Discutible extensión del horario de verano
Según un estudio realizado por unos estudiantes del Instituto de la Energía de la Universidad de Berkeley la extensión del horario de verano recientemente implantado en EEUU no sólo no va a conseguir más ahorro de energía, sino que puede que aumente su gasto. El artículo donde se explica este resultado es firmado por Ryan Kellogg y Hendrik Wolff.
Debido a las emisiones de gases de efecto invernadero y los altos precios de la energía es interesante promover nuevas políticas para el ahorro de la energía. En EEUU se acaba de aplicar en este sentido una extensión del horario de verano, y el adelanto de la hora se hace tres semanas antes de lo habitual en un intento por reducir el consumo de energía en un 1%. El cambio también se producirá de nuevo en otoño, cuando los relojes se atrasen el 4 de noviembre en lugar del 28 de octubre, como venía siendo habitual.
Pero según el nuevo estudio esta política es discutible. El estudio se basa en el «experimento australiano», cuando en dos estados australianos se cambió el horario durante dos meses para facilitar los juegos olímpicos de 2000.
Estos expertos tuvieron en cuenta los distintos factores implicados, como la electricidad consumida por cada media hora, el tiempo atmosférico, comparación entre estados, etc. Y no consideraron los días de celebraciones de los juegos para evitar factores especiales.
Según sus resultados la extensión del horario no sólo no produjo un ahorro de energía, sino que se produjo un pico extra en la demanda de corriente a primeras horas de la mañana, aunque casi se compensaba por un ahorro a última hora de la tarde.
El departamento de Energía de EEUU responderá oficialmente a estos estudiantes y la comisión de la energía del estado de California (estado que tiene muchas similitudes con Australia en cuanto a irradiación solar y clima) también ha expresado su interés por los resultados, ya que este estado está pensando añadir una hora durante todo el año a su actual sistema.
Estos estudiantes van a incluir el consumo de gasolina en un próximo estudio, porque quizás también influya.
De todos modos en los tiempos actuales el consumo de electricidad no proviene sólo del alumbrado, también proviene de la multitud de aparatos electrónicos que nos rodean.
Otro problema relativo a este cambio trata de los diversos sistemas informáticos que funcionan con el antiguo sistema de horario de verano y que ahora deben de revisarse. E incluso algunos religiosos han expresado su indignación por este nuevo sistema porque sus rezos deben de darse a la salida del sol.
Quizás la producción de energía de origen solar fotovoltaico se podría ver también alterada (positiva o negativamente) por este tipo de medidas.
Una pregunta interesante cuando se cambia a horario de verano sería plantearnos, sobre todo durante las primeras semanas y hay que levantarse otra vez de noche, es a quién le estamos ahorrando energía, si a nosotros o al empresario que nos emplea.
Referencia: University of California, Berkeley.
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