Por qué es interesante estudiar la Luna
El estudio de ADN terrestre antiguo en la Luna permitiría reconstruir mejor la historia de la vida de nuestro mundo.
Ahora que parece que hay una nueva moda por llegar a la Luna y que India y China también están interesados en nuestro satélite natural, puede merecer la pena pensar sobre las razones científicas por las que merece la pena explorar el mundo más cercano a la Tierra. Un artículo de The Conversation hace una revisión de una de esas razones.
Parece que la Luna es un astro yermo, pero puede ser un buen registro de lo que le pasó a la vida terrestre a lo largo de los tiempos. Como todos sabemos, el registro fósil terrestre es incompleto y, desde luego, contiene muy poca información de los 3000 millones de años de vida microbiana.
Pero es aquí cuando la Luna nos puede ayudar. Sobre la Tierra han caído multitud de meteoritos que han eyectado materiales fuera de la Tierra y parte de esos materiales habrán caído sobre la Luna si alcanzaron la velocidad de escape de 11 km/s. Entre esos materiales habrá rocas cargadas con restos de vida terrestre.
En la Tierra cualquier muestra de material biológico es rápidamente degradado y el ADN sólo se conserva durante un tiempo muy corto. La resurrección de dinosaurios expuesta en Jurasic Park no es posible.
Sin embargo, el ADN puede conservarse mejor en la Luna porque precisamente no hay vida que degrade la materia orgánica y las condiciones del subsuelo o del interior de algunos cráteres son lo suficientemente frías como para conservarlo durante cientos de millones de años a salvo también de la radiación. Allí, además de microbios, podría haber también seres pluricelulares pequeños congelados, como nematodos y similares.
Los científicos han calculado que en cada 100 km cuadrados de superficie lunar debe de haber unas 28 toneladas de material terrestre.
Las misiones Apolo demostraron que en la superficie de la Luna había materia orgánica, pero que estaba demasiado degradada debido al sometimiento a los brutales ciclos de luz y oscuridad y a la exposición al vacío y la radiación.
Los mejores sitios para encontrar muestras orgánicas intactas serían los cráteres de los polos en donde la noche es eterna. Los restos microbianos y de otros seres estarían congelados desde entonces y su ADN podría ser extraído y estudiado.
Este ADN estaría protegido de la radiación solar, pero no de los rayos cósmicos que destruyen las moléculas orgánicas. Estas muestras necesitarían estar debajo de antiguos flujos de lava u otras rocas que hayan protegido este ADN de la radiación cósmica. Así que es posible, aunque improbable, que se haya conservado este registro.
Pensar en la posibilidad de poder secuenciar el ADN e incluso resucitar con esa información un microorganismos de hace 1000 millones de años es una idea pavorosa.
Esta información sería de un valor inestimable para saber sobre la historia de la vida en la Tierra y permitiría desvelar algunos misterios que hay en ella. Si, por ejemplo, se encontrara material eyectado por el impacto Chicxulub, se podría saber más sobre la vida del Cretácico antes de que la vida sufriera la quinta gran extinción masiva.
Se podría también soñar con encontrar material del impacto Sudbury de hace 1850 millones de años. Esto nos permitiría saber más sobre los precursores que dieron lugar a los eucariotas de célula compleja y de cómo estos evolucionaron a partir de seres procariotas, en concreto bacterias y arqueas.
Pero este posible maná científico estará muy comprometido si los planes de explotación del hielo lunar se ponen en marcha. La idea es extraer este hielo y obtener agua para las bases lunares y combustible para cohetes que vayan a la Tierra de vuelta o a Marte. Se cree que ese hielo está presente en los cráteres polares en sombra permanente, que es precisamente, donde estarían estos posibles restos de ADN.
Además de la destrucción de muestras estaría el problema de la contaminación biológica introducida por rovers y sistemas similares previos a la explotación. Esta contaminación haría que los posibles estudios genéticos comparados posteriores fueran inservibles.
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Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto: NASA.
7 Comentarios
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lunes 23 septiembre, 2019 @ 5:53 pm
¿Qué fue lo primero que el ser humano depositó en la Luna en su histórica llegada aparte de la etapa de descenso del LM? Pues una bolsa con residuos, entre otros pañales con heces de Armstrong y Aldrin. Es exactamente la primera tarea que hizo Armstrong, la dejó exactamente debajo del LM.
Y tanto EEUU como la URSS llegaron a estudiar el detonar bombas nucleares en la Luna, por lo visto con objetivos publicitarios. Hombre, la guerra en rigor son RRPP, también el burro-bomba, ya puestos.
En serio ahora, un tratado como el de la Antártida sería prioritario para la Luna, no sé si es mucho pedir cuando a EEUU le faltan dos telediarios para abandonar el de la no militarización del espacio.
martes 24 septiembre, 2019 @ 10:08 am
De acuerdo. Creo que el espacio, y todo el universo, no puede ser propiedad de nadie. Así que ya hicieron mal los USAdos poniendo su banderita abonada con lo que mencionas.
martes 24 septiembre, 2019 @ 11:59 am
Puse el ejemplo del Apolo porque fueron seres humanos en persona, pero ya los propios EEUU y los primeros, la URSS, llenaron todo de porquería deliberadamente, el primer artefacto en alcanzar el suelo lunar, por litofrenado -cañonazo-, fue soviético, llevaba un montón de plaquitas con emblemas de la URSS. Esto no es diferente de subir al Everest y plantar tu(s) bandera(s), en este caso al menos la bandera puede venir de vuelta (aunque todos sabemos que el Everest es un estercolero y un cementerio, con claro predominio de lo primero), yo entiendo que para nosotros los humanos las banderas son importantes, son banderas naturalmente, no es lo mismo la equis que la y (qué sé yo, la nazi, o la del machismo, o la ecologista, aunque sería bastante buñuelesco poner la bandera de Greenpeace o ya puestos la de la CNT), el problema es ajeno a nosotros: el Everest (nombre colonial, ya puestos) no es de goma. La Luna tampoco.
Se supone que esto es una evidencia matemática que cae por su propio peso y debería quedar claro desde el programa de matemáticas de primaria. Por varias razones, es evidente que no es así.
Y limpiar el Everest es complicado. Y tanto. Es más fácil como siempre digo, no ensuciar.
miércoles 25 septiembre, 2019 @ 9:04 am
Tu comentario es una prueba de la altura de tu pensamiento.
¡Banderitas por doquier! ¡Cuanta estupidez y egolatrismo derrochamos los humanos!
miércoles 25 septiembre, 2019 @ 6:12 pm
Realmente hay alguna chance de que material orgánico sobreviva a las condiciones de un impacto tan fuerte como para poner materia en órbita, a las condiciones del espacio durante cientos o miles de años y de nuevo a un impacto en la luna?
jueves 26 septiembre, 2019 @ 8:48 am
Amigo Radek: No me atrevo a responderte con solvencia, pero las teorías de la «panspermia» se basan en que es posible. Diría que está probado que algunas bacterias resisten el ambiente espacial y creo que en periodos relativamente breves, algunos más complejos como ¿tardígrados? y esporas; o sea los que llamamos extremófilos, también. Creo que se han encontrado bacterias en la más lejana zona de la estratosfera. Lo que sí puedo asegurarte es que en asteroides y otros cuerpos menores, satélites y objetos así se han detectado compuestos primarios de la vida; eso es seguro e importante.
Un cordial saludo.
viernes 27 septiembre, 2019 @ 8:22 pm
Bueno ya se estrelló una nave con tardigrados. Así que la contaminación ya se produjo.
Pero el ambiente de casi vacío de la luna no mantendría siempre muestras intactas sin importar la actividad que se realice lejana