La larva misteriosa quizás corresponda a un parásito
La larva Y se trasforma en un estadio juvenil consistente en un ser en forma de lágrima, sin cerebro, sin aparato digestivo, sin ojos y sin sistema nervioso.
Muchos animales sufren una metamorfosis. Esos animales, generalmente artrópodos, pasan la primera parte de su vida en forma de larva. Ésta es simple y normalmente sólo se dedica a alimentarse sin cesar hasta que después de la metamorfosis se transforma en un adulto completamente formado y complejo.
Pues hay al menos un caso extraño en este tipo de proceso: la larva-Y o facetotectans que se encuentra en abundancia en el plancton marino.
Durante mucho tiempo se había visto a la larva de un crustáceo marino a lo largo de los océanos de todo el mundo, pero nadie ha visto todavía a la forma adulta, a pesar de las generaciones de zoólogos marinos que estudiaron el caso. La razón es que la transformación parace ser extrema. Pasa de ser un larva con patas y más o menos compleja a transformarse en un ser con forma de gota sin ojos y sin cerebro en su forma intermedia juvenil. Todavía hoy se desconoce cómo puede ser el adulto. Este desarrollo tan inusual de una larva sofisticada a una forma tan simple es algo extraño.
La larva-Y, que comprende muchas especies, fue identificada en 1899 pero nadie conoce su forma adulta o su nicho ecológico final. Es el único crustáceo con su clasificación taxonómica basada exclusivamente en su estado de larva.
Los ejemplares capturados terminan muriendo sin llegar a adultos y los científicos no sabían que disparador biológico conseguía hacer que la larva sufriera la metamorfosis. Como esta larva estaba emparentada con otros crustáceos parásitos, los investigadores sospecharon que quizás el estado adulto de este organismo fuera también un parásito. Esto significaría que ciertas hormonas producidas por el anfitrión harían de gatillo biológico que dispararía la metamorfosis de la larva. Pero tampoco se conocía el anfitrión de la larva-Y.
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Henrik Glenner, biólogo en la Universidad de Copenhague, y sus colaboradores intentaron evitar este problema y expusieron a unas larvas-Y a ciertas hormonas conocidas por inducir la muda en otros crustáceos. Después de 12 ó 24 horas, este producto hizo que las larvas-Y se transformaran en algo completamente diferente: una bolsa sin patas en forma de lágrima, sin cerebro, sin aparato digestivo, sin ojos, ni sistema nervioso. El hallazgo se publica en Biomed Central.
Los científicos creen que quizás esta forma sea un estadio intermedio o juvenil, denominado ypsigons, en su proceso de maduración hacia el ejemplar adulto. Sería algo así como un estadio post-larval, similar a la de otros animales emparentados en lo que sería un ejemplo más de coevolución. La carencia de órganos importantes no le permiten una vida independiente, pero si es un parásito puede sobrevivir mientras tanto a costa de otro ser, quizás un coral, donde se desarrollaría hasta llegar a su estadio de adulto, cualquiera que éste sea.
Ahora los científicos están centrados en la búsqueda del adulto final. Será interesante debido al gran salto que probablemente represente el adulto final de esta forma intermedia tan extraña.
Fuentes y referencias:
Resumen en BIOMed
Vídeos sobre el tema.
Pdf con el artículo original (abierto).
Nota en Eureka Alert.
Induced metamorphosis in crustacean y-larvae: Towards a solution to a 100-year-old riddle. Henrik Glenner, Jens T Hoeg, Mark J Grygier and Yoshihisa Fujita. BMC Biology.
Fotos: Hoeg et al, BMC Biology
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