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Sobre Alpha Centauri

Área: Espacio — martes, 2 de enero de 2018

Los datos disponibles no descartan que haya planetas de tipo rocoso en la zona de habitabilidad de Alpha Centauri A y B, aunque todavía no se hayan detectado.

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El sistema de Alpha Centauri se encuentra a poco más de 4 años luz de nosotros. Está formada por tres estrellas: Alpha Centauri A, Alpha Centauri B y Proxima Centauri. En los últimos años se han sucedido diversos resultados contradictorios sobre la existencia de planetas alrededor de estas estrellas. Sólo en el caso de Proxima Centauri se ha confirmado la presencia de un planeta rocoso.

Ahora, un equipo de astrofísicos de la Universidad de Yale dirigidos por Debra Fischer ha estudiado las posibilidades de existencia de planetas en la zona de habitabilidad en este sistema estelar.

Según sus resultados, podría haber planetas rocosos con un tamaño similar a la Tierra, pero descartan la existencia de grandes planetas que sí aparecían en algún estudio previo.

«El Universo nos ha dicho que el tipo más común de planeta es el de tipo rocoso y nuestro estudio nos dice que estos son exactamente los más probables que puede haber orbitando Alpha Centauri A y B», dice Fischer. Añade que debe de haber planetas rocosos alrededor de estas estrellas.

El estudio se basa en datos sobre velocidad radial recopilados por diversos espectroscopios avanzados. Pero la precisión de los mismos no es suficiente como para descartar la existencia de planetas rocosos de tamaño similar al de la Tierra. Si hubiera un planeta similar a la Tierra en la zona de habitabilidad de A y B, no podríamos detectarlo con la tecnología que se ha usado hasta ahora.

Según este estudio, para Alpha Centauri A puede haber planetas con una masa inferior a 50 masas terrestres. Para Alpha Centauri B podría haber planetas con una masa inferior a 8 masas terrestres. Para Proxima Centauri podría haber planetas con una masa inferior a la mitad de la terrestre.

El estudio elimina la posibilidad de que existan planetas gigantes al estilo de Júpiter, aunque la ventaja en este caso sería una mayor estabilidad planetaria y una menor incidencia de impactos de asteroides sobre los hipotéticos planetas rocosos.

Según los propios autores, este sería un estudio preliminar realizado a partir de datos reciclados y que se necesitarán otros estudios, pero podría ayudar a los astrónomos a priorizar los esfuerzos a la hora de detectar planetas adicionales en este sistema estelar.

La mejora de la técnica espectrográfica posiblemente ayude en este sentido. En estas mismas páginas veíamos hace poco la puesta en marcha del espectrómetro ESPRESSO, capaz de alcanzar precisiones de menos de 10 cm por segundo al medir velocidades radiales por Doppler.

Quizás en un futuro no muy lejano descubramos algún planeta habitable en nuestras vecinas más cercanas. Pero, de momento, habrá que esperar.

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Fuentes y referencias:
Artículo original
Ilustracion: Michael S. Helfenbein.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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3 Comentarios

  1. tomás:

    Buscamos planetas rocosos y, naturalmente, con agua. La razón es que buscamos otra u otras Tierras. Pero si lo más próximo está a 4 al, el viaje es imposible y pienso que lo será siempre. Entonces me pregunto por qué no se decide la humanidad a terraformar Marte, que no me parece empresa tan imposible.

  2. NeoFronteras:

    Estimado Tomás:
    La terraformación de Marte es un buen ejercicio intelectual, pero absurdo. Debido a su escasa gravedad, Marte volvería a perder su atmósfera en unos miles de años al aumentar su temperatura. la poca agua que hubiese se evaporaría, se disociaría y todo se perdería en el espacio vacío.
    Por otro lado la Tierra puede mantener las condiciones para la vida durante 1000 millones de años más. Y si por esa época hay seres inteligentes incluso pueden cambiar su órbita para alargar ese plazo unos miles de millones más hasta que el Sol se transforme en gigante roja.

    Estaría bien tener una base en Marte, pero, dada la escasez de recursos, eso está cada vez más lejos. Además que la inversión en algo así detraería dinero de la ciencia espacial.

  3. tomás:

    Admirado Neo: Gracias por tu opinión, pero mi intención no sería crear una atmósfera abierta, sino grandes semiesferas transparentes, comenzando por los lugares más propicios, es decir, donde haya agua en alguna forma e ir conectándolos. Quizá esto sirviese también para la Luna.
    Buena es la noticia de esos 1000 millones de años, que dudo sepamos aprovechar sin fastidiarlo todo.
    La única razón que no me convence es la última. Se resta en lo más lejano pero se suma en lo más próximo y útil; quizá para materias primas.
    Un fuerte abrazo.

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