NeoFronteras

La medida de la conciencia no es tan simple

Área: Psicología — jueves, 21 de diciembre de 2006

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La ciencia ficción describe la diferencia crucial entre robots y personas según el sentido de sí mismos. Pero según George Reeke las computadoras no han ni empezado a capturar la complejidad de la mente humana.
En un artículo publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences Reeke y sus colaboradores aplican la teoría desarrollada por Gerald Edelman para sugerir que la idea de que el cerebro humano es como una computadora es una peligrosa simplificación. Este investigador propone que la conciencia (¿o deberíamos de decir consciencia?) existe como un proceso dinámico que no puede ser programado en un computador de silicio con un algoritmo al uso.
En el artículo tratan de devaluar la analogía que dice que el cerebro funciona como una computadora, con redes y conexiones que transmiten la información de un lugar a otro. Reeke afirma que a diferencia de las computadoras el cerebro no está programado por nadie y tiene que apañárselas para que varias señales tengan sentido para él mismo a través de las interacciones con el mundo. Tiene que crear nueva información y no sólo procesar información antigua.
En particular estos investigadores arremeten con escepticismo contra una nueva teoría que propone que sólo un número denominado Φ puede cuantificar exactamente cuánta conciencia puede poseer un cerebro o una futura computadora, de la misma manera en que la velocidad de un chip Pentium puede ser medida en GHz. En su lugar proponen que se deben de considerar las diferentes dimensiones de la complejidad cerebral.
El análisis está basado en la teoría de la selección de grupos neuronales (TNGC en inglés) de Edelman, que mantiene que el cerebro no es un sistema instruccional, como los modernos ordenadores, sino que es seleccional, como el sistema inmunitario. Como un organismo o como una persona, el cerebro crece, se desarrolla, experimenta e interactúa con el mundo. Las conexiones neuronales en el cerebro se forman, se estabilizan, se destruyen y se reorganizan. El resultado es un sistema extremadamente flexible y adaptable que puede arreglárselas con la miríada de decisiones que una persona tiene que tomar incluso el día más normal, haciendo que sea muy difícil medir su esencia mediante su reducción a un simple número.
Según los autores medir la conciencia con un simple número es como medir la economía usando sólo producto interior bruto (PIB). Te dice cómo de grande es una economía, pero hay un montón de detalles económicos que no son capturados por el PIB. Sería lo mismo para la conciencia (el sentimiento de ser la propia persona, el sentimiento de poseer un pasado y de poder influir sobre el futuro) que tampoco puede, en modo alguno, ser definida con un simple número.
Aunque todavía queda mucho sin ser entendido acerca de la conciencia (y la TNGS deja muchos detalles todavía sin resolver sobre los que trabajar) los científicos podrán estudiarla mejor mediante el conocimiento de toda su complejidad y observando el desarrollo del aprendizaje, y no sólo a través de tener en cuenta las propiedades de lo que sería una red estática.
Dice Reek: “Ninguna de nuestras medidas actuales captura realmente la complejidad multidimensional de la conciencia, de cómo nuestro cerebro realmente funciona”

Referencia: Proceedings of the National Academy of Sciences 103(28): 10799-10804 (July 11, 2006)
Fuente: Rockefeller University.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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3 Comentarios

  1. javier ulloa:

    Siendo rigurosos en este campo, lo planteado en el resumen reafirma en parte las ideas de Bateson, Guidano y Maturana. Ellos plantean al respecto que los aspectos cognitivos del ser humano y de otras criaturas con gran desarrollo de neocortex en sus cerebros, estan comandados como sistemas vivientes autopoiéticos determinados estructuralmente, por tanto incompatibles, o mas o menos incompatibles, con los codigos binarios reproducidos en chips de silicio. La conciencia del ser humano no puede ser dimensionada actualmente y no por un motivo metafísico, sino por un motivo práctico, la ciencia no ha llegado hasta ese gran limite, nos falta mucho que conocer de la biología de la conciencia (aunque hay avances actuales bastante rápidos en algunos aspectos neurológicos ) o de la biología del amor. La clave para desarrollar estos aspectos está en el análisis de los sistemas biológicos antes que de sistemas informáticos no biológicos.
    Saludos.

  2. Alejandro Sánchez:

    Es conciencia y no consciencia (se dice consciente al que tiene conciencia) Por cierto, es Producto Interno Bruto (PIB) no producto interior bruto.
    Gracias por realizar el artículo y el trabajo de traducción. No es fácil dicho trabajo.
    Saludos.

  3. NeoFronteras:

    La RAE no acepta «consciencia» por eso la única vez que se ha escrito se ha hecho en cursiva. Por desgracia «conciencia» tiene varias acepciones, una de ellas es la relativa a la conciencia moral. La frase se introdujo para recalcar ese hecho y proponer un nuevo término.
    En cuanto al PIB se usan ambas definiciones. Producto interior bruto es la definición que por ejemplo usa la enciclopedia Encarta y diversos medios de comunicación como El País entre muchos otros.
    En todo caso no se pretende nunca hacer una traducción literal de las notas de prensa, aunque algunas veces (como esta) se acerque bastante.
    Naturalmente otras veces nos equivocamos y cometemos errores, por lo que pedimos disculpas por adelantado. Aunque la mejor manera de no equivocarse es no hacer nada, claro.
    De todos modos gracias por la puntualización y ayudarnos a mantener un rigor tan necesario en estos tiempos.

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