Quemando selva en el automóvil
Los agricultores de los trópicos podrían verse empujados a cultivar biocombustibles y esto sería un tremendo desastre para el cambio climático y todos nosotros.
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Según Holly Gibbs, de la Universidad de Stanford, si utilizamos biocombustibles producidos en los trópicos para hacer funcionar nuestros automóviles entonces estaremos quemando la selva en los motores de esos mismos vehículos.
La producción de bicombustibles en esos lugares no sólo no detendría las emisiones de dióxido de carbono, sino que las aumentaría, incrementando con ello el efecto invernadero y el calentamiento global. Esta investigadora afirma que si se adoptan políticas que favorezcan estos biocombustibles el desastre estará a la vuelta de la esquina, y espera que se tomen medidas sensatas en políticas de biocombutibles y de subsidios agrarios.
Sus predicciones se basan en un nuevo estudio que se vale de observaciones de satélite realizadas entre 1980 y 2000. Este estudio es el primero en hacer una caracterización detallada de los caminos de expansión de la agricultura a través de las regiones tropicales. Gibbs presentó sus hallazgos el pasado 14 de febrero en un simposium en Chicago sobre este tema.
Países como Brasil, Malasia o Indonesia han respondido a la creciente demanda de biocombustibles plantando más caña de azúcar, soja y palma de aceite. Plantaciones que se hacen a expensas de la superficie de selva virgen.
Por ejemplo, la superficie dedicada a las plantaciones de soja en Brasil han aumentado cerca de un 15% desde 1990, la producción de palma de aceite en Indonesia se triplicó en los años noventa y de 2000 a 2007 se dobló de nuevo.
Una señal de alarma es lo rápido que aumenta la producción de biocombustibles. Desde 2000 a 2007 la producción global de etanol se ha multiplicado por 4 y la de biodiésel por 10.
Las autoridades de estos países dicen que se hacen estas plantaciones en áreas degradadas, pero los grupos medioambientales no están de acuerdo con estas afirmaciones.
Gibbs se propuso calcular cuánta cantidad de superficie virgen dedicada al bosque pristino, sabana o tierra agrícola termina siendo utilizada para los biocombustibles.
Si se utiliza selva virgen para plantar cultivos dedicados a producir biocombutibles el balance en las emisiones de dióxido de carbono es desastroso. Las selvas secuestran mucho carbono en la madera de los árboles y en el suelo. El bosque tropical es muy eficiente haciendo esto y ahora almacena unas 340.000 millones de toneladas de carbono. Esto es equivalente a 40 años de emisiones humanas quemando combustible fósil. Con su sustitución por estos cultivos dedicados a los biocombustibles se libera carbono en grandes cantidades y nunca se recupera porque los cultivos no son tan eficientes secuestrando carbono.
Estos países y otros países que también destruyen selva y bosque virgen son unos grandes contribuidores a las emisiones de dióxido de carbono.
Gibbs asegura que la recuperación de la deuda de carbono producida por la eliminación de la selva tardaría siglos o un milenio en recuperarse a través de la producción de biocombustibles.
Además, este tipo de cultivos degradan el suelo aumentando la erosión, la salinidad y lo empobrece en nutrientes, con el resultado de una muy baja productividad.
Aunque Indonesia y Brasil tienen grandes cantidades de tierra degradada que podría utilizarse para la producción de biocombustibles, sin una buena política que lo incentive se destruirá en su lugar selva virgen, pues para el agricultor no es tan fácil y rentable cultivar áreas empobrecidas.
Incentivar el uso de estas tierras degradas para la producción de biocombustibles podría estar bien, pero en algunos casos si se ayudara a estos terrenos a volver a ser selva virgen se secuestraría mucho más dióxido de carbono, se evitaría la erosión, se mitigarían los problemas causados por las inundaciones, se protegería a las especies en peligro de extinción y se conservarían los recursos hídricos.
Gracias a los datos de satélite que guarda la FAO Gibbs pudo analizar más de 600 imágenes de unas 100 regiones tropicales y estudiar su evolución en el tiempo, viendo por dónde se están expandiendo los cultivos. El patrón general es que el crecimiento de estas áreas de cultivo (sea para biocombustibles o comida) se hace a expensas del bosque tropical virgen.
Por tanto, la producción de biocombustibles produce, sin ninguna duda, deforestación, pudiéndose afirmar que los biocombustibles aumentan el calentamiento global si proceden de regiones tropicales. Gibbs predice que la tendencia continuará en el futuro. Por ejemplo, entre 1980 y 2000 más de la mitad de los nuevos campos de cultivos procedían de la selva tropical virgen y un 30% de bosque ya alterado. Todo esto es justo lo contrario de lo que dicen los que apoyan este tipo de combustibles.
Aun así, Gibbs no se opone frontalmente a los biocombustibles: «…creo que los biocombustibles pueden tener un papel importante en nuestros futuros planes energéticos, pero la manera en la que actualmente se están produciendo puede tener consecuencia no deseadas. La nueva administración debería de ser cuidadosa al considerar la consecuencias de cualquier plan energético para asegurarse la protección del secuestro de carbono en la selva tropical, así como reducir nuestras emisiones debidas a los combustibles fósiles».
Por otro lado un estudio de Sandia National Laboratories y General Motors Corp. (el fabricante de automóviles) dice que hay maneras de producir bicombustibles de manera sostenible y que podrían reemplazar un tercio de la gasolina de EEUU para 2030, es decir, producir unos 360.000 millones de litros de etanol.
Se asume un progreso al ritmo actual en la tecnología necesaria para la producción de bioetanol y que éste se obtiene a partir de celulosa procedente de la limpieza de bosques, residuos agrícolas y cultivos apropiados, aunque aproximadamente un 20% procedería del maíz. También se tiene en cuenta el gasto de energía y combustible en su producción y transporte.
El estudio elabora un plan minucioso para alcanzar el objetivo fijado.
Fuentes y referencias:
Noticia en Stanford University.
Sandia National Laboratories.
HITEC.
18 Comentarios
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jueves 19 febrero, 2009 @ 8:34 am
Creo que el problema es que la implementación de políticas de biocombustible se hacen para reemplazar la dependencia de combustibles fósiles, que es un recurso limitado. Para transformarnos en dependientes de plantaciones que generen bioetanol y biodiesel. Pero no para reducir las emisiones de carbono.
Todos sabemos que los biocombustibles son como la solución mágica, que es lo mismo que la nafta y el diesel, pero se producen con plantas y no con petróleo. Pero no son LA solución, simplemente son un paliativo para que los gobiernos hagan de cuenta que hacen algo por el medio ambiente.
Una verdadera solución necesitaría cambios radicales* en los estilos de vida, y en los sistemas industriales-económicos. Y hay muchas compañías que tienen mucho que perder, asi que ese cambio se prolongará lo mas posible, hasta que sea demasiado tarde probablemente.
Quisiera ver algún día en blogs como este alguna buena noticia sobre el medio ambiente.
*me refiero a dejar la sociedad del consumo que tantos deshechos genera, pasar a utilizar el transporte público o las bicicletas en vez de autos y la implementación de fuentes de energía alternativas de manera masiva, entre otras cosas.
jueves 19 febrero, 2009 @ 9:10 am
Estimados,
Mi actitud anti-negocio me hace a menudo ser mal entendido en este foro. Es por eso que me alegro que alguien «ajeno» diga que los biocombustibles -tal como están concebidos hoy por hoy- son una estafa.
ANÉCDOTA:
Publiqué en El País una carta en contra de llamar BIO-diesel al AGRO-diesel y lo taché de estafa. Acto seguido, el presidente de la asociación de productores de BIO-diesel (sede en cataluña) me puso de vuelta y media.
Hoy por hoy:
Yo: 1, Señor presidente: 0
Pero al final: subvención y tentetieso
Yo: -2, Señor presidente: chalet en la playa.
¿Qué apostamos?
Saludos!!
jueves 19 febrero, 2009 @ 12:57 pm
Estimado Emilio:
Esas situaciones se solucionarían si los políticos no tuvieran intereses económicos «extraños» y tuvieran asesores científicos de verdad y no amiguetes de partido.
En cuanto a estos biocombustibles una ley que impidiera la importación de estos productos o del aceite de palma tal cual (incluso para la alimentación, porque es dañino para la salud) no estaría mal.
Los biocombustibles son un tema de investigación y todavía no se pueden obtener de manera rentable y ecológica. Y en el futuro, en el caso de que se desarrollen bien, sólo pueden ser un complemento. Pretender que todo el parque automovilístico funcione a base de este tipo de combustibles es una barbaridad y además es innecesario. Se pueden fabricar autos eléctricos muy eficientes, ya hay tecnología para ello sin necesidad de esperar al «hidrógeno» y a las pilas de combustible.
jueves 19 febrero, 2009 @ 1:02 pm
Estimado ezeqdb:
En Neofronteras, de vez en cuando, hay buenas noticias sobre nuevos avances en energía solar, pilas de combustible, catalizadores, etc.
Buenas noticias sobre el clima simplemente no existen.
jueves 19 febrero, 2009 @ 1:57 pm
ezqdb, hablas de utilizar el transporte publico. Totalmente de acuerdo, aunque los sucesivos gobiernos de España prefieren potenciar el AVE (que traslada a empresarios y turistas) antes que el transporte ferroviario de cercanías (que traslada a trabajadores a su puesto de trabajo). ¿Por qué será?
Saludos.
jueves 19 febrero, 2009 @ 2:12 pm
Hola Neo,
Yo no me meto ni siquiera en cuál es el problema (es más, para mi los políticos son sólo unos peones del gran capital y los científicos son, en general, universitarios a sueldo -y hablo con algún conocimiento de causa-, pero ese, repito, no es mi razonamiento).
Mi razonamiento es que los biocombustibles, y repito: hoy por hoy, son una estafa que está matando de hambre a miles de personas y deforestando lo poco que queda de selva virgen.
Y no voy a decir amén -porque no tengo nada que perder, ni soy científico, ni petrolero, ni vivo de la publicidad de repsol-. Y como llevo diciendo «NO» tanto tiempo al respecto del «bio»diesel… me da un sentimiento orgásmico que no te quiero ni contar ver que una científica va y dice que son una estafa.
Simplemente eso.
Y respecto a si serán o no el futuro… yo siempre digo lo mismo: «¿el futuro? el combustible del futuro son las alpargatas» Cuando se habla del futuro se habla siempre como si el futuro fuese en 5 años… y nos quedan unos cuantos miles de años para llegar a ese futuro, por el camino: cambio climático, polo fundido, fin del petróleo, radioactividad, revueltas, guerras, algún virus no conocido aún y… cachiporras. Eso sí: en estos 20 años va a haber «bio»diesel por un tubo.
Saludos y suerte en el futuro!! :) :)
jueves 19 febrero, 2009 @ 4:57 pm
Los fenicios fueron los primeros en fabricar lentes de cristal, lo que les permitía aumentar el tamaño de los objetos y focalizar los rayos luminosos (curiosamente el principio que permite el funcionamiento de una lente es el frenado de la luz cuando viaja a través de un cristal). Los perversos fenicios que eran muy dados al comercio (hacían negocios) vendían sus lentes a cambio de otras materias y así progresó (¡que horror!) el mundo Mediterráneo (con la sucia manía de hacer negocios). Luego los descendientes de esos fenicios (aunque esto no está muy claro, porque hay un estudio por ahí que dice que los fenicios ni se acercaron por estos lares o estuvieron muy poco tiempo) continuaron con la estulta manía de hacer negocios e incluso llegaron, con el tiempo, a presidir asociaciones de «malhechores». Tremendos estos fenicios.
viernes 20 febrero, 2009 @ 6:52 am
Neo: te encuentro muy optimista en 3 con los coches eléctricos. Son solución de casi nada, puesto que requieren una energía que de algún sitio hay que sacar. Por tanto hay que ir a las fuentes y aún no tenemos una solución aceptable. La única que se nos ocurre, aparte de las otras renovables, con el problema de su limitación y su alto precio, son los biocombustibles y resulta que los producimos de la manera más dañina que pudiéramos imaginar. No me extrañaría, si no echamos mano de lo nuclear, quemar carbón para obtener electricidad; ya se hace, pero aumentará conforme el petróleo escasee.
Emilio: También te veo muy optimista sobre el futuro en tu 6. ¿Mil años? Pongamos entre 50 y 100. Es mi triste opinion que mis nietos lo pasarán muy mal si no somos capaces de controlar la situación. Fíjate que la actual crisis financiera y económica está reclamando más consumo para salir de ella. No se quiere entender que es una crisis de los cimientos del sistema. Posiblemente se salga de ella, pero el coste social y de degradación ambiental será muy fuerte.
Un cordial saludo a todos los que lo vemos.
viernes 20 febrero, 2009 @ 9:52 am
Estimado Tomás:
Los coches eléctricos son mucho más eficientes que los convencionales, sobre todo en ciudad y pueden (no significa que necesariamente se haga) ser alimentados con energía renovables. Hay gente en EEUU que lo hace de manera casera con paneles fotovoltaicos en su casa, por desgracia éstos son muy caros aún.
Es algo que se podría haber hecho en España (un país con sol), en donde el precio de la vivienda se ha multiplicado varias veces en los últimos años debido a un mercado absolutamente manipulado. Sólo que esa diferencia de dinero, absolutamente injustificada, ha ido toda a parar a los bolsillos de los especuladores. Una fracción mínima de ese dinero habría convertido esas mismas casas en autosuficientes.
Respecto al desastre medioambiental que se avecina hay que distinguir entre desastre ecológico y cambio climático (aunque estén relacionados). Según algunos expertos si seguimos como hasta ahora el primero lo tendremos en unos 20 años nada más. En cuanto al segundo quizás no tarde mucho más que eso para que sea evidente. El cambio climático no es algo que sucederá de golpe el 31 de diciembre de 2100, ya está pasando. Los incendios en Australia eran una predicción de los modelos climáticos.
Los expertos del campo han pecado de optimistas (o de demasiado cautos) y la realidad demuestra que la cosa va bastante peor.
viernes 20 febrero, 2009 @ 10:05 am
Apreciado Lluís:
Los fenicios sí existieron y dejaron su huella genética:
http://neofronteras.com/?p=1305
También es verdad que sin un mercado libre, sin empresas, sin ese afán de ganar dinero, el sistema económico no funcionaría. La historia de la humanidad es la historia de la lucha entre nosotros y del fomento de la cooperación. Las sociedades humanas son entes dinámicos y siempre hay que estar vigilantes para no perder derechos y a la vez fomentar la producción económica.
No deja de ser curioso que algunas veces se controle el mercado para que deje de ser libre, pero no para proteger a la población de sus excesos, sino para mantener de manera artificial los privilegios de una casta, pervirtiendo precisamente las ideas económicas que se dice proteger.
viernes 20 febrero, 2009 @ 11:43 am
Estimado RicardM:
El tren de alta velocidad es una buena idea para comunicar grandes ciudades de manera rápida y ecológica, pero construirlo a costa del cercanías es un inmensísimo error. Los que utilizamos el cercanías a diario sabemos lo importante que es, además de ser ecológico es fundamental a la hora de impedir el colapso de trafico en las ciudades (sólo hace falta que sus viajeros sean más educados). Ciudades por otra parte empeñadas en expulsar a sus ciudadanos hacia la periferia, mientras que en su seno se instalan oficinas de empresas por doquier. Éstas pueden transformar antiguos barrios residenciales en zonas «financieras» de manera absoluta con total impunidad, mientras que un ciudadano no puede vivir, si lo desea, en un antiguo local comercial.
Sería interesante calcular los gastos económicos y ecológicos derivados de ciertas políticas que al final recaen sobre el ciudadano o sobre las administraciones y que ciertas entidades y especuladores se ahorran.
viernes 20 febrero, 2009 @ 2:21 pm
A Lluís:
Creo que en todo esto del afán comercial y el ganar dinero se confunde la avaricia y la lógica recogida de beneficios. Ese «todo vale» en nombre del beneficio económico nos sitúa en la actual crisis, y sea seguramente el motor de la devastación a la que estamos sometiendo al planeta. Sin culpar a la economía y las prácticas comerciales, y sí a la hipocresía que justifica cualquier acto en nombre de los beneficios monetarios, que además si son rápidos y concentrados mejor.
Es limitado e interesado decir que sin el afán comercial no se mueve nada. La economía no deja de ser una forma de relación social y someterla a la estrechez del beneficio monetario es limitar su capacidad de actuar como palanca de progreso.
A lo largo de la historia la humanidad han ido evolucionando las prácticas sociales y económicas, quizás el siguiente paso evolutivo seria mejorar estas practicas de tal manera que sean más justas y que la riqueza generadas por ellas no sea a costa de acabar con los recursos planetarios. Eso significaría repartir «el pastel» de forma equitativa y es donde imagino estriba todo el conflicto.
Un saludo
viernes 20 febrero, 2009 @ 4:27 pm
Pasmada, pasmado me he quedado de ver que no se acabó de interpretar lo que dije en mi comentario sobre los fenicios que vino propiciado por la especificación que hizo el amigo Emilio de que la sede de la asociación de productores de Bio-diesel esta en Cataluña (realmente no se a qué vino tal especificación, porque en Cataluña, contra lo que se pueda creer,hay más de un millón de personas en el umbral de la pobreza y también hay chorizos, en definitiva hay lo que suele haber en todas partes). Creo sinceramente que el comercio y los negocios entre las distintas naciones del mundo son los causantes de la extensión de la riqueza y de los conocimientos por todo el globo. El sistema de mercado con las correcciones propias de la socialdemocracia y el estado del bienestar son consecuencia de un pasado de comerciantes, innovadores, aventureros, visionarios, etc. Es claro que también se generaron injusticias históricas, que en algún caso aún perduran y que hay demasiada gente sin escrúpulos y demasiado padecimiento, hambre e injusticia en el mundo; pero otros sistemas económicos se han revelado históricamente mucho peores. Sin ir más lejos mira como están en la denominada Europa del Este. En definitiva y para hacer la historia más corta, diré que suscribo el comentario 10 de Neo, en especial su último párrafo.
lunes 23 febrero, 2009 @ 9:07 am
Lluis,
En contestación a tu comentario, te digo que comenté que la sede de esa asociación estaba en cataluña (productores de «bio»diesel) porque supongo que habrá otra en algún otro sitio y a mi, concretamente, la que me puso de vuelta y media fue el presidente de una con sede allí (ni recuerdo el nombre ni falta que me hace). Por mi, como si tuviera la sede en Soria, vamos.
Respecto a los Fenicios, me he perdido -no tengo tiempo para leer tantos datos- así que siento no poder aportar nada más…
Saludos.
lunes 23 febrero, 2009 @ 6:39 pm
RicardM:
Creeme que en Argentina es peor, en este país, que hay muy pocas industrias y la economía se basa en exportación de cereales, no hay vías ferroviarias.. aunque parezca sorprendente una red enorme fue construida a principio de siglo por los ingleses, luego en el gobierno peronista de los 40 pasó a manos del estado, y en los sucesivos golpes militares fueron descuidadas al punto que hoy ya no existen. Todo el transporte se produce por camiones hasta los puertos en las ciudades principales.
Y nuestra querida presidenta empezó a buscar capital internacional para construir lo que ella llama «tren bala» que no es mas que un tren de alta velocidad para transporte de pasajeros entre las tres ciudades mas importantes, presupuestando el costo del pasaje en unos $600 (€160) lo que significa que es mas caro que un pasaje de avión similar, y mas lento..
Como en Argentina las cosas funcionan asi, se hizo una página web para juntar firmas para que se proponga en el congreso reconstruir la red ferroviaria normal. http://trenparatodos.com.ar/ ahí explican los tendidos de vías y costos.
Por supuesto que un tren gasta muchísima menos energía que una fila de camiones que lleven la misma carga, incluso es mas seguro y barato. Pero que sucede, los gremios de camioneros están en el partido oficialista (pj) y bueno, no son la clase de gente más pacífica.
Disculpen a los que no les interesa, pero me pareció muy oportuno comentar este inconveniente de mi país, respecto a los desfasajes que hay entre estudios científicos y decisiones políticas.
martes 24 febrero, 2009 @ 9:42 am
Apreciado Ezequiel,
Por favor, ponte en contacto conmigo en debat4@hotmail.com para hablar de trenes y de transporte sostenible.
Saludos cordiales.
martes 24 febrero, 2009 @ 11:00 am
Traducción actualizada del artículo “Camión: stock movil” que puede encontrarse en
http://conrenfeyahabriallegado.blogspot.com/2007/12/el-cami-nova-forma-de-stock-mbil.html
El decreto de la Generalitat de Catalunya de limitar la velocidad a 80 km/h en el área metropolitana, con el añadido reciente de la “velocidad variable”, bajo la excusa de rebajar la contaminación atmosférica, ha puesto nuevamente de manifiesto la persistencia en la política del “parche” en materia de movilidad, con el único objetivo de trasladar a los trabajadores la responsabilidad de la catástrofe ambiental derivada de una estrategia general de movilidad que ha descarrilado ya hace muchos años. Hay que decirlo una vez más: el transporte sostenible sólo llegará cuando el transporte sobre vías esté a la disposición completa de las personas y de las mercancías. Como bien han demostrado técnicos independientes, la actuación sobre la vialidad está condenada al fracaso a medio plazo. La reducción de la velocidad máxima permitida pretende penalizar el transporte de personas en automóvil, para que una fracción de estas personas sea desviada hacia el transporte público. Pero, desde el punto de vista medioambiental, en momentos de congestión de tráfico los turismos de todas maneras no avanzan a velocidades grandes, ni mucho menos a 80 km/h, y en momentos de tránsito fluido, la poca cantidad de vehículos hace que los niveles de contaminación sean relativamente bajos. Es cuestión de sentido común. Por lo tanto las razones medioambientales son meras excusas. O peor todavía: el fruto de análisis erróneos realizados por personas incompetentes, entre otras cosas porque parecen haberse olvidado de un factor clave: los camiones.
La aplicación en las empresas del “just in time” ha llevado a las empresas a desplazar su producción directamente a los medios de distribución, sin apenas realizar stock, y la casi inexistencia del transporte ferroviario de mercancías ha comportado que la distribución se realice por carretera, mediante camiones.
Mientras que en Catalunya el tránsito de mercancías por carretera es de 73%, en USA es del 41% (y disminuyendo). En España las principales inversiones ferroviarias van encaminadas al transporte de personas para y desde Madrid, olvidando el ferrocarril para el transporte de mercancías y de proximidad (de cercanías). Yendo con este planteamiento en sentido contrario a USA y la mayor parte de países europeos (en concreto Francia, Alemania y Gran bretaña).
La circulación de camiones en tránsito por Catalunya en 1997 (hace ya una docena de años) era de unos 3000 camiones/dia, que representa una tercera parte del total de camiones en tránsito por toda Península Ibérica. En ausencia de datos actualizados, teniendo en cuenta el ritmo de crecimiento del parque de transporte por carretera, no es aventurado decir que estas cifras actualmente se han duplicado. Esto representa un volumen espeluznante de gases contaminantes producidos no por los trabajadores autóctonos en sus traslados a su puesto de trabajo sino por camiones en tránsito, sin ningún tipo de contrapartida ni de limitación. Por cierto, el mantenimiento de las vías públicas que utilizan estos camiones lo pagamos los ciudadanos con nuestros impuestos.
En Cataluña la riqueza pasa de largo. Los únicos que se quedan (a su pesar) son los inmigrantes ilegales.
Referencias:
[1]: Vicent Torres Castejón, professor d’Urbanisme de l’Escola d’Arquitectura de València http://www.globalsu.net/es/Jornadas-VicentTorres.pdf.
[2] Analisi de Mobilitat, Generalitat de Catalunya. http://www.gencat.net/mediamb/ea/mobilitat/documentació.html.
PD: Recientemente se ha publicado que desde la entrada en vigor del decreto de limitación de velocidad la contaminación debida al transporte por carretera en el área metropolitana de Barcelona ha disminuido en un 11%. En vez de colgarse medallas inmerecidas, deberían explicar que el origen de este ahorro debe buscarse en la situación de recesión económica que ha hecho que el tráfico rodado haya descendido de forma sustancial. No tengo estadísticas fiables (o debería decir caras…) que avalen esta última observación, pero puedo afirmar bajo juramento que la autopista A7, que tomo a diario, ha sufrido una disminución acusada de tránsito de todo tipo desde hace pocos meses. Y no es precisamente por la limitación de la velocidad. Eso si, los trenes de cercanías continúan siendo un desastre.
Saludos cordiales.
martes 24 febrero, 2009 @ 2:30 pm
Estimado Ezequiel:
Como ex-argentino (condición política de aquel emigrante español que regresa a españa tras pasar los cinco primeros años de su vida allá :) ) te digo que tu comentario no solo me interesa, si no que lo difundiré entre los amigos «sudacas» (palabra que me encanta utilizar delante de amigos argentinos).
Lo que dices ha pasado en prácticamente toda sudamerica (recomiendo el libro -ya descatalogado- «un tren de hielo y fuego» que narra las aventuras de manu chao en un tren viejo por colombia tocando canciones con mano negra y mezclándose con la gente en los pueblos y estaciones… en una «red» ferroviaria nefasta) gracias a las bondades de las dictaduras norteamericanas y la united fruit corporation y sus distintas hijas: esclavitud y muerte dejaron y se llevaron las piñas y las bananas, mal negocio para los indígenas. Hoy se llevan la madera y dejan la soja transgénica: los tiempos cambian pero pierden siempre los mismos.
Suerte!
pd: viví en «La Emilia» provincia de San Nicolás del 1970 al 1975. Después llegaron los simpáticos militares (apoyados por la CIA y con el beneplácito de los EE.UU) y empezaron a hacer lo que mejor saben hacer: matar al que no piense que lo mejor es lo que ellos piensan.
Típico, viste? ;)