La incertidumbre activa los centros emocionales
Cuando tenemos que enfrentarnos con la incertidumbre tendemos a tomar las decisiones desde un punto lógico, pero un estudio muestra que el cerebro en estas situaciones de riesgo activa además las áreas emocionales.
Ming Hsu y sus colaboradores del Caltech (California Institute of Technology en Pasadena) han podido comparar la actividad cerebral de unos voluntarios bajo dos juegos de apuestas, y mientras que éstos jugaban esos juegos un sistema de resonancia magnética nuclear mostraba dicha actividad.
En uno de los juegos se daba a los participantes la oportunidad de apostar por un color de una carta tomada de un mazo sobre el que se les decía que contenía el mismo número de cartas azules que de rojas.
En el segundo juego no se les proporcionaba la relación entre cartas azules y rojas. Se vio que en este caso los participantes estaban menos dispuestos a apostar su dinero y que tenían una mayor actividad cerebral en los centros de procesamiento emocional ubicados en la amigdala y el córtex orbitofrontal.
Los jugadores no sabían que en ambos casos los colores estaban repartidos por igual. Los jugadores del segundo juego por tanto tenían la misma probabilidad (50%) de acertar que los primeros.
Paradójicamente, mientras que los jugadores no tuvieran preferencias por un color, apostaban de igual modo al rojo o al azul. Y aunque sobre la mesa sólo hubiese cartas de un solo color siempre tenían el 50% de probabilidades de acertar.
Los investigadores encontraron que en el segundo juego las partes emocionales comenzaban su inusitada actividad segundos antes de tomar la decisión sobre la apuesta, quizás producían sentimientos de precaución para impedir la apuesta.
Según los investigadores este hallazgo apoya la idea de que el cerebro humano está diseñado para que tengamos cierta aversión a los riesgos ambiguos.
Personas con el córtex orbitobrontal dañado apostaban de la misma manera independientemente del riesgo del juego, y solían terminar perdiendo todo el dinero. Ming especula que estas personas carecen de una respuesta emocional frente a la incertidumbre o aversión al riesgo en comparación con aquellos que tienen el córtex orbitobrontal intacto. Esto pone de relieve cómo las emociones son activadas en situaciones difíciles.
Sin embargo el estudio resalta además que, a la vez, las áreas analíticas del cerebro aumentan su actividad.
Por tanto, para tomar decisiones consideramos tanto las razones como las emociones y es importante estudiar cómo estas dos redes cerebrales interactúan entre sí en este contexto.
Ahora estos científicos tratan de investigar si la estimulación indirecta de los centros emocionales puede hacer que una persona sea más prudente. Esto podría ayudar a establecer una relación causal entre la actividad de la amígdala y la toma de decisiones.
Aunque este resultado parezca obvio es probablemente la primera vez que se demuestra científicamente.
Referencia: Hsu M., Bhatt M., Adolphs R., Tranel D., Camerer C., et al. Science, 310. 1680 – 83 Doi:10.1126/science.1115327 (2005).
1 Comentario
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lunes 26 diciembre, 2005 @ 1:34 am
La ambicion puede variar dependiendo de las personas, sin embargo, me parece interesante el demostrar o validar el procesamiento de informacion del cerebro. En este caso se juega con algo objetivo, no seria el caso si se jugara contra otra persona, que puede ocurrir el «cuento del tio», en el cual la ambicion juega un papel importante, el problema es saber que induce a ser ambicioso.
En el sistema nueronal que puede estar pasando para que se llegue a arriesgar todo, cual es la cadena de hechos mentales, que fulmina esta forma de actuar?