Cocodrilos africanos en España
Los cocodrilos podrían haber colonizado el sur de Europa desde África durante el Mioceno.
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Hace millones de años cocodrilos de diferentes géneros y características habitaron en Europa y algunas veces incluso coexistieron. Pero se creía que era improbable que vivieran los de género Crocodylus, de origen africano. Sin embargo, en las últimas décadas se han encontrado restos fósiles de este género en las regiones italianas de Gargano, Toscana y Scontrone.
Ahora se publica un artículo en Journal of Paleontology que confirma la presencia de estos cocodrilos a lo largo de la cuenca del Mediterráneo. En él se presenta el descubrimiento de restos fósiles en Venta del Moro (Valencia), en lo que ahora es España.
Se trata de dos ejemplares de la especie Crocodylus checchiai de unos 3 metros de longitud hallados en excavaciones entre los años 1995 y 2006 realizados por investigadores de la Universidad de Valencia. El artículo describe estos restos encontrados hace más de 14 años.
Según Ángel Hernández Luján, sus comparaciones indican que este material claramente no pertenece a género Diplocynodon, que son similares a los caimanes o a los del género Tomistoma, que son similares a los gaviales.
Los restos fósiles estaban muy fragmentados, así que no fue fácil determinar que correspondían a C. checchiai. Sin embargo, la taxonomía no está completa aún.
Estos ejemplares son los primeros encontrado en la península Ibérica y, según los autores, apoyan inequívocamente la dispersión no ocasional de este género de cocodrilos desde África a Europa durante el Mioceno tardío.
Durante esta colonización los cocodrilos se dispersaron significativamente en las áreas del sur de Europa, según sugieren los hallazgos en Italia y España. Estas localizaciones estaban cerca del mar en esos tiempos, por lo que los cocodrilos pudieron moverse fácilmente a lo largo de la costa. Posiblemente habitaron en las costas de Andalucía y Murcia y no se descarta que hubiera en lo que hoy es Cataluña y Baleares.
Los autores sugieren que estos cocodrilos nadaron desde el continente africano a través del mar antes de que hubiera una conexión terrestre entre África y Europa. Esto está apoyado por el comportamiento del cocodrilo moderno, de los que se sabe que pueden nadar a 32 km/h en el agua.
Como ejemplo podemos tomar al cocodrilo marino Crocodylus porosus que puede hacer incursiones en mar abierto y colonizar islas de otro continente como pasa con las islas de Oceanía y el sureste asiático. Se le ha visto en las islas Salomón y en la Polinesia Francesa.
Por tanto, no tuvo que suponer un gran esfuerzo para los cocodrilos africanos emigrar desde África y alcanzar la península Ibérica.
La especulación va más allá. Debido a la similitudes anatómicas entre el cocodrilo americano y especie extinta Crocodylus checchiai orginario de Libia y Kenia, se sugiere que los cocodrilos pudieron incluso cruzar el Atlántico durante el Mioceno y llegar a América.
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Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto: José Antonio Peñas
10 Comentarios
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lunes 2 noviembre, 2020 @ 9:54 am
Veo muy creíble el paso de cocodrilos desde el norte de África a la península ibérica. incluso al su de la itálica; son pocos km. Pero cruzar el Atlántico son palabras mayores: una dificultad importante sería la comida. No es lo mismo pillar algún pez de río o algún animal bebiendo en la orilla que alimentarse en el mar. La hazaña requeriría mucha energía y en el océano no podrían ni comer ni descansar y calentarse al sol. Habría que probar o tener algún indicio para solo sospecharlo con alguna base.
martes 3 noviembre, 2020 @ 10:29 pm
Yo no veo mucha diferencia con el caso de las serpientes terrestres que se encuentran en islas remotas, querido Tomás. Durante el día pueden calentar el dorso nadando en superficie, pero creo que también sabes que el frío provoca que su metabolismo funcione lento, limitando la movilidad del animal, pero también aumenta el tiempo que puede pasar sin comer.
Abrazos.
miércoles 4 noviembre, 2020 @ 11:46 am
Evidentemente cualquier reptil puede calentar su dorso al nadar, pero la parte hundida es grande en un cocodrilo y el agua, con el mayor calor específico a temperatura ambiente de las sustancias, les ha de representar, como a nosotros -seguramente menos, pero a tener en cuenta-, un tremendo problema.
Que yo sepa sólo existen dos reptiles capaces de vivir permanentemente en el agua: las serpientes adaptadas a ese medio de las que hablas y las tortugas marinas. Los cocodrilos porosos se adentran en el mar pero limitadamente en las desembocaduras, y por tanto en aguas no muy profundas; por algo será. Imagino que lo harán buscando alimento, aunque los peligros de encontrarse con animales más poderosos como grandes tiburones u orcas, pueden ser considerables, si bien ello depende de la zona.
Si alguna vez, cocodrilos africanos cruzaron el Atlántico, habría de ser en una época cálida y resulta que el Mioceno tardío fue frío, mientras que ese periodo fue cálido en su comienzo. En una parte del artículo se refiere al periodo frío, pero al final no concreta y habrá de referirse al periodo cálido para que esa travesía fuera posible, porque no olvidemos que los africanos vivirían en aguas de ríos, bastante superficiales y cálidas, además de su necesidad, que ha de ser millonaria en años de calentarse al sol.
En cuanto a lo que dices de su lento metabolismo, sería acelerado por el esfuerzo de la natación, de su pérdida de calor en el agua marina, más fría que la de sus ríos de origen, y su menor alimentación dado que no les sería fácil pillar algún pez en un medio tan amplio, cuando estaban acostumbrados a los ríos donde el movimiento para escapar de la presa es muy limitado y, además, como creo que digo en mi anterior comentario, los animales que van a beber son su principal alimento -su anatomía lo demuestra-, mucho más que algún pez despistado: y de los primeros no hay en el Atlántico.
Abrazos que no te devuelvo, sino que me quedo los tuyos.
jueves 5 noviembre, 2020 @ 12:11 am
Y cierto que no consigo acordarme de ningún ejemplo de cocodrilos que hayan llegado a islas y se hayan asentado.
viernes 6 noviembre, 2020 @ 7:14 pm
Quiero enterarte, si es que no lo sabes ya, de que los delfines -mis animales preferidos- tienen nombre propio; lo cual he sabido por un was de mi hija. Es maravilloso ¿no?
sábado 7 noviembre, 2020 @ 12:42 am
Y algunos grupos de ballenas parece que también.
Por cierto…¡¡¡CHASCAZO PARA LOS CREYENTES DE CUARTO MILENIO!!:
https://www.20minutos.es/noticia/4440387/0/iker-jimenez-cambia-rumbo-deja-atras-fenomenos-paranormales/
Y un aplauso para Iker.
sábado 7 noviembre, 2020 @ 11:10 am
Pues gracias por la información sobre las ballenas. ¡Es extraordinario! Si con estos mamíferos tan cercanos no podemos comunicarnos -o muy escasamente-, ¿cómo algunos pretenden establecer relaciones con los tan improbables extraterrestres?
Lo del tal Iker me parece muy bien, aunque no tenía ni la menor idea de su existencia. Y quince años de tratar de convencer de la estupidez propia a otros, me parecen cosa grave. Pero más vale tarde que nunca. A ver si otros ufólogos -o lo que sean- siguen su ejemplo. Así que he de felicitarlo por la decisión.
sábado 7 noviembre, 2020 @ 11:17 am
Perdón. Al decir «extraterrestres» me refiero a los que tengan algún tipo de civilización, la que sea; no a seres simples como bacterias o como, aunque más complejos, no hayan progresado en alguna faceta de las que caracterizan a la humanidad, como la ciencia, la tecnología, la filosofía, incluso la religión, etc.
lunes 9 noviembre, 2020 @ 9:38 pm
Y bye-bye Donald Trump + subidón de las bolsas (la victoria de Biden, favorable para frenar el calentamiento, pero el subidón económico implica lo contrario).
miércoles 11 noviembre, 2020 @ 11:42 am
Sí, por supuesto, adiós al Trump-oso y mal perdedor. ¡Qué poca elegancia! pero ¿qué puede esperarse de quizá único cocodrilo -mente mínima y boca devoradora de dientes terribles- que habría logrado cruzar el Atlántico? O quizá es un híbrido humano-cocodrilo los cayos de Florida. ¡Cómo los hombres podemos equivocarnos tanto al elegir a nuestro líder! QUizá sabía mucho de engaños y por eso ya anunciaba sus intenciones mucho antes de perder.
No recuerdo quien lo dijo, pero se refería a que no nos fiásemos del discurso, de la facilidad de palabra e incluso del mensaje, sino de los hechos. Por eso pienso que todo gobernante debiera poder ser reprobado.