Sobre los árboles evolutivos
Un estudio sugiere que la mayoría de nuestros árboles evolutivos podrían estar equivocados.
Imagine, apreciado lector, que la humanidad poseyera una gran biblioteca con millones de volúmenes, pero cada día arrojáramos al fuego unos cuantos. Cada año sumarían 100 libros quemados por cada millón de volúmenes presentes en la biblioteca.
Pues esto es precisamente lo que está ocurriendo con las especies vegetales y animales de la Tierra. El ser humano está extinguiendo especies a un ritmo que ya es 1000 veces superior al ritmo natural y se espera se sitúe en 10000 en un futuro no lejano. Esto significa que se producen más de 100 extinciones por millón de especies por año.
Con ellas no solo se van los servicios ecológicos que proporcionan a sus ecosistemas y con ello el aire que respiramos, la comida que comemos y el agua que bebemos. Además, se va toda la información que poseen, incluida la que hay a nivel genético, que se pierde para siempre. Es un conocimiento que derrochamos, como quien arroja libros a la hoguera. Se va información acerca de la historia de la vida en la Tierra, pero también posibles curaciones para multitud de enfermedades.
Un nuevo trabajo de investigación dirigido por científicos de la Universidad de Bath sugiere que determinar los árboles evolutivos o filogenéticos de los organismos comparando la anatomía en lugar de las secuencias de genes es engañoso. Muestra que a menudo necesitamos revertir siglos de trabajo académico que clasificaron erróneamente los seres vivos según su apariencia.
Desde Darwin y sus contemporáneos en el siglo XIX, los biólogos han estado tratando de reconstruir los «árboles genealógicos» de los animales examinando cuidadosamente las diferencias en su anatomía y estructura, es decir basándose en su morfología.
Sin embargo, con el desarrollo de técnicas de secuenciación genética rápida, los biólogos pueden ahora usar datos genéticos a nivel molecular y así reconstruir las relaciones evolutivas de las especies de manera muy rápida y económica. Esto, a menudo, demuestra que los organismos que alguna vez pensamos que estaban estrechamente relacionados en realidad pertenecen a ramas diferente.
Estos científicos compararon árboles evolutivos basados en morfología con aquellos basados en datos moleculares y los asociaron a su ubicación geográfica. Encontraron que los animales agrupados por árboles moleculares vivían más cerca geográficamente que los animales agrupados usando árboles morfológicos.
Matthew Wills (Universidad de Bath) afirma que muchos de nuestros árboles evolutivos están equivocados a la luz de los resultados.
«Durante más de cien años, hemos estado clasificando los organismos según su aspecto y su forma anatómica, pero los datos moleculares a menudo nos cuentan una historia bastante diferente. Nuestro estudio demuestra estadísticamente que si construyes un árbol evolutivo de animales basado en sus datos moleculares, a menudo encaja mucho mejor con su distribución geográfica. El lugar donde viven las cosas, su biogeografía, es una fuente importante de evidencia evolutiva que era familiar para Darwin y sus contemporáneos», añade Wills.
Así, menciona que, por ejemplo, las diminutas musarañas elefantes (foto de cabecera), los osos hormigueros, los topos dorados, el elefante y los manatíes provienen de la misma gran rama de la evolución de los mamíferos, a pesar de que se ven completamente diferentes entre sí y viven de maneras muy diferentes. Gracias al uso de los datos genéticos, estos animales se han juntado en un grupo llamado Afrotheria, llamado así porque todos provienen del continente africano, debido a que el grupo coincide con la biogeografía.
Decimos que hay evolución convergente cuando una característica evoluciona por separado en dos grupos de organismos que no están genéticamente relacionados. Hay muchos ejemplos famosos de esta convergencia, como el vuelo, que evoluciona por separado en aves, murciélagos e insectos; o ojos complejos con cámara interior, que evolucionan por separado en calamares y humanos.
Pues bien, el estudio encontró que la evolución convergente es mucho más común de lo que los biólogos pensaban anteriormente.
Según los datos moleculares, podemos ver que la evolución convergente ocurre todo el tiempo y que ciertos aspectos anatómico que se pensaban que provenían de la relación estrechamente entre especies, a menudo son el resultado de una convergencia evolutiva y que esas especies están muy separadas en el árbol de la vida.
Según Wills, esto demostraría que la evolución simplemente sigue reinventando cosas, llegando a una solución similar frente a los mismos desafíos, aunque las especies se encuentren en ramas diferentes del árbol evolutivo.
«Esto significa que la evolución convergente nos ha estado engañando, incluso a los biólogos y anatomistas evolutivos más inteligentes, durante más de 100 años», añade.
«La idea de que la biogeografía puede reflejar la historia evolutiva fue en gran parte lo que impulsó a Darwin a desarrollar su teoría de la evolución a través de la selección natural, por lo que es bastante sorprendente que no se haya considerado directamente como una forma de probar la precisión de los árboles evolutivos hasta ahora», dice Jack Oyston
Según estos investigadores lo más emocionante es que encontraron pruebas estadísticas sólidas de que los árboles moleculares encajan mejor no solo en grupos como Afrotheria, sino también en el árbol de la vida de aves, reptiles, insectos y plantas.
Añaden que esta omnipresencia de la evolución convergente ha sido un patrón tan generalizado, que ha sido muy eficiente a la hora de engañar a los científicos cuando en el pasado han tratado de deducir el parentesco entre especies.
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Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto: Danny Ye.
11 Comentarios
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lunes 6 junio, 2022 @ 1:39 am
Punto a favor de Simon Conway Morris y creo que desfavorable a Stephen Jay Gould: si en la evolución la convergencia es tan omnipresente, entonces no sería tan impredecible como suponía Gould.
miércoles 8 junio, 2022 @ 12:17 pm
Estuve leyendo hace poco, que han encontrado el primer ser vivo, que hábito la Tierra ( una bacteria )
https://www.nytimes.com/es/2016/08/01/espanol/esta-es-luca-la-bacteria-que-podria-explicar-el-origen-de-la-humanidad.html
El articulo, explica, que «Los científicos creen que todos los seres vivos del planeta descienden de un único organismo conocido como LUCA (del inglés Last Ultimate Common Ancestor o, en español, el Último Antepasado Común). Fue el primero en estrenar, hace miles de millones de años, todos los procesos físicos y químicos necesarios para la «vida» tal y como la conocemos. Pero durante mucho tiempo los biólogos han discutido cuál era la auténtica naturaleza de LUCA, cómo se originó, qué aspecto tenía o dónde vivía. «
domingo 12 junio, 2022 @ 12:52 pm
Menciona el artículo, en referencia al vuelo, a «aves, murciélagos -o sea, mamíferos- e insectos» pero olvida a los reptiles, de los que fueron muestra extinta los pterosaurios, y casi me atrevería a citar a los peces voladores, de los que existen numerosas especies cuyo vuelo – o sea que no podemos hablar de salto- varía entre máximos de 50 y 200 m, -supongo que según especies- con movimiento de sus aletas-alas muy activo.
Contrariamente a mi querido Miguel, no me parece que la convergencia disminuya lo imprevisible de la evolución manifestada por Gould, porque miríadas de especies de insectos, carecen de alas y muchísimos de los que vuelan han adoptado diferentes soluciones. Incluso, entre ellos ha podido suceder como lo muy conocido en las aves, perder la capacidad de volar por no servirles para nada el hacerlo; incluso más bien, en ausencia de peligro, ser una actividad costosa energéticamente, a la que la especie renuncia.
Particularmente me resulta sorprendente que las serpientes no constrictoras hayan perdido las patas. No se me ocurre la ventaja que esto pueda proporcionarles.
domingo 12 junio, 2022 @ 8:57 pm
Estimado Miguel Ángel:
Supongo que hay convergencia en ciertas soluciones óptimas que se pueden alcanzar por evolución y otras pueden ser más particulares. Al no ser la convergencia omnipresente entonces Gould sigue teniendo razón.
martes 14 junio, 2022 @ 5:26 am
Tampoco todo es convergencia, ciertamente. Aparte de que si se llega a similitudes por rutas metabólicas distintas, Gould sigue estando en lo cierto.
Del enlace de David, reconozco que tampoco me imaginaba a un LUCA que solo está vivo cuando está abierto el supermercado, y muerto cuando está cerrado.
miércoles 15 junio, 2022 @ 12:03 am
*Quería decir «rutas genéticas», no metabólicas.
domingo 19 junio, 2022 @ 9:31 am
Protesto por que se siga utilizando LUCA -por last ultimate- prioritariamente sobre mi PACU -primer ancestro-, por dos razones: no es el último, sino el primero y este avasallamiento de anglicanismos, en casi todos los ámbitos, empieza a resultarme intolerable. Ya no se va al campo; se va de camping. ¡Ya está biening, coñing!
lunes 20 junio, 2022 @ 3:30 am
PACU entonces, que mi preferencia es el portugués y esos fados que, incluso cuando son un poco más alegres, mezclan alegría y tristeza, amor y «dor». Muy representativas las paradojas de la letra de este fado que puede que no lo imagines, pero tiene música alegre: «Desfado»
«Quer o destino que eu não creia no destino
E o meu fado é nem ter fado nenhum
Cantá-lo bem sem sequer o ter sentido
Senti-lo como ninguém, mas não ter sentido algum
Ai que tristeza, esta minha alegria
Ai que alegria, esta tão grande tristeza
Esperar que um dia eu não espere mais um dia
Por aquele que nunca vem e que aqui esteve presente
Ai que saudade
Que eu tenho de ter saudade
Saudades de ter alguém
Que aqui está e não existe
Sentir-me triste
Só por me sentir tão bem
E alegre sentir-me bem
Só por eu andar tão triste
Ai se eu pudesse não cantar «ai se eu pudesse»
E lamentasse não ter mais nenhum lamento
Talvez ouvisse no silêncio que fizesse
Uma voz que fosse minha cantar alguém cá dentro
Ai que desgraça esta sorte que me assiste
Ai mas que sorte eu viver tão desgraçada
Na incerteza que nada mais certo existe
Além da grande incerteza de não estar certa de nada»
https://www.youtube.com/watch?v=V3Nv93m20nI
Abraços.
martes 21 junio, 2022 @ 11:37 am
Maravilloso el fado, querido Miguel. El viernes pasado llegué de pasar unos días en Oporto con mi hija y mi nieto, ambos verdaderos atletas, y como resulta que la ciudad es toda cuesta arriba -no existen cuestas abajo ni aunque mires hacia atrás desde lo más alto: siempre se sube (cosa milagrosa de Fátima, supongo, fe a la que los portugueses son muy afecionados, o eso me pareció)-. El caso es que, aparte de lo lindísima que es la ciudad, con sus fachadas de preciosos azulejos, tuve la fortuna de escuchar muchos fados durante toda una tarde, y quedé encantado por su dulzura, especialmente por la voz delicadísima de un muchacho, intérprete sublime. También cantó la propietaria del local, y muy bien, pero su voz era menos cálida, más adulta. Nos explicó que los fados cuentan historias. Para mi gusto, y por poner algún pero, faltó la voz de alguna muchacha veinteañera. Pero, en general, lo pasé muy bien escuchando tan estupendas canciones que son poesía pura y que nunca olvidaré.
Gracias por provocarme tan bello recuerdo.
martes 28 junio, 2022 @ 1:15 am
Querido amigo Tomás:
Aunque sea extraoficial y no sirva para cualquiera, se los he recomendado a algunos clientes para combatir la depresión. Una invitación a sumergirse en la melancolía, pero dulcemente, y dejarse llevar por la corriente hasta el fondo. La paradoja es que puede resultar increíblemente liberador… «Lévame aos fados, que estou sufrendo», dice una de las canciones de Ana Moura.
Una de las mejores definiciones de fado la ofrece Amália Rodrigues (1920-1999), considerada la embajadora artística de Portugal: «el fado es una cosa muy misteriosa, hay que sentirlo y hay que nacer con el lado angustioso de las gentes, sentirse como alguien que no tiene ni ambiciones, ni deseos. Una persona… como si no existiera. Esa persona soy yo y por eso he nacido para cantar el fado». Amália puso emoción y voz de fado a grandes poetas portugueses, como O`Neill, Manuel Alegre, Homem de Melo y Camoens. En una de sus canciones más célebres «Todo esto es fado» canta:
«Amor, celos, ceniza y fuego, dolor y pecado.
Todo esto existe; todo esto es triste; todo esto es fado».
Y el escritor portugués Fernando Pessoa señala:
«El fado no es alegre ni triste […] Formó el alma portuguesa cuando no existía y deseaba todo sin tener fuerza para desearlo […] El fado es la fatiga del alma fuerte, el mirar de desprecio de Portugal al Dios en que creyó y que también lo abandonó».
Um abraço bem forte, irmaos portugueses.
martes 28 junio, 2022 @ 1:13 pm
Creo que tienes razón, mi buen amigo, en tu filosofía y en tus recomendaciones para conseguir la paz mental de tus pacientes. Siempre la música es aconsejable. A mí me encantan las músicas y canciones populares y, entre ellas, el fado. Es francamente bello, con sus delicadas inflexiones y el acompañamiento de esa guitarra portuguesa que es como algún pájaro cantor de esos que, como sabes, tienen dos laringes.
Un fuerte abrazo, mi querido amigo.