios reinaron durante decenas de millones de años y no dieron lugar a ninguna especie inteligente. La vida necesitó de más de 500 millones de años de animales complejos para dar, por casualidad, con nosotros. Podría no haber sucedido nunca. No somos un producto inevitable, la evolución no es determinista aunque haya causas y efectos. El hecho evolutivo es un evento histórico y no mecanicista.
Si sucediera un desastre y desapareciéramos podría ocurrir que nunca más apareciera otra especie inteligente, o quizás sí. O quizás sólo justo al final de la capacidad del planeta de sustentar vida (como máximo otros 1000 millones de años).
No tenemos absolutamente ninguna prueba científica de que sea posible la existencia de vida en otros lugares del Universo, menos aún de que haya vida compleja (la Tierra necesitó miles de millones de años para eso) y mucho menos de vida inteligente. Puede que seamos los únicos seres «inteligentes» del Universo.
Se nos ha dado el privilegio de ser la única especie conocida a través de la cual el Universo se contempla a sí mismo en toda su magnificencia. No somos libres para hacer lo que se nos antoje, tenemos una responsabilidad, y no podemos cargar en ningún momento con la culpa de nuestra propia eliminación (aunque alguna vez podamos pensar que lo merecemos) y mucho menos con la eliminación de la mayor parte de las otras especies. Lo malo de este pensamiento judaico – calvinista – panteísta es que no nos dice como evitarlo.
Por lo demás yo también me apunto al «egologismo».
viernes 28 noviembre, 2008 @ 9:06 am
Apreciado Neo, totalmente de acuerdo con tu argumentación. Lo de los chimpancés lo decía en sentido figurado. La evolución posterior a una gran extinción depende inicialmente de las especies remanentes y de como haya quedado el entorno. En referencia a «nuestro sentimiento de culpa», no deberíamos confundir «responsabilidad» con «culpa». Somos responsables, sí. Pero si no detenemos nuestra propia extinción sencillamente no quedará nadie a queín echar la «culpa». En algunos foros hay argumentaciones del tipo de que si la evolución nos ha dotado de la inteligencia que poseemos, nuestra autoaniquilación no es más que el fruto de esta misma evolución biológica. ¡Me revelo ante esto! Nuestra inteligencia, fruto de la evolución, ha de ser capaz de devolver al planeta la homeostasis perdida.
Esperemos que la razón se imponga sobre los beneficios a corto plazo y no tengamos que especular mucho acerca de una segunda evolución.
Saludos cordiales.
viernes 28 noviembre, 2008 @ 7:06 pm
Apreciado RicardM, una vez desaparezca la civilización quizás sí queden humanos que sí sentirán culpa. Si desaparecen todos obviamente no. Pero esto no elimina la culpa actual por lo que ya estamos haciendo. El ritmo de extinción actual es de 100 a 1000 veces la tasa natural. En el tiempo que dura esta frase desaparece más de una hectárea de bosque tropical. Aunque sea solamente por esos dos detalles es para sentirse culpable. La gente cree en un fin del mundo bíblico, de un día para otro. Lo que la historia enseña es que en las microsociedades en las que se dio su particular «fin del mundo», éste llego poco a poco. Los habitantes de la isla de Pascua, o los de otras islas del Pacífico, los anasazi, los mayas, los vikingos de Groenlandia… sufrieron un colapso ecológico ganado a pulso durante años y tardaron mucho en desaparecer del todo. Al final no quedó ninguno o muy pocos de ellos.
Totalmente de acuerdo con usted y en contra de esos argumentos estúpidos que se oyen por ahí. Hay incluso gente que utiliza la palabra «natural» como la justificación para casi todo. Alguno dicen incluso que puesto que el hombre es natural todo lo que haga es natural y justifica así la extinción actual como «natural». Otros dicen que como el cambio climático es ya inevitable disfrutemos del presente y ya está.
La historia también enseña que ha habido civilizaciones que sí han sabido conservar el entorno ecológico y vivir de él de manera sostenible. No es tanto que el entorno te provea de más o menos recursos, o que sea más o menos frágil, o que haya cambio climático local o no. Se trata de administrar los recursos. Es algo que cualquier empresario competente sabe hacer, ¿por qué no lo hacemos todos como civilización?