Exoplanetas de tamaño terrestre
La misión Kepler halla dos exoplanetas con un tamaño casi igual al terrestre.
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Vivimos tiempos en los que algunos resultados científicos que se van conociendo eran casi ciencia ficción hace no tantos años. La posibilidad de detectar planetas alrededor de otras estrellas es uno de ellos.
Conforme pasa el tiempo vamos cercando el margen estadístico de tal modo que tarde o temprano encontraremos una Tierra II, un planeta en zona de habitabilidad del mismo tamaño que la Tierra. Puede que incluso encontremos unos de esos planetas antes que el bosón de Higgs.
Quizás, cuando llegue ese día y sepamos de otro punto azul pálido, nos parecerá natural, lógico y evidente, pero debemos de reparar en el inmenso esfuerzo y tiempo que se ha necesitado hasta llegar ahí. Esfuerzo que empezó cuando Johannes Kepler describió las leyes de movimiento planetario.
Los científicos de la misión espacial Kepler nos sorprendían hace poco con la existencia de un planeta (Kepler-22b) de tamaño un poco superior al terrestre en la zona de habitabilidad, aunque a falta de espectros y datos sobre su masa es difícil afirmar si es o no rocoso. Algunos pusieron la pega de que posiblemente era una especie de Neptuno un poco ligero.
Hoy, en una rueda de prensa, nos sorprenden con el hallazgo de dos planetas con un tamaño muy parecido al terrestre, en concreto 0.89 y 1,03 veces el diámetro de la Tierra. Se les ha llamado Kepler-20e y Kepler-20f y se encuentran tan cerca de su estrella que son mundos a muy elevada temperatura en donde no es posible que exista la vida. Los periodos orbitales son de 6,1 y 19,6 días terrestres respectivamente. Ambos pertenecen a un sistema con cinco planetas conocidos hasta la fecha. La estrella a la que pertenecen está a 1000 años luz de nosotros en la región de cielo que llamamos constelación de Lira.
La confirmación de éstos y otros planetas se hace con le telescopio Spitzer y con telescopios en tierra firme, aunque en este caso sólo de primavera a otoño, cuando esa región del cielo es visible en el hemisferio norte. Además los investigadores se han valido de un programa denominado Blender que permite eliminar fenómenos que enmascararán los eventos de transito.
Este descubrimiento demuestra que existen planetas del mismo tamaño que la Tierra. Recordemos que la demora en encontrar este tipo de cuerpos reside en que son imposibles de detectar aún por el método Doppler de velocidad radical de la estrella y es muy difícil de ver el efecto que producen cuando se usa el método de tránsito, como en este caso del telescopio Kepler.
La distribución de tamaños planetarios en este sistema es alterna, en concreto el más interior es grande, el siguiente más pequeño, el siguiente grande, el siguiente pequeño y el quinto grande. Tienen periodos orbitales de 3,7, 6,1, 10,9, 19,6 y 77,6 días terrestres. La estrella del sistema Kepler-20 es una estrella tipo G como nuestro Sol, pero un poquito mas fría y pequeña.
En resumidas cuentas: se demuestra que hay sistemas solares alrededor de estrellas similares al Sol y que hay planetas del mismo tamaño que la Tierra en esos sistemas. Ya sólo falta encontrar uno en el lugar adecuado. Lamentablemente, tanto al método Doppler como al de tránsito les será aún más difícil detectarlo, pero no porque no existan o sean poco abundantes.
Según Natalie Batalha, del equipo de Kepler, encontrar un planeta de tamaño adecuado en el sitio justo en donde esté permitida la vida es sólo cuestión de tiempo. “Estamos sentados en el borde de nuestros asientos sabiendo que los descubrimientos más esperados de Kepler están todavía por venir”, añade.
Sería interesante saber qué diría de todo esto el propio Johannes Kepler o, salvando las distancias, Carl Sagan, que murió hace ya 15 años.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=3694
Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
Kepler en NeoFronteras.
7 Comentarios
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martes 20 diciembre, 2011 @ 11:14 pm
Carl Sagan sentía verdadera admiración por Kepler. Admiraba especialmente la capacidad que demostró Kepler para dejar atrás sus prejuicios y «creencias» y admitir finalmente lo que sus mediciones y estudios le estaban indicando.
Kepler descubrió un mundo imperfecto y acabó aceptándolo, a pesar de que esperaba haberse encontrado con un mundo ideal de círculos y armonía.
No todos los científicos, como humanos que son, son capaces de deshacerse de esos «prejuicios» de los que somos víctimas. Buen os ejemplos son la actitud de Einstein no dando ni un átiomo de crédito a la MC, o mas recientemente la propuesta de Penrose de un modelo de Universo estático que es mas sencillo de conciliar con sus «creencias religiosas».
miércoles 21 diciembre, 2011 @ 12:54 am
Pues harán falta unos cuantos Kepler si no se encuentra el Higg en unos meses. Y hacen falta otros tantos en los departamentos de Física Teórica anegados de «belleza de las cuerdas». Ni los sólidos platónicos definían las órbitas planetarias ni las cuerdas describen la realidad, pero Kepler supo buscar en otros sitios.
La verdad es que se pueden concebir una infinidad de objetos matemáticos que sean bellos, pero sólo unos pocos sirven para describir la realidad. Un dodecaedro es bonito, pero una elipse es también bella.
Incluso el concepto de belleza a veces sólo depende de que seamos capaces de entenderlo. Para un profano no hay belleza en una jugada de ajedrez o en la demostración de un teorema, pero a ojos de los iniciados ambos pueden ser sublimes.
miércoles 21 diciembre, 2011 @ 2:30 am
Es imposible que lleguemos hasta un planeta azul y rocoso con una temperatura media de 20°C a una distancia de 1000 años luz. Si aún no pisamos nuestro planeta vecino Marte.
Se reciben propuestas.
miércoles 21 diciembre, 2011 @ 2:44 am
Pues así es. Se definía a los «bárbaros» precisamente por su ignorancia en apreciar la belleza (lo que no deja de ser curioso, porque los «civilizados» suelen ser siempre más salvajes que los «bárbaros»). Personalmente me parece más bella una elipse (cualquier cónica) que un sólido platónico, y seguramente mi trasfondo cultural me hace pensar así, como pensaban al contrario Kepler y otros. En mi caso porque sé que las cónicas están ominpresentes en la naturaleza, como tantos patrones matemáticos, y los sólidos platónicos no lo están tanto (y no a simple vista, como en las redes cristalinas u otras cosas). De nuevo volvemos a la relación inversa entre apreciación de belleza e ignorancia.
Y de aquí se infiere que también nuestra particular percepción de la belleza está intrínsecamente relacionada con todo nuestro aparato emocional, y nuestra identidad a modo profundo, porque defender nuestras amadas ideas / ideologías, más allá de que sirvan (o no) para mantener un chiringo-pesebre lucrativo y alimenticio, no deja de ser otro obstáculo para llegar a la apreciación de una belleza mayor. Ergo, la percepción de la belleza juega un papel muy complejo y sutil, que desborda la dualidad palo doloroso / zanahoria endorfínica de nuestras mentes.
miércoles 21 diciembre, 2011 @ 9:50 am
Para los que no sepan lo de «punto azul pálido» viene de este texto de Carl Sagan:
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=oGKm6_-BmRE
Ya conocido, por otra parte, por los lectores habituales.
domingo 25 diciembre, 2011 @ 12:04 pm
Los últimos avances en ciencia de los astros y en física de partículas siguen manteniéndonos en una primera fila del gran teatro del mundo, atentos y un tanto nerviosos a la espera de alguna noticia que calme o dispare nuestra ansiedad por saber … una ansiedad que, por otra parte, tiene un componente insoluble en cualquier solución anterior, una especie de insoluble intrínseco. Si aparece el Higgs, nos preguntaremos de qué modo actua para dotar de masa, y cómo su acción se ejerce a distancia a través de un espacio tiempo discontinuo, y si ello no nos retrotrae a antiguos planteamientos de un «éter» ubicuo y extraño. Si aparece Terra 2 se disparará el «ansia viva» de saber más y gastar más en alcanzarla… Humanos, al fin, los mismos que al principio. Coloquemos el asiento en posición ergonómica y hagamos votos por que lo que sea que se anuncie no nos saque de un prudente, relativista y saludable escepticimo.
lunes 26 diciembre, 2011 @ 10:51 pm
Muy interesantes vuestros comentarios.
El número 3 de Mr.Plasty, me trae a la memoría una curiosidad: los «romanos» consideraban el color azul como «inestético», no lo usaban en su vestimenta. El motivo es que se relacionaba con la enfermedad.
En cuánto al 5 de Neo, decir el «Punto azul pálido» de Sagan es magnífico, de exquisita «forma» y «fondo»: ¿Quién es el siguiente en querer convertirse en el «rey de los piojos» en una minúscula mota de polvo azul?
¿Quien quiere ser el próximo espantapájaros empeñado en ser el que mas asusta?
Verdaderamente, la pequeñez de nuestro planeta visto desde tan lejos desafía nuestra pretendida autoimportancia…
…y mientras, las bacterias, auténticas reinas del planeta, nos miran incrédulas y yo creo que hasta se rien de nosotros.
Saludos y abrazos