Sobre el sacrificio de las arañas vírgenes suicidas
Las adultas vírgenes de una especie de araña cuidan de las crías de otras arañas emparentadas con ellas e incluso se dejan comer por estas crías.
La manera en la que trabaja la evolución no tiene nada que ver con la maldad o bondad o cómo veamos el mundo los seres humanos. Es una fuerza ciega que sólo depende de una variación en la herencia y una presión de selección guiada por el éxito reproductor. No hay objetivo ni meta, no hay necesariamente progreso o direccionalidad.
Para ejemplificar esto nada como considerar las arañas de terciopelo Stegodyphus dumicola. Las crías de esta araña pueden ser cuidadas por su tía virgen. Para ello esta regurgita comida a los recién nacidos. Pero cuando llega el momento es la tía la que se convierte en comida para los pequeños. Es un ejemplo extremo de altruismo.
Las arañitas empiezan a comerse a la tía cuando todavía está viva y para ello inyectan enzimas en su cuerpo que disuelven el interior de la adulta. Luego, las arañitas sólo tienen que sorber los fluidos a medio digerir. Al final sólo queda el cuerpo hueco de la adulta.
Según Trine Bilde (Universidad Aarhus, Dinamarca) no hay agresión aparente en todo ello y parece que las adultas permiten a las crías que se coman sus cuerpos.
S. dumicola es una especie social y sus individuos viven en grandes nidos comunales. El nido está hecho de materiales vegetales y seda, además posee dos telarañas normales dedicadas a capturar presas. Cientos de estas arañas cooperan para capturar presas, defender el nido y cuidar de los más pequeños aunque sean vírgenes (que no se han apareado) y no lleguen a tener descendencia. Sólo viven un año, por lo que sólo pueden reproducirse una vez como máximo.
Que estas arañas se dejen comer por crías que no son sus descendientes no deja de ser sorprende. Por otro lado, en la especie emparentada S. lineatus sólo las hembras que se han apareado cuidan de las crías, pero no las vírgenes. En este caso, además de cuidar de su descendencia, también cuidan de la descendencia de otras hembras del nido. Pero sólo sus descendientes se las comen al final de proceso de crianza. Este comportamiento, que en Biología se denomina matrifagia, es más común de lo que se cree en el mundo animal.
Bilde quería saber cómo surgió el extraño comportamiento de S. dumicola en el que las hembras vírgenes se dejan devorar por las que no son sus crías, así que el grupo de investigadores criaron en el laboratorio estas arañas para así poder investigarlo. Las dividieron en varios grupos en los que había dos arañas adultas apareadas y tres vírgenes cuidando de los pequeños.
Observaron que tanto las vírgenes como las apareadas realizaron los mismos cuidados, como cuidar de los sacos de huevos o regurgitar comida a las recién nacidas. Además, al final ambas eran comidas por las arañitas.
Aunque parezca un comportamiento evolutivamente absurdo, no es tal si consideramos a los insectos sociales (por cierto, las arañas no son insectos). En abejas y hormigas las obreras no se reproducen y cuidan de los hijos de la reina. Pero, como comparten muchos genes con la madre (la reina), es casi como si cuidaran de su descendencia.
Una manera de ver esto es si consideramos la teoría del gen egoísta de Richard Dawkins. En insectos sociales se favorece este tipo de comportamientos altruistas porque las obreras comparten muchos genes con las crías a las que cuidan y estos genes sólo fuerzan su propia perpetuación, aunque sea a costa del individuo.
A estas arañas les pasa algo parecido, pues las cuidadoras comparten muchos genes entre sí y con la nueva generación. Cuanto mejor cuiden a las arañitas más posibilidades tienen de que sus genes se propaguen, es decir, de que tengan éxito reproductor. Donar su propio cuerpo es una solución que mejora ese éxito reproductor, ya que dicho cuerpo no puede reproducirse más al finalizar la temorada. Para favorecer este comportamiento, posiblemente, las tías vírgenes y las apareadas no sean capaces de distinguir entre sus posibles huevos y los de las demás.
Pero, ¿por qué surge un comportamiento así? Este género de arañas ocupa paisajes áridos y desérticos en donde las presas no abundan, por lo que ofrecer sus propios cuerpos como plato principal a las crías posiblemente proporcione más comida que la pueden encontrar en un momento dado.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=5717
Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto: Wikipedia / Bernard DUPONT
7 Comentarios
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domingo 24 septiembre, 2017 @ 7:54 pm
Este tipo de historias seguro que le producen relajación muscular a Richard Dawkins.
Un par de observaciones. Metaobservaciones.
Supongamos que esos famosos seres ET que andarán por ahí arriba pululando más de lo que podremos imaginar, pues algunos que fuesen como estos simpáticos arácnidos. Qué tipo de sociedad (inteligente) puede salir de aquí no puede estar más lejos de nosotros. Y en realidad, las arañas estas están mucho más cerca de nosotros que cualquier cosa que ande por ahí arriba. De qué se puede hablar con estas criaturas, pues de matemáticas, de ciencia empírica, incluyendo etologías, pero… de no mucho más.
Luego está el tema de los problemas que genera el canibalismo. Imaginó que habrá otro pack de genes para lidiar con esto dado que estamos hablando de una estrategia de especie, no de un recurso de emergencia. Total, a fin de cuentas, en este planeta nos comemos los unos a los otros, excepto los que procesan inorgánico para generar orgánico. ¿A qué me recuerda esto?
lunes 25 septiembre, 2017 @ 12:36 am
Este post ha sido modificado para añadir un párrafo sobre el gen egoísta.
miércoles 27 septiembre, 2017 @ 6:17 am
En mi opinión la ciencia son solo datos, la interpretación de estos datos la mayor parte de la veces no es ciencia. La evolución son datos, son procesos matemáticos aleatorios, estos son seleccionados por el azar que se impone, como el entorno; la interpretación de estos datos depende de los sesgos cognitivos que acompañan al ser humano y el mayor sesgo de todos es nuestro propio cerebro y sus limitaciones que interpreta todo, si, nuestro cerebro es prisionero de su composición, estructura, funcionamiento… la matemática no existe en el cosmos, la matemática es como nuestro cerebro interpreta los datos y juega con ellos.
miércoles 27 septiembre, 2017 @ 8:15 am
No sé Dr. hacia donde te conduce tu memoria o tu imaginación. Solo se me ocurre lo vegetal, algunas algas, algunas bacterias- En fin, sácame de la oscuridad.
En cuanto a R. D. pienso que, aunque se relaje un tanto con esta noticia, su argumentación es más sutil. A mí no acaba de convencerme pues casi dota de inteligencia al gen y pienso que lo que caracteriza al individuo es el conjunto de genes. No ha de ser un solo gen el que dicta una conducta, aunque a veces sea posible, pero siempre habrá que tener en cuenta su entorno: el más próximo, los otros genes, luego el individuo y más allá el ambiente. Y entre todos determinan hacia donde conducirá ese conjunto la contingente evolución.
domingo 1 octubre, 2017 @ 7:51 pm
Qué los humanos, persiguiendo nuestras agendas pretendemos hacer de la naturaleza un soporte en apoyo de nuestras cosmovisiones. Sí, todos sabemos que debería ser al revés, basar nuestras cosmovisiones en la naturaleza (como intentan hacer los «atrasados», también con menor o mayor éxito, pero la aproximación es completamente opuesta), pero por algún motivo los humanos «civilizados» hemos creado burbujas culturales que nos aislan del entorno al que pertenecemos, este punto, aclararlo, es fundamental para nuestra supervivencia.
El darwinismo ha sido usado para casi tó, desde justificar el capitalismo (o el socialismo soviético), el racismo, el superhombre de Nietzsche, lo que se quiera. También se usa, faltaría más, para justificar el antropocentrismo en su versión más refinada, o el eurocentrismo (u occidentalocentrismo, a placer) en su versión más zafia.
Pues eso, que aquí en la Tierra las estrategias evolutivamente estables las dictan las condiciones de contorno, y la ecosfera se adapta como una plastilina. Seres ET pueden ser tan anormales, a nuestra visión, cuanto de anormales sean sus entornos físicoquímicos. Y en el sistema solar conocemos unos cuantos bastante alienígenas, incluyendo esos que dicen que son potenciales para la vida aparte de nuestro maltratado planeta.
Sobre lo del compañero Dawkins, que imagino que él lo interpretaría como un apoyo a su visión original (e incompleta) del papel de los genes, cuando está claro que esto es una prueba bastante demoledora del papel de la especie, como tal. Es decir, de una propiedad emergente, que es como le llamamos a los fenómenos que surgen cuando no podemos predecirlos de una aproximación reduccionista. Que es la forma que tiene de trabajar nuestro cerebro.
lunes 2 octubre, 2017 @ 11:24 am
Sí, nuestro cerebro tiende a clasificar, a inventar conjuntos, subconjuntos, a ordenar… No siempre acertamos, pero nos vamos apañando.
viernes 6 octubre, 2017 @ 8:00 am
Que a Darwin se lo use para todo no es culpa de él. La evolución no es posible sin solidaridad. Cómo en el ser humano existe. En el animal más primitivo está el concepto de sociedad. Persistencia de su especie antes que el individuo. Rasgo más primitivo de la solidaridad. Mi interpretación de la noticia. Que al fin y al cabo mucho lo habrá de importar porque me guardarán dentro de ésta maleta.