Neonicotinoides y peces
El uso de neonicotinoides en campos cercanos colapsó las poblaciones de peces de un lago en Japón.
Vivimos momentos de desánimo. En esta época de escasez de recursos en la que hemos topado contra los límites de la Tierra vivimos tiempos de corrupción, avaricia y destrucción.
Los ciudadanos somos distraídos con señuelos como el nacionalismo, la xenofobia o cualquier otra cosa para que no nos fijemos en los problemas reales, aunque los veamos. A la vez que nos entretienen de esa manera nos hacen creer que no merece la pena luchar por las buenas causas. Hay poca solidaridad y la propaganda nos dice que nos rindamos, que no vamos a conseguir nada, que, en todo caso, lo hagan otros.
Pero incluso aunque vayamos de francotiradores siempre podemos hacer algo, siempre podemos hacer bien lo que hacemos, hacer bien nuestro trabajo y tratar bien a las personas que nos rodean. El todo lo componen las partes y la suma de muchas partes buenas, aunque pequeñas, al final siempre tienen un resultado positivo.
Una estrategia es la de escoger un objetivo modesto, pequeño y atacarlo aunque solo sea con información. Golpearlo repetidamente una y otra vez, sin descanso, sin pausa, pero por siempre hasta conseguir derribarlo. Este es el caso de los neonicotinoides, escogidos por NeoFronteras como un mal a eliminar por sus efectos dañinos sobre el medio ambiente y que explica, justificadamente o no, esta larga introducción. Este proceso es relativamente fácil, pues el trabajo duro de investigación lo hacen otros.
Como hemos visto en numerosas ocasiones en este sitio web, se han publicado numerosos artículos científicos en los que se demuestra el daño que sobre el medio ambiente que producen estos pesticidas.
El último episodio al respecto viene de un grupo de investigadores de varias instituciones de Japón. Han encontrado pruebas de que el colapso de dos poblaciones de peces en un lago de ese país se debe al uso de neonicotinoides en los campos de arroz cercanos.
En el artículo el equipo de investigadores publicado en Science se describe cómo la calidad del agua en la que habitan estos peces ha ido disminuyendo a lo largo de dos décadas.
Es sencillo comprobar la toxicidad de los productos químicos en plantas y animales simplemente aplicándolos sobre ellos y esperar a ver qué impacto tienen sobre ellos. Lo más difícil es averiguar los efectos indirectos de estos compuestos, como en el caso de los neonicotinoides. En este caso los investigadores empezaron con la sospecha de que el colapso súbito de la población de peces del lago Shinji se debía a estos pesticidas.
En 1993 los pescadores que trabajaban en este lago vieron cómo sus capturas disminuyeron dramáticamente y de forma súbita. Se desconocía la razón, pero muchos sospecharon de estos pesticidas, pues habían empezado a usarse en los campos de arroz cercanos.
Para asegurarse los científicos recopilaron datos obtenidos en el lago por otros equipos a lo largo de un periodo de tiempo que se remontaba 10 años antes y 10 años después del colapso de estas dos reservas pesqueras.
Comprobaron que cuando se empezó a usar neonicotinoides la cantidad de zooplancton del lago decayó en un 83%, lo que provocó una caída de la población de peces que se alimentaban de él. Las capturas de pescado pasaron de las 240 toneladas al año habituales a sólo 22 toneladas.
Además, estudiaron otros factores que podrían producir el mismo resultado, como la reducción de nutrientes, cambios en la salinidad o alteraciones en la concentración de oxígeno disuelto. Sin embargo, no vieron que este fuera el caso al no encontrar ninguna prueba al respecto.
Así que concluyen que la causa de este colapso se debe a la introducción de los neonicotinoides en el lago desde los campos de arroz cercanos en donde se usan como pesticida.
Copyleft: atribuir con enlace a htpps://neofronteras.com
Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto: Wikipedia.
8 Comentarios
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martes 5 noviembre, 2019 @ 5:27 pm
La introducción yo la firmo. Creo que cualquiera.
Un punto importante, aparte la no biodegradabilidad de lo que hacemos, es la escala. Si fuese biodegradable, lo ideal, es imposible que no tuviese un impacto más que significativo. La civilización occidental no ha avanzado mucho desde sus asentamientos urbanos sin alcantarillado hasta hoy. O sí, en el sentido que la contaminación medieval de París con 100.000 habitantes es una risa comparada con la aglomeración de 16 millones de hoy. Todo al Sena, naturalmente, la diosa Sequana. Nuestros antepasados valoraban los ríos como fuentes de vida, para nosotros son cloacas. Literalmente. La perorata va porque es difícil saber si van más neonicotenoides, lorazepam o cocaína. Lo primero, supongo, porque es lo más barato.
De 240 toneladas a 22. Ni noticia es.
miércoles 6 noviembre, 2019 @ 10:38 am
Ayer intente ver la peli «Geostorm» de Netflix. Digo intente porque no pasé de los primeros 10 minutos. Va de que en un futuro cada vez menos distópico el cambio climático induce fenómenos metereológicos extremos. Tipo «El dia de mañana» peró más bestia. Solución propuesta por el científico respondón de turno: un sistema satelital para controlar cada fenómeno extremo. Ni hablar de cómo revertir el cambio climático. Se propone atacar los síntomas, peró se ignora la enfermedad. Lo malo es que ni a eso vamos a llegar.
En un informe reciente miles de científicos abogan por declarar emergencia climática global. Pero continuamos conjugando el presente de indicativo del verbo «reciclar» en singular. Ninguna propuesta internacional conjunta por parte de las naciones más poderosas (y que más contaminan) del mundo.
Hacemos lo que podemos a nivel individual, pero no nos engañemos: Es el sistema el responsable del cambio climático (yo no). Seguramente nuestros esfuerzos individuales darían más fruto si nos esforzáramos en cambiar el sistema. Es una idea…
Saludos cordiales.
miércoles 6 noviembre, 2019 @ 6:12 pm
‘Vivimos momentos de desánimo. En esta época de escasez de recursos en la que hemos topado contra los límites de la Tierra vivimos tiempos de corrupción, avaricia y destrucción’
Bueno, bueno, bueno. A ver, las civilizaciones griega y romana tenían poetas, filósofos, políticos-militares, que ya en aquellos tiempos le auguraban a la humanidad un final más o menos próximo y precisamente apelaban en sus peroratas a la corrupción y a la avaricia, males estos que conducirían a los humanos a su destrucción. La corrupción y la avaricia estuvieron siempre aquí. No son ninguna novedad. Y la Humanidad se ha expandido enormemente (demasiado) desde los negros vaticinios de la civilización clásica.
Pero no es necesario irse tan atrás en el tiempo para darse cuenta de que los agoreros siempre han estado entre nosotros largándonos tenebrosas predicciones sobre lo mal que vamos a terminar dada nuestra ambición, nuestras corrupciones y nuestras maldades. Se parecen tales predictores a esos fanáticos religiosos que desde hace más de 1000 años nos vienen advirtiendo que se acerca el fin del mundo y que deberíamos por ahí arrepintiéndonos y suplicando perdón.
Y Cuando he dicho que no es necesario irse tan atrás en el tiempo, ni mucho menos,para ‘disfrutar’ de personajillos apocalípticos, estaba pensando en un canta-autor de la década de los años 60 del siglo pasado, una tal Barry McGuire, que compuso una canción titulada ‘ Eve of Destruction’, según lo que cantaba en esa canción (cuya letra invito a leer, porque no creo que pueda ser más ‘negra’ de lo que es) pues a día de hoy habríamos desaparecido bajo un bombardeo nuclear.
No ignoro que las cosas se están poniendo feas, pero nos han cantado tantas veces las exequias, a lo largo de toda la historia, se puede decir, que uno no puede evitar reaccionar en contra de tanto pesimismo, riéndose un poco de tanto poeta apocalíptico. Quiero ser optimista, tendremos debacles, guerras, hambrunas, más o menos como siempre, tampoco creo que el ‘cambio climático’ nos vaya a borrar de la faz de la Tierra. En definitiva, tenemos muchos siglos aún por delante,como humanidad, afortunadamente. Salvo que nos alcance un cataclismo cosmológico terrible, claro.
miércoles 6 noviembre, 2019 @ 10:12 pm
Estimado Lluis.
Tu comentario trae un soplo de esperanza ante tanto pesimismo de catástrofe inminente. Me alegro que hayas clocado este punto de vista.
Parece bastante claro que vamos corriendo hacia el precipicio.
Históricamente, sin duda, la humanidad ha pasado y superado momentos tan críticos o más que el que se avecina. La diferencia es que, los ya superados eran de origen natural (eras glaciares, volcanes, sequias….) y afortunadamente con tiempo para permitir la adaptación (Darwin). Si no, no estaríamos aquí.
El actual cataclismo es digamos artificial creado por nosotros mismos (como dices, por avaricia, corrupción, y super-consumo superfluo, potenciado por la ultra comunicación actual).
Esta condición es nueva, es difícil prever si, va a surgir mutación genética natural que permita la adaptación, (más que biológica seria psicológica) dado el poco tiempo que parece disponible.
Los actuales movimientos, (acuerdos internacionales, protestas…) creo que, no tienen la suficiente potencia para modificar la enorme inercia de la población actual.
En mi opinión, lo único que puede salvarnos es la ciencia y tecnología derivada de esta.
Mas que la referente a la Geo Tecnología, (por los riesgos inherentes e influencias globales imprevistas) tengo cierta confianza en la ingeniería genética y bio tecnología.
Esta es rápida de implementar, se está avanzando rápidamente, y se puede ir experimentando en pequeñas escalas. No solo para modificación fisiológica sino para modificación comportamental.
Creo que tenemos que potenciar al máximo este camino.
jueves 7 noviembre, 2019 @ 11:58 am
Yo no soy tan optimista. Lo sucedido en Japón se puede parecer a nuestra catástrofe del Mar Menor. Porque si esto sucede en un espacio protegido y, se supone -es mucho suponer- que vigilado, ¿qué estará sucediendo en mares abiertos de los que lo único que sabemos a ciencia cierta es que las especies y el número de sus individuos están disminuyendo?
Por las noticias que tengo, en el Mar Menor, la causa próxima es una falta de oxígeno. Y el origen, en la urbanización -aguas residuales-, en el aporte de nitratos procedentes de la agricultura, y varias acciones más, todas ellas debidas al uso y abuso humano.
Bueno, si nos ponemos en la orilla y miramos el amanecer, podremos apreciar su belleza, pero hay que mirar a lo profundo y apenas podremos ver mas que una sopa donde antes las aguas eran claras.
domingo 10 noviembre, 2019 @ 3:20 am
La canción que nos recomiendas con letra en español, querido Lluís:
https://www.youtube.com/watch?v=N4RH0Ddir2U
Trasnochando de guardia, leer vuestros comentarios es el mejor de los bálsamos, queridísimos amigos. De corazón, estoy con Lluís y Eduardo…Pero si tuviera que apostar, con RicardM y con Tomás.
domingo 17 noviembre, 2019 @ 8:49 pm
Bueno, los antiguos griegos lloraban por su (pequeño) mundo, la humanidad eran ellos y los demás, arreando que es gerundio. Problemas siempre hubo, c’est la vie, pero lo que tenemos ahora yo creo (es una forma de hablar) que es radicalmente nuevo.
En tiempos del majadero de Platón había ~400 millones de seres humanos, que no está nada mal para tan baja tecnología. Ayer hubo una discusión por aquí, amistosa, contrariamente a lo que se pudiese pensar, es raro que me meta porque no van de argumentos, sino de terapias sociales, y si no puedes ayudar en algo desde luego lo que puedes hacer es no empeorarlo. Hacer de público se me da bien. Pero en un momento dado, salió el tema de la población (relativo todo, efectivamente, a las recientes elecciones). Dado que fui requerido, fui a comprobar datos vía internet. Yo mismo me quedé sorprendido, y esperaba cambios muy espectaculares.
Zona política → población en 1939 → población en 2019
India colonia británica (actual India + Pakistán + Bangladesh + Myanmar + Sri Lank.a) → 378 millones → 1.845 millones (x 4,88)
España (territorio actual, sin colonias) → 25 millones → 47 millones (x 1,88)
Filipinas → 16 millones → 109 millones (x 6,81)
Reino Unido (territorio actual) → 48 millones → 66 millones (x 1,38)
China (sin Taiwán) → 518 millones → 1.400 millones (x 2,70)
México → 19 millones → 127 millones (x 6,68)
EE.UU. → 131 millones → 330 millones (x 2,52)
Nigeria → 20 millones → 201 millones (x 10)
Países Bajos → 9 millones → 17 millones …
Podíamos seguir así sin parar. Creo que no, que las circunstancias no son en absoluto las mismas que en épocas pretéritas (de hecho la población mundial, con altibajos, se cree que ha permanecido bastante estable desde tiempos históricos hasta la expansión de la actual civilización global).
La discusión vino por Argelia, que pasó de 8 millones en 1939 (25% franceses europeos) a 42 millones hoy (sin franceses europeos).
lunes 18 noviembre, 2019 @ 2:57 am
Celebro que hayas dado esos datos, admirado Dr.:
Total en Mendruguilandia: casi 8.000 millones.