El aprendizaje por estilo no funciona
Desmontan la idea de que la mejor manera de aprender algo es a través de nuestro sistema preferido o dominante de aprender.
En este mundo social en decadencia y postverdad en el que vivimos, en donde los políticos se dedican a comprar títulos universitarios que den un barniz intelectual a un corazón mezquino y corrupto, todo hijo vecino, incluido el banquero timador, el youtuber o el fontanero que no te cobra IVA, tiene una teoría sobre cómo mejorar la educación, aunque no la tenga para el cirujano que le tiene que operar de una apendicitis.
En otros lares, algunos se dedican a investigar sobre cómo aprendemos sin que les influyan sus propios prejuicios políticos o, al menos, ponen a prueba las corrientes educativas postmodernas y progres. A veces, como en en el caso que vamos a ver, consiguen desmontar la ideas o teorías que algunos tienen sobre cómo es la mejor manera en la que adquirimos conocimientos o destrezas.
Hay diversas modalidades o estilos para aprender, podemos usar la vía oral, otra más visual o realizando tareas. La idea que todos tenemos es que aprendemos mejor si usamos la vía que nos resulte favorita, concepto que es altamente popular entre la gente y algunos pseudo-psicopedagogos.
No se suele dudar de esta premisa en parte porque aprender por la vía preferida nos hace sentir mejor y esto incluso nos hace pensar que aprendemos más, incluso cuando no es así.
Los promotores de esta aproximación de usar la vía preferida, o «aprendizaje por estilo», sostienen que la ausencia de pruebas hasta el presente se debe a que los estudiantes aprenden fuera de clase. Según esta visión, los psicólogos han fallado a la hora de encontrar pruebas sobre el aprendizaje por estilo porque se han centrado demasiado estrechamente en si es beneficioso tener congruencia entre el estilo de enseñanza y el estilo preferido de aprendizaje. Dicen que, en su lugar, deberían echar un vistazo a los efectos beneficiosos del estudio fuera de clase de una manera que sea consistente con su estilo de aprendizaje favorito.
Un par de investigadores de Indiana University publican ahora un artículo en Anatomical Sciences Education en el que se refleja un estudio realizado con cientos de estudiantes universitarios. Sin embargo, el resultado sigue sin apoyar el concepto de aprendizaje por estilo, lo que refuerza la mala reputación entre los psicólogos de esta hipótesis, que no sería más que un mito.
A comienzos de curso Polly Husmann y Valerie Dean O’Loughlin solicitaron a cientos de estudiantes de Anatomía, asignatura que incluía tanto clases magistrales como prácticas de laboratorio, que realizan una serie de tests on-line en el sitio web VARK sobre estilos de aprendizaje preferidos y que ya han realizado millones de personas en todo el mundo. Con ello se pretendía saber si preferían aprender visualmente, oralmente, a través de la escritura o a través de alguna actividad física que implicara, por ejemplo, realizar un caso práctico.
Además, el sitio VARK ofrecía indicaciones o pistas sobre cómo debían estudiar basándose en el supuesto estilo de estudio preferido. Los investigadores animaron a los estudiantes participantes en el estudio a realizar los tests y a adoptar las prácticas de estudios sugeridas que supuestamente eran consistentes con su estilo dominante de estudio.
Más tarde, durante el curso, los investigadores hicieron una encuesta acerca del método que realmente habían seguido fuera de clase, pues querían saber si se correspondía o no con lo sugerido por VARK.
Finalmente los investigadores accedieron a las calificaciones de los estudiantes a final de curso para ver si había una correlación o asociación entre las calificaciones obtenidas, el estilo de aprendizaje dominante y el que se había seguido realmente fuera de clase.
El resultado son malas noticias para los que apoyan el concepto de aprendizaje por estilo. Las calificaciones obtenidas por los estudiantes no se correlacionaban en ningún modo significativo con su estilo dominantes de aprendizaje o con cualquier estilo de aprendizaje. Además, aunque la mayoría de los estudiantes (un 67%) fallaron a la hora de estudiar según el estilo sugerido por VARK, aquellos que realmente sí lo siguieron, no obtuvieron mejores calificaciones en Anatomía que los que no lo habían seguido.
En su lugar, lo que ocurrió fue que aquellos que siguieron estrategias específicas de estudio, como practicar más con los microscopio o emplear las notas tomadas en clase, fueron los que obtuvieron mejores calificaciones, independientemente del estilo dominante.
Otro tipo de actividades estaban asociadas a peores resultados en las calificaciones, quizás debido a que era una señal de aprendizaje por rutina que no permitía alcanzar un aprendizaje profundo.
El estudio, «proporciona un fuerte evidencia de que profesores y estudiantes no deberían promocionar el concepto de aprendizaje por estilo para el estudio o para la enseñanza», afirman los autores del estudio.
Así que nos debemos de deshacer de la frase ‘No puedo aprender el asunto X porque yo soy uno que aprende visualmente’, de una vez por todas.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com
Fuentes y referencias:
Artículo original.
Ilustración: JoanDragonfly, vía Flickr.
9 Comentarios
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sábado 14 abril, 2018 @ 12:28 am
¡Zas!, ¡estacazo al paradigma!
domingo 15 abril, 2018 @ 12:48 pm
Pienso que la práctica ha sido muy importante para mi. También observar a los demás. Y algo que me inventé, aunque ya estuviese inventado: si por el camino del aprendizaje te encuentras ante una pared, no se debe intentar empujarla: hay que saltarla, hacer un agujero bajo ella o irte hacia uno de los lados hasta que acabe. Y otra estrategia: conseguir que te guste aquello que te desagrada. Lo conseguí con el Latín y la Química.
domingo 15 abril, 2018 @ 2:10 pm
Es buena Tomás, deconstruir prejuicios, lo que no implica que haya que hacer menos esfuerzo, pero al menos será más llevadero, que no es poco cuando el esfuerzo es considerable.
Todo esto muestra lo complejos que somos, y lo contraproducente que es en ocasiones crear sistemas de tallas. Ni digamos si hay talla única.
P.S. Hace tiempo pensaba que el año-luz embestir obstáculos (a.k.a. n-tropezar la x piedra hasta hacerla balastro) era el deporte esencial (ya ni nacional) hispanistaní. Cuán equivocado estaba. Es cierto que la cultura hispanistana tiene sus propias expresiones multiétnicas al respecto, pero ese deporte es tan universal como la música. Harina de otro costal es que se exprese con más frecuencia en sociedades frustradas, que no es ningún status esencial, sino coyuntural. Aunque dure como el famoso conejito.
lunes 16 abril, 2018 @ 11:59 pm
Yo he leído una vez, que «Ni sudokus ni música de Mozart, investigadores aseguran que la práctica del «n-back» 20 minutos al día es la mejor manera de mejorar nuestra capacidad de razonamiento Este ejercicio mental utiliza una función del cerebro conocida como memoria de trabajo, la capacidad de retener la información de forma activa a pesar de que se produzcan distracciones o interferencias en una tarea. » http://www.abc.es/20110603/ciencia/abci-ejercicio-mental-verdad-aumenta-201106030838.html
Si esto tampoco fuese cierto, quizás la inteligencia con que venimos de fábrica, no puede modificarse, o mejorarse. Y entonces, pues…, no merece la pena darle más vueltas.
Otros afirman que con la realidad virtual, se aprendería mucho más, con contenido audio visual; como mostraba la película «El cortador de césped».
martes 17 abril, 2018 @ 7:40 am
Amigo David: A ese «… no merece la pena darle más vueltas», debo contestarte que, preocupado por mis cada vez peores facultades y pretendiendo luchar contra ese deterioro, hace unos cinco años me ejercitaba antes de dormirme imaginando un tetraedro con un color distinto en cada equilátero: rojo, azul, amarillo y verde. Y lo ponía a girar lentamente, procurando reconocer bien los colores. Me divertía el asunto hasta que alguna vez, olvidé hacerlo. Recuperaré el juego. Ahora imagino situaciones para mis cuentos, aunque debo reconocer que escribo perezosamente. Pero además, intentando recuperar mi antigua facultad de reconocimiento facial y mejorar mi recuerdo de los nombres que siempre fue penoso, como soy tan aficionado al cine, estoy haciéndome una lista de nombres de actores con las películas en las que han actuado y, para mi sorpresa, llevo ya unos 400 en los que puedo aunar rostro y nombre.
Pero lo más importante es ese entretenimiento de situaciones y argumentos para los cuentos, porque raro es el antesueño en el que no me parto de risa. Por ejemplo y, sin saber como acabará la cosa, añoche lo pasé bomba imaginando a un soldado afectado de priapismo:
-¿Que es eso, soldado?, que parece una tienda de campaña.
-Priapismo, mi sargento.
-Bueno, pero bajará, ¿no?
-Debería, pero llevo así toda la vida y ya me he acostumbrado. Además, cuando se ordena «firmes» es peor, porque suele romperse el cordel con el que me ato para disimular.
-Y eso, ¿duele?
-Cuando hemos de reptar en las maniobras, siempre se me rompe el cordoncillo y al que va detrás le ha de parecer que un arado ha pasado por allí.
– Etc… No sé cómo seguirá, pero ahora mismo ya me estoy riendo tanto que casi no puedo seguir.
Así que hasta otra.
martes 17 abril, 2018 @ 7:47 am
Lo siento, de verdad que lo siento. Pero llevo un buen rato riéndome y habré de respirar hondo a ver si me calmo. Estoy llorando a dos vertientes. A ver si me sereno. Vosotros me perdonáis la chorrada esa… Bueno, hasta otra.
martes 17 abril, 2018 @ 10:46 am
El método de aprendizaje que considero más razonable y eficaz es de las múltiples vías. Como aprender significa hacer propio, y eso suele requerir esfuerzo, el método lo reparte entre los diferentes sentidos o caminos. Si he de estudiar la elipse, la defino analítica y gráficamente, la dibujo al estilo egipcio, dos palitos y un cordel, la dibujo a compás, punto a punto, escribo su ecuación, veo unas cuantas fotos de construcciones elípticas, leo algo sobre órbitas, hago mi propio resumen … y tanto mis ojos como las manos y hasta los pies si he hecho una en el suelo, han contribuido al aprendizaje. Por eso, en el más pobre de los ambientes, leer y resumir, tomar notas, ya supone dos vías de grabación ( estéreo), ojos y manos… Y un par de videos de YouTube, claro. Y hay una vía extrema, que conocen bien los docentes; explicar el tema ante otros es infalible para entender cuestiones más enrevesadas. Por eso, después de estudiar, se abre el video y se le explica lo que hemos aprendido… y además de servirnos de repaso, desarrolla nuestro sentido del humor, al ver lo patosos que somos algunos explicando cosas… como esta.
miércoles 18 abril, 2018 @ 6:42 am
No, no. No eres patoso, amigo Petrus. Ciertamente, cuando das clase sobre algún tema, también aprendes. Posiblemente porque exploras vías para ser comprendido. Me había olvidado de ese camino. Además, en la vida profesional, yo he aprendido mucho de mis compañeros subordinados; sobre todo al principio.
Un abrazo.
jueves 19 abril, 2018 @ 1:56 pm
Ciertamente hay que usar todos los métodos, pero en mi caso particular empezar por mis fortalezas ayuda a aprender más rápido.
Así siendo lector y escritor, tiendo a leer primero sobre algo y luego puedo aprender haciéndolo de forma rápida y eficiente, si no leo primero demoro mucho tiempo intentando aprender de las otras formas, pero igualmente sería muy tonto pensar que por haber aprendido de una sola forma de verdad uno sabe, uno tiene que hacer un acercamiento múltiple